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Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

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616 PARTE II - ANTROPOLOGÍAhecho de que no podamos despejar de objeciones y dificultades una verdad bienautenticada no es una base suficiente o racional para rechazarla. Y segundo, que sedebe considerar como suficientemente contestada cualquier objeción contra unadoctrina religiosa si se puede mostrar que se enfrenta en el mismo sentido contraun hecho innegable. Si la objeción no es una causa racional para negar el hecho, noes una causa racional para rechazar la doctrina. Este es el método que los escritoressagrados adoptan para vindicar la verdad.Se verá que casi todas las objeciones contra la doctrina del pecado original. Obien no se refieren a la evidencia de la verdad de la doctrina sea derivada de laEscritura o de la experiencia, sino a la dificultad de conciliarIa con otras verdades,o bien se insiste en que estas objeciones son fatales para la doctrina cuando enrealidad son igual de válidas contra los hechos de la providencia como lo soncontra las enseñanzas de la Escritura.La objeción de que los hombresson responsables sólo de sus actos voluntarios.1. La objeción más evidente a la doctrina del pecado original se basa en lasuposición de que nada puede tener carácter moral más que los actos voluntanos ylos estados de la mente resultantes de o producidos por nuestra actividadvoluntaria, y que están sujetos al poder de la voluntad. Esta objeción descansasobre un principio que ya ha sido considerado. Llega muy lejos. Si fuera sano,entonces no puede existir una santidad concreada, o gracia habitual, o pecadoinnato, o inherente o residente. Pero ya hemos Visto, al tratar de la naturaleza delpecado, que según las Escrituras, y el testimonio de la conciencia y el juiciouniversal de los hombres, que el carácter moral de las disposiciones depende de sunaturaleza y no de su origen. Adán era santo, aunque creado asi. Los santos sonsantos, aunque regenerados y santificados por el poder omnipotente de Dios. Y porello el alma es verdaderamente pecaminosa si está sujeta a disposicionespecaminosas, aunque estas disposiciones sean innatas y totalmente más allá delcontrol de la voluntad. Aquí se verá que la objeción no va contra la evidenciaEcrituraria de la doctrina de que los hombres nacen en pecado, ni en contra deltestimonio de los hechos de la verdad de la dicha doctrina: se basa en la dificultadde conciliar la doctrina del pecado innato con ciertos principios adoptados conrespecto a la naturaleza y a las bases de la obligación moral. Tanto si podemosrefutar estos principios como si no, ello no afecta a la veracidad de la doctrina.Igual podríamos negar toda profecía y toda providencia por el hecho de que nopodamos conciliar el control absoluto de los agentes libres con su libertado Si elaxioma moral que se adopta de que un hombre sólo puede ser responsable de suspropias acciones

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