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492 LA LEYENDA DE ORO.<br />
participó al príncipe, quien, movido por estos milagros, le<br />
alcanzó la vidfi y la liborlad. Relirado <strong>de</strong>spués Viclricio á<br />
la soledad, se fué á la Galia Bélgica á predicar la fé <strong>de</strong> Jesucristo<br />
, haciendo admirable fruto ; lo que sabido por el<br />
romano pontífice lo nombrá obispo apostólico, y luego elevado<br />
á la silla episcopal <strong>de</strong> Houen, la que ilustró con sus<br />
ejemplos, virtu<strong>de</strong>s y milagros. Mucho trabajó este santo<br />
obispo en bien <strong>de</strong> la religión : dirimió diferencias suscitadas<br />
entre los obispos déla Gran Bretaña; mandó construir<br />
varias iglesias y monasterios; asistió casi á todos los<br />
concilios do su tiempo ; y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber visitado los<br />
santos lugares <strong>de</strong> Roma, cargado <strong>de</strong> años y <strong>de</strong> merecimientos:<br />
murió en su diócesis <strong>de</strong> Rouen el dia 1 <strong>de</strong> agosto<br />
<strong>de</strong>l año 413.<br />
S\N PKüRO,S.\N JlUAN, Y OTUOS DIEZ Y OCHO COMPAÍvEUOS,<br />
M VUTIIIKS.—En tiempo <strong>de</strong> los emperadores Valeriano y (¡al¡eno,no<br />
queriendo sacrificará los ídolos, fueron atormentados<br />
con varios suplicios, y por fin <strong>de</strong>gollados en<br />
Roma, durante el siglo IU.<br />
<strong>Los</strong> SANTOS GARPÓFOIU^EXANTO, CASIO, SEVEKINO, SEGUN<br />
DO Y LICINIO , MÁIITIKKS.—Carpóforo y Exanto eran soldados<br />
, y familiares <strong>de</strong>l emperador Maximiano, cuando este<br />
estaba en Milán. Se les encargó la custodia <strong>de</strong> Casio, Severino,<br />
Segundo y Licinio que estaban en la cárcel por haberse<br />
publicado cristianos. Habiendo hablado con ellos los<br />
dos soldados, abrazaron la religión-verda<strong>de</strong>ra, y empezaron<br />
á <strong>de</strong>cir públicamente que los dioses <strong>de</strong>l imperio eran una<br />
impostura, y que solo habia un Dios verda<strong>de</strong>ro, y este era<br />
el <strong>de</strong> los cristianos. Bautizados en seguida por san Materno<br />
, obispo <strong>de</strong> Milán , sacaron <strong>de</strong> la cárcel á los santos <strong>de</strong>tenidos,<br />
y se escaparon con ellos, dirigiéndose á Como.<br />
Cuando el emperador Maximiano supo su fuga , envió<br />
emisarios á todas partes para buscarlos, y habiendo dado<br />
con ellos en una casa junto á Como , allí mismo los castigaron<br />
cruelmente, y por fin les corlaron la cabeza.<br />
SAN FAUSTO, MÁRTIR.—Nació en Milán, abrazó la carrera<br />
do ta milicia, conoció la verdad <strong>de</strong> la religión criMiana<br />
riendo aun muy joven, y fué. bautizado por el obispo san<br />
Cayo. Permaneció por mucho tiempo practicando ocultamente<br />
los <strong>de</strong>beres que el Evangelio impone á todos los fieles<br />
, hasta que, habiéndose publicado los sangrientos edictos<br />
<strong>de</strong>l emperador Aurelio Cómmodo contra los cristianos,<br />
confesó generosamente á Jesucristo. Llevado á la presencia<br />
<strong>de</strong>l juez pagano, se mantuvo inflexible en su confesión,<br />
y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> varios tormentos fuó <strong>de</strong>gollado, sucediendo<br />
su martirio durante el siglo R.<br />
SAN DOMERSIO, Y DOS DISCÍPULOS SUYOS, MÁRTIRES. —Eran<br />
mongos en Persia, y vivian retirados no solo <strong>de</strong> los tumultos<br />
y diversiones <strong>de</strong>l mundo, sino hasta <strong>de</strong>l comercio con<br />
las personas piadosas. En su soledad aspiraban solo á su<br />
propia mortificación, y su retiro no era turbado mas que<br />
por la presencia <strong>de</strong> otro monge que do vez en cuando iba<br />
á llevarles algún alimento. En el reinado <strong>de</strong>l emperador<br />
Juliano el Apóstala, los soldados <strong>de</strong> este arrebataron á los<br />
tres santos <strong>de</strong> su soledad y los llevaron á Nisibe <strong>de</strong> Mesopoíamia,<br />
don<strong>de</strong> los apedrearon hasta que entregaron su<br />
almaá Dios.<br />
SAN DONAOI VNO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en clsiglo<br />
IV, y fué obispo <strong>de</strong>Chalons, en Francia , cuya Iglesia gobernó<br />
por espacio <strong>de</strong> ochenta años. Durante este largo<br />
p mlificado tuvo tiempo para <strong>de</strong>splegar todos los recursos<br />
<strong>de</strong> su zelo: así se le vió recorrer varias veces toda su dió-<br />
DIA 8.<br />
cesis, sombrar por do quiera abundante semilla<strong>de</strong> todaslas<br />
virtu<strong>de</strong>s , levantar templos , y asilos para la virtud ó el<br />
arrepentimiento, y <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>spués todo aquel pais convertido<br />
en un ameno jardin<strong>de</strong> la Iglesia. San Donaciano, murió<br />
á la edad <strong>de</strong> cien años, y fué insigneen milagros antes<br />
y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte.<br />
DIA 8.<br />
<strong>Los</strong> SANTOS CIRÍACO , LARGO, Y ESMARAGDO, MÁRTIRES.—<br />
El martirio <strong>de</strong> los santos Ciríaco, diácono, Largo, y Esmaragdo,<br />
sacada <strong>de</strong> los actos <strong>de</strong> san Marcelo, papa y mártir,<br />
que los notarios <strong>de</strong> Roma escribieron , fué <strong>de</strong> esla manera.<br />
Habiendo venido <strong>de</strong> Africa á Boma Maximiano, emperador,<br />
por hacer vana ostentación <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r y lisonja<br />
á Di'ocleciano , emperador , que le habia hecho su<br />
compañero en el imperio , labró un suntuosísimo edificio<br />
para honra y regalo <strong>de</strong>l mismo Diocleciano: y viendo que<br />
los cristianos no se podían acabar con muertes ni tormentos,<br />
para mas afligirlos con un largo martirio, mandó que<br />
trabajasen en aquella obra como esclavos y gente vil, trayendo<br />
piedra, arena y los otros materiales necesarios para<br />
el edificio. Hízoseasí; ysin tener respeto á nobleza, á milicia<br />
, ni hidalguía, innumerables cristianos con gran fatiga<br />
y sudor, andaban ocupados <strong>de</strong> noche y <strong>de</strong> dia trabajando<br />
en él. Y es cosa mucha para notar, que habiéndose<br />
arruinado otras termas y edificios suntuosísimos <strong>de</strong> otros<br />
emperadores , <strong>de</strong> tal manera , que no ha quedado rastro<br />
<strong>de</strong> ellos; <strong>de</strong> este edificio hecho con el trabajo y sudor <strong>de</strong><br />
tantos y tan gloriosos mártires , ha quedado en pié tanta<br />
parle, que <strong>de</strong> ellaj^ ha edificado un solemne templo <strong>de</strong>dicado<br />
á nuestra Señora <strong>de</strong> los Ángeles , que hoy dia tienen<br />
en Roma los padres cartujos. Habia en este tiempo en<br />
Roma un hombre po<strong>de</strong>roso , rico y fi<strong>de</strong>lísimo , llamado<br />
Trason, el cual compa<strong>de</strong>ciéndose délos cristianos, scciclamente<br />
los soconia, y les enviaba lo que habían<br />
n^enester, por Sisinio, Ciríaco y Largo, que'asimismo<br />
eran cristianos. Supo san Marcelo papa , ó según otros,<br />
san Marcelino , la piedad <strong>de</strong> Trason : agradóse mucho <strong>de</strong><br />
ella, y or<strong>de</strong>nó á Sisinio y á Ciríaco <strong>de</strong> diáconos: los cuales<br />
, ejercitando su caridad , y llevándola limosna ordinaria<br />
<strong>de</strong> Trason á los cristianos que trabajaban , fueron<br />
presos una noche <strong>de</strong> las guardas y soldados <strong>de</strong> Maximiano,<br />
y por su mandato con<strong>de</strong>nados á acarrear piedra y arena<br />
con los <strong>de</strong>más. En este trabajo se ocuparon los santos algún<br />
tiempo : y porque entre los otros cristianos que allí<br />
trabajaban , habia un santo viejo , llamado Saturnino , el<br />
cual por su mucha edad y flaqueza no podía llevar su carga<br />
; estos santos diáconos, con gran<strong>de</strong> prontitud y alegría<br />
te aliviaban, y con su propia carga llevaban la <strong>de</strong>l buen<br />
viejo que él no podía llevar. Admiró esta caridad á los<br />
gentiles, como cosa niu^a y entre ellos no usada (porque<br />
la virtud tiene tanta fuerza , que se hace amar do quier<br />
que se halla, aun <strong>de</strong> los mismos enemigos), y dieron parte<br />
délo que habianvisloáEspurio, tribuno, y éláMaximiano:<br />
el cual los mandó pren<strong>de</strong>r y entregar á un prefecto, llamado<br />
Laodicio. Estando los santos diáconos en la cárcel, fué<br />
cosa maravillosa los muchos y gran<strong>de</strong>s milagros que e'<br />
Señor obró por san Ciríaco, diácono. Y para mas manifestar<br />
su gloria y confundir á los emperadores, permitió d<br />
<strong>de</strong>monio que entrase en Artemia, hija <strong>de</strong>l emperador Diocleciano<br />
, y cruelmente la atormentase, y que á gran<strong>de</strong>s