You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
600 LA LEYENDA DE ORO. DIA 28.<br />
culo pastoral, llevándolo á la isla <strong>de</strong> Cer<strong>de</strong>fía, <strong>de</strong> la cual<br />
andando el tiempo, los sarracenos se apo<strong>de</strong>raron; y Luitprando,<br />
rey <strong>de</strong> los longobardos, por gran precio que les<br />
dio, alcanzó el santo cuerpo y le trasladó á Pavía, y allí<br />
honoríficamente le sepultó en una iglesia que edificó llamada<br />
Celia áurea: y <strong>de</strong> esta traslación hace mención el<br />
Martirologio romano á los 28 <strong>de</strong> febrero. AHI está hoy dia<br />
en un monasterio poblado <strong>de</strong> sus religiosos, en una parle<br />
<strong>de</strong>l cual (que es como monasterio por sí) están los frailes<br />
ermitaños <strong>de</strong> san Agustín; y en la otra parte habitan los<br />
canónigos reglares: y todos juntos cantan en la iglesia á<br />
coros los divinos oficios, queriendo los unos y los otros religiosos,<br />
como buenos hijos, poseer aquel precioso tesoro,<br />
y honrar á su beato padre. Al tiempo que san Agustin<br />
pasó <strong>de</strong> esta vida, se convocaba el concilio efesino, al cual<br />
el emperador Teodosio, el menor, llamaba al santo doctor;<br />
pero cuando llegaron sus cartas ya el santo era difunto.<br />
No se escriben muchos y gran<strong>de</strong>s milagros quo san Agustin<br />
hiciese en vida : mas el mismo era un grandísimo milagro<br />
y prodigio divino: solamente dice Posidonio, que algunas<br />
veces siendo presbítero, y otras siendo obispóle pidieron<br />
que hiciese oración por unos en<strong>de</strong>moniados, y que<br />
estándola el santo haciendo con lágrimas, salieron los <strong>de</strong>monios<br />
y quedaron los hombres libres. También escrihe<br />
que una vez estando san Agustin doliente en la cama, le<br />
trajeron un enfermo para que pusiese sobre él las manos,<br />
y por este medio alcanzase salud: y respondió el santo,<br />
que si él pudiera sanar á otro, primero se sanara á sí; mas<br />
que él no era <strong>de</strong> tantos merecimientos, que pudiese dar<br />
salud á otros: y como entendió que aquel enfermo habia<br />
venido porór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Dios, le púsola mano encima y luego<br />
cobró salud. De san Agustín hacen honoríüca mención,<br />
fuera <strong>de</strong> los santos papas- y concilios que arriha quedan<br />
referidos, cuatro sumos pontífices, Martino, Gelasio, León<br />
y Bonifacio VIH, y la quinta, sexta y séptima sínodo. Adviértase<br />
que entre los sermones <strong>de</strong> san Ambrosio se halla<br />
uno que trata <strong>de</strong>l bautismo <strong>de</strong> san Agustin, que es el 92, y<br />
ha engañado y hecho errar á algunos, pensando que es<br />
verda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong> san Ambrosio; pero no lo es, sino <strong>de</strong><br />
algún hombre ocioso (por no <strong>de</strong>cir mentiroso), que con<br />
nombre <strong>de</strong> tan glorioso autor pretendió dar color á sus falseda<strong>de</strong>s,<br />
como evi<strong>de</strong>ntemente lo prueba el car<strong>de</strong>nal Baronio<br />
en sus Anales.<br />
SAN HERMES, MÁRTIR.—El bienaventurado san Alejandro,<br />
papa y mártir, fué gran<strong>de</strong> ministro <strong>de</strong>l Señor, y con su<br />
santa vida, admirable doctrina é innumerables milagros<br />
que hizo, convirtió á la fé <strong>de</strong> Cristo nuestro Salvador gran<br />
parte <strong>de</strong> los caballeros romanos. Entre ellos fué uno Hermes,<br />
varón nobilísimo y riquísimo, y prefecto <strong>de</strong> la ciudad<br />
<strong>de</strong> Roma: el cual por haber resucitado á un hijo suyo<br />
<strong>de</strong> muerte á vida, alumbrado <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong>l cielo, recibió el<br />
santo bautismo, y lo mismo hizo su mujer, sus hijos y su<br />
hermana Teodora y toda la familia, que era <strong>de</strong> mil doscientas<br />
cincuenta personas. A sus esclavos dió libertad , á<br />
los pobres y criados mucha hacienda, y á su hijo el gobierno<br />
<strong>de</strong> su casa, aparejándose él para el martirio. Dió<br />
gran<strong>de</strong> estampido en toda la ciudad la conversión <strong>de</strong> san<br />
Hermes, por ser persona tan ilustre y tan conocida. Mandóle<br />
pren<strong>de</strong>r á él y san Alejandro, Aureliano, prefecto, y<br />
dióle en guarda á un tribuno ó maestre <strong>de</strong> campo, llamado<br />
Quirino, que tenia una hija por nombre líalbina, muy<br />
enferma <strong>de</strong> lamparones. Compa<strong>de</strong>cióse Quirino dcsan Hermes<br />
; y así le dijo, que se maravillaba que un hombre<br />
tan principal y <strong>de</strong> tan alta dignidad, y tenido por cuerdo,<br />
se <strong>de</strong>jase engañar, y por una superstición y locura quisiese<br />
per<strong>de</strong>r tanta honra , nobleza y hacienda, y estar vilmente<br />
aherrojado en una cárcel, y que acabándose con la<br />
vida la felicidad <strong>de</strong>l hombre, y no habiendo mas que nacer<br />
y morir; pudiendo él gozar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>leites y bienes <strong>de</strong> esta<br />
vida, escogiese los trabajos y miserias que pa<strong>de</strong>cía; pues<br />
para ninguna cosa le podían aprovechar. San Hermes le<br />
respondió, que él habia estado en el mismo error, y que<br />
san Alejandro le habia librado <strong>de</strong> él y restituido la vida á<br />
un hijo suyo, y la vista á una criada y ama suya; y satisfízoleá<br />
sus razones, y concertó con él, que si san Alejandro,<br />
que estaba preso en otra cárcel y enca<strong>de</strong>nado, aquella<br />
noche viniese á ver á Hermes, Quirino se converliria á<br />
la fé <strong>de</strong> Cristo. Él dobló las prisiones y guardas para que<br />
san Alejandro no pudiese salir <strong>de</strong> la cárcel ni venir ; mas<br />
san Alejandro, guiado <strong>de</strong> un ángel que se le apareció con<br />
una hacha en la mano en forma <strong>de</strong> un niño como <strong>de</strong> cinco<br />
años, vino á casa <strong>de</strong> Quirino y visitó á san Hermes, y<br />
sanó <strong>de</strong> los lamparones á Balbina, hija <strong>de</strong> Quirino; y él y<br />
toda su casa recibió la luz <strong>de</strong>l cielo y se hizo cristiana, y<br />
fueron todos los <strong>de</strong> ella mártires <strong>de</strong>l Señor: porque Aureliano,<br />
el prefecto, habiendo sabido lo que pasaba, mandó<br />
poner á todos los que habían sido bautizados en un navio,<br />
y que atadas piedras al cuello fuesen lanzados al profundo<br />
<strong>de</strong>l mar. Quirino fué atormentado con diversos tormentos,<br />
y al cabo le <strong>de</strong>sollaron: y por la misma sentencia pasó<br />
san Hermes, cuyos cuerpos recogió santa Teodora, su hermana,<br />
ylos sepultó en la via Salaria, no lejos <strong>de</strong> Roma. El<br />
martirio <strong>de</strong> san Hermes fué á los 28 <strong>de</strong> agosto, en que la<br />
santa Iglesia le celebra, y fué el año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 132,<br />
siendo emperador Adriano. Y Pelagio^ papav II <strong>de</strong> este<br />
nombre, adornó é ilustró el cementerio <strong>de</strong> Hermes. Hacen<br />
mención <strong>de</strong> su martirio todos los Martirologios, especialmente<br />
el <strong>de</strong> Adon, que trata mas largamente, sacando lo<br />
que escribe <strong>de</strong> los Actos <strong>de</strong> san Alejandro, que están en el<br />
tercer tomo <strong>de</strong>l padre Surio.<br />
SAN MOISÉS, ANACORETA V CONFESOR.—A mas <strong>de</strong> aquel<br />
santo Moisés, anacoreta y obispo, cuya vida escribimos á<br />
los 7 <strong>de</strong> febrero, hubo otro san Moisés asimismo anacoreta,<br />
no menos admirable: cuya vida también me ha parecido<br />
escribir en este libro, por dos razones: la primera,<br />
porque algunos confun<strong>de</strong>n á estos dos, y <strong>de</strong> dos Moisenes<br />
que son, dicen que no fué sino uno solo, siendo verdad<br />
que fueron dos, el uno el obispo <strong>de</strong> los sarracenos, y<br />
otro que fué solo anacoreta, pero santo y notable varón:<br />
<strong>de</strong>l uno hace mención el Martirologio romano y los <strong>de</strong>más<br />
á 7 <strong>de</strong> febrero, como queda dicho , y <strong>de</strong>l otro á los 28 <strong>de</strong><br />
agosto: la segunda causa que me mueve á escribir <strong>de</strong> este<br />
segundo Moisés, es porque <strong>de</strong> su vida po<strong>de</strong>mos apren<strong>de</strong>r<br />
á no <strong>de</strong>sconfiar do la misericordia <strong>de</strong>l Señor, cuando viéremos<br />
algún gran pecador que corre sin freno, como caballo<br />
<strong>de</strong>sbocado; y los santos ejercicios con que se <strong>de</strong>be aynj<br />
dar el que tal es, para sulir <strong>de</strong> su mal estado y vencer 1»<br />
tiranía <strong>de</strong> su carne.<br />
La vida, pues, <strong>de</strong> este segundo Moisés escribieron P**<br />
ladio en su historia, llamada « Lausica», y Nicéforo Cnlixlo<br />
en el onceno libro <strong>de</strong> su Historia, en el capítulo 36,<br />
<strong>de</strong> esta manera. Nació Moisés en Etiopía, y como tal era<br />
negro <strong>de</strong> color, y fué hijo <strong>de</strong> un hombre principal y S0'<br />
bernador <strong>de</strong> la república: el cual echó <strong>de</strong> su casa á Moisés