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Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

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CAPÍTULO IX - LIBRE ALBEDRÍO 659la contingencia. Todos los Agustinianos mantienen que un acto libre puede serinevitablemente cierto en cuanto a su acaecimiento. Todos los anti-Agustinianos,sean Pelagianos, o Semi-Pelagianos, o Arminianos, y la mayoría de los filósofosmorales y metafísicos adoptan la posición contraria. Enseñan que como la voluntadtiene un poder auto-determinante, puede decidirse en contra de todos los motivos,internos o externos, en contra de todas las influencias, divinas o humanas, demanera que sus decisiones no pueden resultar inevitables sin la destrucción de sulibertad. La misma esencia de la libertad, dicen ellos, es el poder para lo contrario.En otras palabras, un acto libre es aquel ejecutado con la consciencia de que bajounas circunstancias exactamente idénticas, esto es, tanto en el mismo estadointerno como externo de la mente, pudiera haberse dado la decisión opuesta. Segúnla primera doctrina, la voluntad está determinada; según la otra, se determina a símisma. En el primer caso, nuestros actos son o pueden ser inevitablemente ciertos,y sin embargo libres. En el segundo, para que sean libres tienen que ser inciertos.Ya hemos demostrado que ésta es una presentación correcta de la cuestión; que losproponentes de la necesidad moral significan por la misma certidumbre; que losproponentes de la contingencia significan por la misma incertidumbre. Hemosadmitido que el uso de la palabra necesidad, incluso cuando cualificada diciendonegativamente que no es «absoluta, física ni mecánica», sino que es meramentefilosófica o moral, es desafortunada e inapropiada. Y si algún oponente de Agustíno de Edwards dice que todo lo que niega es una necesidad absoluta o física, y queno tiene objcciones a la doctrina de la certidumbre, entonces la diferencia entre él yEdwards es meramente semântica. Pero la verdadera controversia yace más honda.No es la palabra la que sufre oposición, sino el concepto mismo. Hay unaverdadera diferencia en cuanto a la naturaleza del libre albedrío, y esta diferenciase centra en este punto concreto: ¿Pueden resultar inevitablemente ciertos los actosde los agentes libres, sin con ello destruir la libertad de los mismos?Puntos de concordancia.Será bueno, antes de proseguir, enunciar aquellos puntos en los que concuerdanlas partes de esta controversia.1. Concuerdan en que el hombre es un agente libre, en tal sentido que esresponsable de su carácter y de sus acciones. La disputa no es acerca de la realidaddel libre albedrío, sino acerca de su naturaleza. Si alguien niega que los hombresson agentes morales responsables, pertenece entonces a la escuela de la necesidad,y no es interlocutor en la discusión que ahora se considera.2. Se está de acuerdo en cuanto a la naturaIeza del libre albedrío, que

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