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Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

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650 PARTE II -ANTROPOLOGÍAdeben tener un objeto, y este objeto por el cuaI es excitado el sentimiento y hacía elque tiende tiene que ser discemido por el entendimiento. Es esto lo que les da sucarácter racional, y hace que sea racional la determinación de la voluntad.Cualquier volición que no siga al dictado último del entendimiento es, en estesentido de la palabra, la acción de un idiota. Puede que sea espontánea, así como loson las acciones de los brutos, pero no puede ser libre en el sentido de que sea laacción de una persona responsable.Otra forma bajo la que esta doctrina se expresa con frecuencia es que lavoluntad es según el más grande bien aparente. Ésta es una manera muy común deexpresar la doctrina, derivada de Leibnitz, el padre del optimismo, cuya entera«Theodicée» está basada en la presuposición de que el pecado es el medionecesario para el mayor bien. Por «bien», los escritores de esta clase significangeneralmente «adaptado para producir felicidad» la cual es considerada cómo elsumo bien. La doctrina de ellos es que la voluntad siempre se decide por aquelloque promete la mayor felicidad. No es, se dice, el mayor bien real, sino el mayorbien aparente el que determina la volición. Un solo trago de una copa puedeparecerle a un alcohólico, en la intensidad de su deseo, un mayor bien: esto es,como más apropiado para liberarle y satisfacerle, que su propio bienestar o elbienestar de su familia para toda la vida. Esta teoria entera está basada en lasuposición de que la felicidad es el más alto bien, y que eI deseo de felicidad es elresorte último de toda acción voluntaria. Por cuanto estos dos principios sonaborrecibles a la gran masa de las mentes cultivadas, especialmente de lascristianas, y por cuanto los hombres actúan por otros y más elevados motivos queun deseo de potenciar su propia felicidad, son pocos los que, en nuestros tiempos,adoptarán la doctnna de que la voluntad es según el más grande bien aparente, asíexpuesta. No obstante, si la palabra bien se toma en un sentido más amplio,incluyendo todo lo deseable, sea lo recto, lo apropiado, o lo útil, así como loapropiado para dar felicidad, entonces es indudable que la doctrina es cierta. Dehecho la voluntad queda siempre determinada en favor de aquello que bajo algunaspecto, o por alguna razón, se considera bueno. De otra manera los hombrespodrían escoger el mal como mal, lo que violada una ley fundamental de todas lasnaturalezas racionales y sensoriales.Es todavía cosa más común, al menos en este país, decir que la voluntad quedasiempre determinada por el motivo más poderoso. A esta forma de enunciado sepresentan dos evidentes objeciones. (1) La ambigüedad de la palabra motivo. Siesta palabra se toma en un sentido, el enunciado es cierto; si se toma en otro, esfalso. (2) La imposibilidad de establecer ninguna prueba acerca de la fuerzarelativa de los motivos. Si la prueba se hace sobre la vivacidad de los sentimientos,entonces no es cierto que siempre prevalezca el motivo más poderoso. Si se hace laprueba sobre el efecto,

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