11.07.2015 Views

Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

544 PARTE II - ANTROPOLOGÍAfrecuentemente, siguiendo el usus loquendi suyo y de períodos posteriores estaparte positiva del pecado original es llamada concupiscencia. Ésta es una palabramuy difícil de comprender, porque se emplea en sentidos muy distintos incluso enrelación con el mismo tema. Algunos, por concupiscencia, pueden simplementedesignar el instinto sexual; otros, lo que pertenece en general a nuestra naturalezasensorial; otros, todo aquello en el hombre que tiene como su objeto a lo visible ytemporal; y otros todavía, la disposición torcida del alma, por la que, siendoadversa a Dios la criatura es dirigida al mal. Así, cuando se dice que el pecadooriginal consiste, cuando se considera positivamente, en la concupiscencia, tododepende del sentido en que se tome la palabra. Si por concupiscencia se significasólo la naturaleza sensorial, entonces el pecado original tiene su sedeprincipalmente en el cuerpo y en los afectos animales, quedando los poderessuperiores del alma sin ser afectados por su contaminación. Tomás de Aquino tomala palabra en su sentido más amplio, como es evidente por los equivalentesacabados de mencionar, aversión a Dios, disposición corrompida desorden odeformidad de los poderes del alma. ... (7) En cuanto a los elementos, constitutivosde esta corrupción original, o tal como lo expresa él, las heridas bajo las que sufrenuestra naturaleza caída, dice que incluyen: (a) Ignorancia y ausencia delconocimiento recto de Dios en la inteligencia. (b) Una aversión en la voluntad conrespecto al bien sumo. (c) En los sentimientos o afectos, o más bien en aqueldepartamento de nuestra naturaleza que son manifestados por los sentimientos, unatendencia a deleitarse en cosas creadas: Por ello, la sede del pecado original en éles toda el alma. (8) Esta concupiscencia o corrupción inherente no es un acto oagencia o actividad sino un hábito, esto es, una disposición inmanente inherente dela mente. 11 Finalmente, el pecado original es un mal penal. La pérdida de rectitudoriginal y el consistente desorden de nuestra naturaleza, son la pena por la primeratransgresón de Adán. Hasta aquí, la doctrina de Tomás está estrictamente deacuerdo con la de Agustín. Su consideración de la cuestión podría ser redactadacomo una exposición de la respuesta en el «Catecismo de Westminster», quedeclara que la pecaminosidad de aquel estado en el que cayeron los hombresconsiste en la culpa del primer pecado de Adán, la ausencia de rectitud original y lacorrupción de toda su naturaleza. La diferencia reside en el grado de daño recibidopor la apostasía de Adán, o la profundidad de la corrupción de la naturalezaderivada de él. A esto Tomás lo llama languidez o debilidad. Como consecuenciade la caída, los hombres son totalmente incapaces de salvarse a sí mismos, ni dehacer nada verdaderamente bueno a la vista de Dios sin la ayuda de la graciadivina.11. Véase Summa, II.i. qu. LXXXll, arts. I y II. edición de Colonia, 1640.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!