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DÍA 20.<br />
sion el rey <strong>de</strong> Francia Luis so enojó contra algunos obispos<br />
, y los echó <strong>de</strong> sus Iglesias, sin quejrerse amansar con<br />
las muchas y graves cartas que gara aplacarle le escribió<br />
el siervo <strong>de</strong> Dios, ni con la humildad <strong>de</strong> los mismos obispos,<br />
que echados á sus piés <strong>de</strong>l rey , le pedian perdón.<br />
Díjole el sanio , amenazándole : Señor, esa vuestra obstinación<br />
costará la vida á vuestro bijo primogénito y príncipe<br />
jurado, Felipe. El santo lo dijo, y Dios lo cumplió:<br />
y el rey conociendo su culpa , se humilló y rindió.<br />
Seria nunca acabar , si quisiésemos proseguir esta materia<br />
: bastan los ejemplos que habernos referido para enten<strong>de</strong>r<br />
los merecimientos, dones y excelencias <strong>de</strong> este<br />
gran siervo <strong>de</strong>l Señor, y que Dios le envió al mundo para<br />
que le alumbrase con sus rayos como un sol resplan<strong>de</strong>ciente<br />
, y para que los papas , emperadores , reyes, príncipes<br />
y repúblicas gozasen <strong>de</strong> su luz, y acudiesen á él en<br />
los negocios mas oscuros y enmarañados, y él los ilustrase<br />
y <strong>de</strong>senvolviese : y no solamente las provincias mas<br />
cercanas se aprovechasen <strong>de</strong> su santidad, doctrina, consejos<br />
y milagros; sino también las otras <strong>de</strong> Dacia , Suecia<br />
y las <strong>de</strong>más le reverenciasen y le escribiesen cartas<br />
con extraordinaria <strong>de</strong>voción , como lo hicieron. Cualquier<br />
cosa que hubiese Iraido sobre sí, se tenia por una preciosa<br />
reliquia: y hasta un plato <strong>de</strong> barro , por haber comido<br />
en él una vez el sanio, bastó para dar salud á un obispo,<br />
que lomó unos bocados' <strong>de</strong> pan y bebió un poco <strong>de</strong> agua<br />
que habia mandado echar en él, y un báculo puesto á la<br />
cabeza <strong>de</strong> la cama <strong>de</strong> una pobre mujer que era muy atormentada<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio , bastó para espantarle <strong>de</strong> manera<br />
que la <strong>de</strong>jase. El concurso <strong>de</strong> la gente por do quiera que<br />
pasaba era tan gran<strong>de</strong> , que no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir. En Roma<br />
no podia salir <strong>de</strong> casa, sin que toda la córte y todo el pueblo<br />
se fuése tras él. En Milán y en otros lugares <strong>de</strong> Lombardía,<br />
por la innumerable gente que venia á verle y á<br />
tomar su bendición , era necesario que se encerrase , y<br />
que allí les diese su bendición. Cuando pasaba los Alpes,<br />
salíanlos pastores y hombres salvajes á porfía, y quedaban<br />
haciendo fiesta por haberle visto.<br />
AGOSTO<br />
Pero habiendo sido este gran patriarca <strong>de</strong> la Iglesia (an<br />
honrado , tan estimado y reverenciado en el mundo , no le<br />
faltaron sus trabajos y persecuciones: con loscuales el Señor<br />
le quiso pi obar, para que <strong>de</strong> ellos saliese mas puro y<br />
resplan<strong>de</strong>cientecomo el oro <strong>de</strong>l crisol. Hízose en su tiempo<br />
nna jornada muy famosa para la conquista y <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la<br />
Tierra Santa, que los infieles y sarracenos infestidrin.<br />
Mandó el sumo pontífice EugenioIÍI, que habia sibo discípulo<br />
y monge <strong>de</strong> san Bernardo ( como dijimos), á su padre<br />
y maestro que predicase la cruzada y las indulgoni'ias<br />
<strong>de</strong> ella á todos los que fuesen en aquella jornada , Ó<br />
para librar á sus hermanos, ó para dar sus vidas por ellos.<br />
Predicó el santo , y en prueba <strong>de</strong> que Dios le mandaba<br />
predicar, hizo innumerables y evi<strong>de</strong>ntes milagros: y movió<br />
tanto las provincias y reinos á tomar las armas , que<br />
el emperador Corn ado y el rey Luis <strong>de</strong> Francia en persona,<br />
con gran<strong>de</strong>s ejércitos fueron á ella. Pero por justo y<br />
secreto juicio <strong>de</strong>l Señor , tuvo mal suceso , quedando<br />
nuestra gente <strong>de</strong>shecha y perdida; y los infieles triunfando<br />
con nuestros <strong>de</strong>spojos, é insolentes con la victoria.<br />
Bubo<strong>de</strong>este suceso gran<strong>de</strong> tristeza y llanto en loda la<br />
cristiandad; y como san Bernardo habia sido el principal<br />
Predicador y solicitador <strong>de</strong> aquella empresa, y el que mas<br />
tabia animado é inflamado los pueblos á ella, levantóse ,<br />
TOMO II.<br />
545<br />
contra él una brava tempestad : llamábanle embaidjr, embustero,<br />
falso profeta , ruina y calamidad <strong>de</strong> toda la cristiandad.<br />
Vióse muy afligido el fiel y bienaventurado siervo<br />
<strong>de</strong>l Señor, y conoció que era tentación y probación<br />
suya , y que Dios le hacia muy gran merced en servirse<br />
<strong>de</strong> él y tomarle por escudo, para que lodos los golpes <strong>de</strong><br />
las murmuraciones y quejas, y todas las saetas <strong>de</strong> las<br />
lenguas diesen en él y no en el Señor , como él mismo lo<br />
escribe en el principio <strong>de</strong>l segundo libro Decomi<strong>de</strong>ralione<br />
al papa Eugenio. Y para que se viese que Dios habia<br />
mandado que predicase lo que predicó acerca <strong>de</strong> esta jornada<br />
, á mas <strong>de</strong> los otros muchos y gran<strong>de</strong>s milagros que<br />
antes <strong>de</strong> ella habia hecho , en testiíicacion <strong>de</strong> esta verdad,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ella hizo otros y alumbró á un ciego : y el Señor<br />
que humilla á sus santos, para mas ensalzarlos, volvió<br />
por san Bernardo, y nos dió-á enten<strong>de</strong>r que habernos<br />
<strong>de</strong> obe<strong>de</strong>cerle en lo que nos manda , y reverenciar sus<br />
juicios y no escudriñarlos : y que muchas veces las pérdidas<br />
temporales son ganancias espirituales y ayudas para<br />
el cielo.<br />
Estando, pues, el santo abad ya viejo, cansado, exhausto<br />
y consumido <strong>de</strong> los trabajos, penitencias , enfermeda<strong>de</strong>s<br />
, caminos y negocios gravísimos <strong>de</strong> toda la vida , y<br />
con gran<strong>de</strong>s ansias <strong>de</strong> entrar en la eterna, y ver cara á<br />
cara al sumo Bien, le sobrevino una enfermedad peligrosa<br />
y dolorosa <strong>de</strong> estómago que no podia retener la comida<br />
, con suma flaqueza é hinchazón <strong>de</strong> piernas : llevábala<br />
cutí tanta suavidad y dulzura <strong>de</strong> espíritu, como quien <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> una larga navegación se ve llegar al <strong>de</strong>seado<br />
puerto. Él mismo escribe una epístola al abad Arnaldo,<br />
amigo suyo, en que le da cuenta <strong>de</strong> su enfermedad , y le<br />
dice estas palabras: «Recibido habernos vuestra caridad,<br />
con caridad y nó con alegría: porque ¿ qué alegría pue<strong>de</strong><br />
haberdon<strong>de</strong> todo está lleno <strong>de</strong> amargura? Solo el no comer<br />
me da algún <strong>de</strong>leite. Elsuefio ha buido <strong>de</strong> mí, para que aun<br />
eldolorno se mitigue, estando los sentidos dormidos. Todo<br />
lo que pa<strong>de</strong>zco es casi <strong>de</strong>smayos <strong>de</strong> estómago : hánseme<br />
hinchado las piernas y piés como á los hidrópicos : y en<br />
lodos estos trabajos y dolores (por noencubriral amigo que<br />
eslá cuidadoso <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> su amigo, para hablar como<br />
ménos sabio, según el hombre interior en la carne flaca)<br />
el espíritu está pronto. Rogad al Salvador que no quiera<br />
la muerte <strong>de</strong>l pecador , y que no dilate mas mi fin, sino<br />
(¡ue le <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> y ampare. » Todo esloes <strong>de</strong> san Bernardo,<br />
dando cuenta <strong>de</strong> su última enfermedad , y <strong>de</strong>l ánimo que<br />
Dios le daba. Estando ya para morir, se juntaron los obispos<br />
<strong>de</strong> los pueblos comarcanos, y muchos aba<strong>de</strong>s y monges;<br />
lloraban todos con gran ternura la perdida <strong>de</strong> tan san.<br />
lo padre: mas él los animaba y consolaba, y por su humildad<br />
les <strong>de</strong>cia , que era ya razón que el siervo inúül y<br />
<strong>de</strong>saprovechado no ocupase aquel puesto en bal<strong>de</strong>, y que<br />
el árbol estéril fuese arrancado. Finalmente cutre las manos<br />
y lágrimas <strong>de</strong> sus hijos, dio su purísima alma á su<br />
Criadora los 20 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong>l año <strong>de</strong>l Señor <strong>de</strong> 1133,<br />
siendo <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> sesenta y cuatro años casi cumplidos.<br />
Para enterrarle, le pusieron, como el mismo sanio padre lo<br />
habia mandado , encima <strong>de</strong>l pecho una cajila con unas<br />
reliquias <strong>de</strong>i apóstol san Tadco , <strong>de</strong> quien era <strong>de</strong>voto, que<br />
]e hablan traido aquel año d»Jerusalen: y solia <strong>de</strong>cir que<br />
tendria por singular beneficio <strong>de</strong>l Señor salir <strong>de</strong>l sepulcro<br />
el dia <strong>de</strong> la resurrección general en compañia <strong>de</strong> este sanio<br />
opóslol. Apareció algunas veces <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerto á