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Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

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CAPÍTULO II – TEÍSMO 169Si existe un argumento como la reductio ad absurdum. es cosa cierta que esta teoríade Hume se refuta a sí misma. (1) Él admite la fiabilidad de la consciencia por loque respecta a las «impresiones»; ¿cómo puede entonces rechazar las intuicionesde los sentidos, de la razón y de la consciencia? (2) Si no tenemos ningúnconocimiento que no se derive de las impresiones, entonces no podemos creer en lasustancia, ni en el alma, ni en Dios. (3) Por la misma razón no podemos creer quehaya una cosa como el poder o la eficiencia, ni ninguna diferencia entre causaseficientes y finales, esto es, entre la fuerza expansiva del vapor y la intención delingeniero que diseña una máquina de vapor. (4) De la misma manera, tenemos quecreer que algo viene de la nada, que no hay razón de que lo que comienza tengaque tener una causa, ni siquiera un antecedente; y, por ello, que «cualquier cosapuede producir cualquier otra cosa», esto es, una volición humana, el universo. (5)No puede ni enunciar su teoria sin contradecirse a si mismo. Habla de algo«produciendo» algo diferente. Pero según su doctrina no existe la producción denada, por cuanto niega que exista nada como el poder o la eficiencia.Está universalmente admitido que no tenemos fundamento para elconocimiento ni la fe excepto en la veracidad de la consciencia. Este principiotiene que ser tenido constantemente en cuenta, y debe ser reiterado a menudo. Porello, cualquier doctrina que contradiga los hechos de la consciencia, o las leyes dela creencia que Dios ha imprimido en nuestra naturaleza, tiene que ser falsa.Entonces, si se puede demostrar que hay ciertas verdades que los hombres se venforzados a creer por la misma constitución de sus naturalezas, estas verdades debenser retenidas a pesar de todas las artes de la sofisteria. Por ello, si constituye unhecho de la consciencia que nosotros mismos somos algo, un ente, una sustancia, yque tenemos poder, que podemos producir efectos, entonces es cosa cierta queexiste el poder, y las causas eficientes. Si además es una verdad intuitiva ynecesaria que cada efecto tiene que tener una causa, que ex nihilo nihil fit [de lanada, nada sale], entonces es absolutamente cierto que si el mundo comenzó a ser,tuvo una causa adecuada de su existencia fuera de él mismo. Y, por ello, si elargumento para demostrar que el mundo no es auto-existente y eterno es sano, elargumento cosmológico es válido y concluyente.La segunda objeciónLa otra forma de objeción se dirige no contra las premisas sobre las que se basael argumento cosmológico, sino contra la conclusión que los teistas sacan delmismo. Se admite que algo existe abora; que una no entidad no puede ser la causade la existencia real; por ello, que algo debe haber existido eternamente. Se admitetambién que es imposible una regresión infinita, o serie eterna de efectos. Por ello,tiene que haber un Ser eterno, existente en Si mismo. Esto es todo lo quedemuestra justamente el argumento cosmológico.

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