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Crítica y Arte. Filosofía - Banco de Reservas

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COLECCIóN pENSAMIENtO DOMINICANO | Vo l u m e n IV | CRítICA DE LItERAtURA y ARtE. FILOSOFíA<br />

En 1900 estuvo en boga en Santiago La culebra, <strong>de</strong> Nicanor Espinal, danza “muy tibia”,<br />

según Alix, a la que le <strong>de</strong>dicó las décimas Consejo <strong>de</strong> una abuela a su nieta, que terminan así:<br />

Como yo soy medio bruja<br />

y <strong>de</strong> chispa una escopeta,<br />

aunque me ponga careta<br />

yo soy gallina papuja:<br />

pero tú que eres aguja<br />

que no has conocido hebra,<br />

tú no vayas, Eliodora,<br />

a esos bailes <strong>de</strong> ahora<br />

que te muer<strong>de</strong> la culebra…<br />

En décimas <strong>de</strong> 1908 el Cantor <strong>de</strong>l yaque menciona<br />

el buen saxofón Cacú…<br />

Todos tocaban en las fiestas y bailes sus propias composiciones o esa música anónima<br />

producida espontáneamente por el pueblo, sin sujeción a normas o imperfectamente observadas,<br />

pero que siempre fue sincera expresión <strong>de</strong>l sentimiento: música “anémica <strong>de</strong> acor<strong>de</strong>s”,<br />

pero dulce y libre y propia, sin la absorbente contaminación extranjera.<br />

Claro que siempre hubo rapsodas populares <strong>de</strong> toda especie, buenos y malos. por la<br />

Costa Norte, por Cabrera, por la <strong>de</strong>saparecida Matanzas, vivía en los comienzos <strong>de</strong>l siglo<br />

un famoso tocador <strong>de</strong> cuatro, extraordinario: él solo, sin acompañamiento, amenizaba un<br />

jolgorio. y es el fantástico caso que el músico salía brevemente a hacer aguas, y al volver<br />

hallaba las parejas bailando. La música <strong>de</strong>l sonoro cuatro como que se quedaba viva en el<br />

ambiente; en el oído y en la cintura <strong>de</strong> los entusiasmados bailadores. Se llamaba, si mal no<br />

recuerdo, José Ramón Castaños.<br />

De un mal músico habla Joaquín bobea en una <strong>de</strong> sus epigramáticas Lechugas:<br />

tan mal toca este Clemencio,<br />

el hijo <strong>de</strong> Salomón,<br />

que yo le daría un doblón<br />

porque tocara… silencio.<br />

por lejanos años <strong>de</strong>l pasado siglo, Melchor Añes, <strong>de</strong> La Vega, enseñaba a tocar el arpa<br />

a Antonio <strong>de</strong> Mena Jaques, <strong>de</strong> Cotuí. El discípulo acusó al Maestro <strong>de</strong> haberle robado su<br />

caballo. que entre los rapsodas populares abundaban los <strong>de</strong> esa calaña; los truhanes <strong>de</strong><br />

nuestra picaresca.<br />

Cantos populares<br />

Escenario, tonadas, velas<br />

Nuestros viejos cantores populares hacían gala <strong>de</strong> sus habilida<strong>de</strong>s en don<strong>de</strong>quiera que<br />

hallasen auditorio.<br />

En las ciuda<strong>de</strong>s sus lugares preferidos eran los barrios, los patios; y en los campos las<br />

pulperías, las encrucijadas <strong>de</strong> los caminos, las enramadas –barracones <strong>de</strong>sabrigados que<br />

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