11.07.2015 Views

Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

Teología Sistemática - Hodge - Cimiento Estable

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

CAPÍTULO IV- MISTICISMO 75Dios: pero ello fue a unas personas seleccionadas escogidas para ser profetas,autenticados como mensajeros divinos, cuyas instrucciones el pueblo estabaobligado a recibir como provinientes de Dios. De una manera semejante, bajo lanueva dispensación, nuestro Señor seleccionó a doce hombres, dotándolos de unconocimiento plenario del Evangelio, haciéndolos infalibles como maestros, ydemandando de todos los hombres que recibieran sus instrucciones como laspalabras de Dios. Es cierto que durante la era apostólica hubo comunicacionesocasionales dadas a una clase de personas llamadas profetas. Pero este «don de laprofecía», esto es, el don de hablar bajo la inspiración del Espíritu, era análogo aldon de los milagroso El uno ha cesado tao evidentemente como el otro.Es cierto, también, que nuestro Señor prometió enviar al Espíritu, quepermaneceria con la Iglesia, para morar en su pueblo, para ser su maestro yconducirlos al conocimiento de toda verdad. Pero, ¿qué verdad? No la verdadhistórica y científica, sino una verdad llanamente revelada: la verdad que Él mismohabía enseñado, o dado a conocer mediante sus mensajeros autorizados. El Espíritues ciertamente un maestro; y sin sus instrucciones no hay conocimiento salvador delas cosas divinas, porque el Apóstol nos dice:«El hombre natural no capta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque paraél son locura, y no las puede conocer, porque se han de discernir espiritualmente»(1 Co 2:14). Por ello, el disernimiento espiritual es el designio y el efecto de laenseñanza del Espíritu. Y las cosas discernidas son «lo que Dios nos ha otorgadogratuitamente», esta es, y tal como nos muestra el contexto, las cosas reveladas alos Apóstoles y claramente dadas a conocer en las Escrituras.El apóstol Juan les dice a sus lectores: «Mas vosotros tenéis unción del Santo, ysabéis todas las cosas» (1 Jn 2:20), y otra vez, v. 27: «La unción que recibisteis deél permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; sino queasí como la unción misma os enseña respecto de todas las cosas, y es verdad, y nomentira, y así como ella os ha enseñado, permaneced en él» (V.M.) Estos pasajesenseñan lo que admiten todos los cristianos evangélicos. Primero, que el verdaderoconocimiento, o discernimiento espiritual de las cosas divinas, se debe a laenseñanza interior del Espfritu Santo; y segundo, que la verdadera fe, o lacertidumbre infalible de las verdades reveladas, se debe de la misma manera a la«demostración del Espíritu» (1 Co 2:4). El Apóstol Juan dice también: «El que creeen el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo» (1 Jn 5:10). La fe que salva noreposa en el testimonio de la Iglesia, ni en la evidencia externa de los milagros y dela profecía, sino en el testimonio interior del Espíritu con y por la verdad ennuestros corazones. El que tiene este testimonio interior no necesita de otro. Nonecesita que otros hombres le digan cuál es la verdad. .

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!