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Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

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168 PARTE I - TEOLOGÍA PROPIAde la causalidad y de sus enormes consecuencias, aunque insistía en que suargumento para sustentarla era irrefutable. En relación inrnediata con la citaacabada de dar, dice: «Estoy consciente que de todas las paradojas que he tenido oque tendré ocasión de presentar en el curso de este tratado, la presente es la másviolenta, y es sólo a golpes de sólidas pruebas y razonamientos que puedo tener laesperanza de que sea admitida y vencer los inveterados prejuicios de lahumanidad». 13 Lo que él llama inveterados prejuicios son realmente leyes de lacreencia que Dios ha imprimido sobre nuestra naturaleza, y que todos los sofismasde los filósofos jamás podrán subvertir.Las conclusiones que Hume saca de su doctrina muestran la apreciación de suimportancia. (1) Sigue de su principio, dice él, que no hay diferencia entre causascomo eficientes, formales, materiales, ejemplares o finales; ni entre causa yocasión. (2) «Que la distinción común entre necesidad moral y física carece detodo fundamento en la naturaleza». «La distinción que hacemos a menudo entre elpoder y el ejercicio del mismo también carece de fundamento». (3) «Que lanecesidad de una causa para todo comienzo de existencia no está basado enningunos argumentos, ni demostrativos ni intuitivos». (4) «Nunca podemos creercon razón que exista ningún objeto del que no podamos formamos una idea».14Por este cuarto corolario, hace referencia a cosas como Ias sustancias, de las que norecibimos impresiones, y por consiguiente de las que no podemos tener idea, y quepor ello no podemos creer racionalmente que existan. Lo mismo se puede decir deDios.Al comienzo de la siguiente sección, 15 Hume, con una osadía casi sin parangón,dice: «Según la doctrina acabada de exponer, no hay objetos que podamosdeterminar, por mera observación, sin consultar la experiencia, como las causas decualquier otro; ni ningunos objetos que podamos determinar con certidumbre de lamisma manera como no siendo las causas. Cualquier cosa puede producir cualquierotra. Creación, aniquilación, movimiento, razón, volición, todas esas cosas puedensurgir de cualesquiera de ellas, o de cualesquiera otros objetos que podamosimaginar. Y esto no parecerá extraño si comparamos dos principios explicadosanteriormente, que la conjunción constante de los objetos determina su causa, yque, hablando con propiedad, no hay objetos contrarios entre sí, excepto laexistencia y la no existencia. Cuando los objetos no son contrarios, nada impideque tengan aquella constante conjunción de la que depende totalmente la relaciónde causa y efecto».13. Ibid, pág. 220.14. Ibid., págs. 226-228.15. § 15.

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