Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

m 19.
MAYO.
dado á la sagrada leología, y W derecho canónico: y para
poderlo hacer mejor no bebia vino, y daba de mano á
lodo dos regalos y enlrelenimi mtos sensuales, pncurando
conservar muy entera la pureza do su cuerpo y espíritu.
Habiendo pues gastado loablemente algunos aitos en estos
«studios, y daado nuestro Ivon muy buena cuenta de sí,
fué llamado de un arcediano Uedonense, para que hiciese
oíicio de juez eclesiástico. Él lo aceptó y ejercitó con ma-
''avillosa rcc'itud y caridad : ponpie tenia gran cuenta de
;i"ip;irar á lodos los huérfanos, afligidos y necesitados, de
consolar á los que estaban presos, y de defender la libertad
eclesiástica ; y era tan piadoso, que cuando la justicia
le obligaba á dar alguna sentencia rigurosa, y castigar á
'os delincuentes, derramaba muchas lágrimas. Divulgóse
la fama de su bondad, rectitud y letras, y movido de ella
el obispo Ti ecorense le rogó, que fuesen su oficial y vicario
general, y él lo fué algún tiempo creciendo cada dia
de virtud en virtud, y anhelando á la perfección. Con el
deseo de alcanzarla dejó el oficio de juez, pa recién dolé que
«ra bullicioso y contrario al sosiego y quietud que él deseaba,
y se retiró á una iglesia parroquial que habia, para
darse mas á la oración y contemplación, y entregarse de
veras al Señor. Aqui dejó los vestidos delicados y blancos,
de que por razón de su oficio habia usado, y se vislió
de un paño grosero blanco, como verdadero pobre de
Cristo. Maceraba su carne con un áspero cilicio, y sobre él
'•evaba una camisa gruesa de cánamo: ayunaba mucho,
Y los dias de precepto de la Iglesia á pan y agua. No comanjares
regalados, sino pan basto y algún potaje; y
^ontecióli} una vez estar siete dias en un aposento en
pación, ian embebecido y absorto en Dios, que ni tuvo
hambre, ni comió bocado: y acabada su oración, salió tan
bueno, y con tantas fuerzas, como si hubiera comido refiidadamenle.
Rezaba las horas canónicas con maravillosa
atención i levantábase á maitines : dormia poquísimo ; y
cuando ya estaba cansado de leer, ó de algún camino, entonces
se echaba vestido en el suelo, ó sobre algún madero,
teniendo por cabecera, ó la Biblia, ó una dura piedra.
Era excelente predicador, y predicaba á menudo,yendo
á pié por diversos pueblos, por sembrar la palabra de
Seüor : pero sobre todas las otras viidides se. esmeró en la
misericordia y regalo de los pobres. Recibíalos con gran
caridad : lavábales los pies : proveíalos de lo que habian
menester, y tenia casa señalada para esto; y tuvo nueve
años en su casa á un pobre hombre casado con cuatro hijos,
sustentándolos y remediándolos con extremada caridad
Y como él no era suyo, sino de los pobres, así el Señor
le acudía con larga mano, y muchas veces milagrosamen-
**> para que los pudiese remediar. En una grnn ca; eslín,
00 teniendo mas de un pan en casa para comer él y los
Suyos, y (ia,. ¿ ios pobres que en gran número habian
concurrido; el Señor le multiplicó de manera, que tuvo
(Il»e comer y repartir á todos los que habian venido.
0lra vez, habiendo mandado guardar una arca de trigo
Para los pobres, le avisaron que era muy poco el trigo
M'ie habia en ella; y así era verdad; pero ordenando él,
(ine tornasen á mirar bien el arca, la hallaron llena y colmada
de trigo. Otra vez yendo de camino, le pidió un pobre
limosna; y no teniendo él que darle, le dió su capiro-
,,; (') ^P'Ha que llevaba en la cabeza : y de allí á poco rato
SISuicndo su camino, halló su cabeza cubierta con la mis-
Otros muchos milama
capilla, que habia dado al pobre,
gros obró el Señor por él en vida.
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Diciendo misa un dia, al tiempo de alzar la Hostia, se
vió sobiv ella un globo de fuego de maravillosa claridad,
que cercaba la Hostia, el cual desapareció en acabando de
alzar el cáliz. Una mujer noble y enferma, á quien los
médicos no habian podido curar, sanó comiendo un poco
de pan mojado en agua, que san Ivon bebia. Otro'hombre
endemoniado que tres anos habia sido atormentado de
aquel cruel c infernal espíritu, por sus oraciones quedó libre
: y asimismo apagó con ellas un incendio que se habia
levantado. Queriendo pasar por la puente de un rio
caudaloso, habia crecido el rio de manera que habia sobrepujado
la puente; y el santo haciendo la señal de la
cruz sobre las aguas, se partieron y dejaron libre el paso
para él y su criado j y después de haber pasado, volvieron
á cubrir la puente. Estando un dia comiendo á la mesa,
sobrevino un pobre, al parecer muy andrajoso y miserable,
pidiendo limosna. Mandóle Ivon sentar consigo á la
mesa y comer en su escudilla : habiendo comido un peco,
solevantó el pobre de la mesa, y dijo : Dominus vobiscum;
y apareció allí hermosísimo, y con una celestial luz resplandeciente,
y vestido de una vestidura mas blanca que la
nieve; y con esto desapareció.
Era muy regalado de Dios nuestro SeQor, y á menudo
visitado de los ángeles, y con señales exteriores esclarecido
y honrado acá en la tierra. Estando una vez en la
sacristía déla iglesia Trecorense, bajó una paloma tan hermosa
y resplandeciente, que la sacristía y toda la iglesia
se llenó de nueva luz : y otra vez estando comiendo con
los pobres, se puso otra paloma sobre su cabeza, la cual él
tomó en la mano y la acarició, y después la soltó diciendo:
Yete en el nombre del Señor, y ella desapareció : y otras
cosas como estas hizo el Señor, para declararnos la santidad
grande del glorioso confesor: el cual hallándose ya
muy cansado, y atenuado por los muchos ayunos y penitencias,
y deseoso de salir de la cárcel de este cuerpo
mortal, tuvo revelación que el Seíior le queria cumplir sus
deseos, y llevarle para sí, y por mas flaco y debilitado que
oslaba, no quiso mudar su cama (que era el suelo con un
poco de paja), ni'tomar otro regalo, sino encomendarse
afectuosamente al Señor. Recibió el sacramento de la extremaunción,
y armóse con la cruz : y encomendándose al
Señor, le dió su espíritu á los 19 de mayo, un domingo
por la mañana, que fué entre la octava de la Ascensión; y
su sagrado cuerpo fué sepultado honoríficamente y con
mucha devoción en ¡a misma iglesia Trecorense, en donde
es visitado, no solamente de los naturales de aquella ciudad
y de su comarca, sino de otros muchos peregrinos,
(pie de diversas y remotas partes vienen en romería á su
sepulcro, por los muchos beneficios que reciben del Señor
por su intercesión : oyen los sordos, ven los ciegos,
los cojos andan, los mudos hablan, los leprosos quedan
limpios, los endemoniados lilires, y los muertos resuci-
Uin, y loque es mas, los pecadores se convierten á penitencia,
y los que están desunidos y discordes, se reconcilian
y viven en paz, y la virtud y vida cristiana reíloroce.
Mereció san Ivon el nombre de abogado de los pobres
con mucha razón : porque en su vida de ninguna
cosa se preció mas, que de ser refugio y amparo de pobres,
padre do huérfanos, defensor de las viudas y remedio
de todos los necesitados : y todo lo que hacia por