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DIA 4.<br />
bn'simos, nada correspondienles, según el parecer <strong>de</strong>l<br />
mundo, á su persona y á su dignidad; este ejemplo <strong>de</strong> pobreza<br />
y <strong>de</strong> menosprecio <strong>de</strong>l mutido le conmovió <strong>de</strong> manera,<br />
que se resolvió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego á acompañarle en el intento<br />
<strong>de</strong> fundar la nueva religión, y lleno <strong>de</strong> un nuevo espíritu,<br />
fué á buscar á Adorno, que tenia muy bien conocido,<br />
por ser, igualmente que él, hermano <strong>de</strong> la congregación<br />
<strong>de</strong> los Blancos, y arrojándose á sus pies le pidió su bendición,<br />
ofreciéndosele á seguir su instituto como subdito, y<br />
como hermano y compañero: le refirió el caso <strong>de</strong> la esquela,<br />
y le dió cuenta <strong>de</strong> toda su vida, para acreditar con<br />
las obras la filial confianza que tenia en su sagrada conducta.<br />
Alegre Adorno <strong>de</strong> que se le hubiese unido don Ascanio,<br />
dió cuenta <strong>de</strong> todo á don Fabricio, y los tres se retiraron<br />
al yermo <strong>de</strong> los padres camaldulenses, cosa <strong>de</strong> una<br />
legua distante <strong>de</strong> Ñápeles, para formar <strong>de</strong> común acuerdo<br />
en aquella soledad las reglas <strong>de</strong> aquella nueva religión que<br />
i<strong>de</strong>aban. Cuando las hubieron formado, se volvieron á la<br />
ciudad, y empezaron á practicarlas con la mayor exactitud.<br />
El buen olor <strong>de</strong> todas las virtu<strong>de</strong>s que exhalaban estos<br />
santos fundadores, hizo que se les agregasen en poco<br />
tiempo muchos compañeros, con lo que se <strong>de</strong>terminaron<br />
pedir al papa la confirmación <strong>de</strong> sus reglas, y por común<br />
aclamación fueron elegidos á este efecto el padre Agustín<br />
Adorno y nuestro Francisco. Hicieron estos dos sagrados<br />
comisarios su viaje á pié, pidiendo limosna como á pobres<br />
mendigos, sin llevar mas equipaje que un Crucifijo y un<br />
breviario: al acercarse á Roma temerosos que sus <strong>de</strong>udos<br />
que eran <strong>de</strong> la primera nobleza, avisados <strong>de</strong> Ñapóles, no<br />
caliesen á recibirles en sus carrozas, torcieron elcamino, y<br />
apartándose <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Ñápeles, entraron por otra puerta;<br />
friéronse en <strong>de</strong>rechura al convento <strong>de</strong> los padres capuchinos><br />
y allí recibieron la limosna junto con los oíros mendi-<br />
; y <strong>de</strong>scubriendo nuestro Francisco entre ellos un leproso,<br />
acordándose <strong>de</strong> la lepra <strong>de</strong>que Dios le habiamilagrosamente<br />
sanado, se fué á él, le trató como amigo <strong>de</strong> lal<br />
modo, que los dos comieron en un plato, y en la noche<br />
durmieron juntos con bastante inmediación en una estancia<br />
cerca <strong>de</strong> la portería, <strong>de</strong>scansando en el suelo sin mas<br />
colchones que un poco <strong>de</strong> heno.<br />
A la mañana se <strong>de</strong>spidieron aquellos religiosos y empezaron<br />
á hacer sus diligencias para obtener la aprobación<br />
<strong>de</strong>suór<strong>de</strong>n, aunque al principio hallaron gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s<br />
: porque los car<strong>de</strong>nales á quienes Sixto V habla remitido<br />
el asunto, no venian en aprobarla nueva religión;<br />
pero a! último, asistidos <strong>de</strong> Dios, y protegidos <strong>de</strong>l car<strong>de</strong>nal<br />
Montallo, sobrino <strong>de</strong>l sumo pontífice, vencieron todas<br />
Jas oposiciones con tanta facilidad y felicidad, que á los<br />
tres meses <strong>de</strong> su arribo á Roma, <strong>de</strong>spachó el sumo pontífice<br />
Sixto Y la bula <strong>de</strong> la confirmación <strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n que<br />
quiso se nombrase <strong>de</strong> clérigos menores, dándoles el mismo<br />
l'tu'0 <strong>de</strong> menores con que se honra la religión seráfica<br />
I"6 « habi a profesado. Obtenida la aprobación <strong>de</strong> su reli-<br />
° n) se volvió Adorno á Ñápeles, para don<strong>de</strong> habla parti-<br />
^ Agimos días ántes nuestro Francisco, y á 9 <strong>de</strong> abril do<br />
"^O hicieron los dos compañeros, Adorno y Francisco,<br />
su profesión solemne en manos <strong>de</strong>l vicario general <strong>de</strong> aquella<br />
diócesis, por ausencia <strong>de</strong>l señor arzobispo». Unido ya<br />
nuestro Francisco con Dios, por medio <strong>de</strong> los votos religiosos,<br />
se entregó á una vida tan perfecta que era la admiración<br />
y asombro <strong>de</strong> todos. Ayunaba tres días á la semad<br />
Pan y agua; dormía siempre vestido sobre las <strong>de</strong>snu-<br />
JUNIO. 175<br />
das tablas, y muchas veces sobre el suelo <strong>de</strong> la iglesia;<br />
(ornaba lodos los dias rigurosas y sangrientas disciplinas,<br />
ordinariamente con cor<strong>de</strong>les que remataban en unas rosetas<br />
<strong>de</strong> hierro; iba ceñido <strong>de</strong> cilicios asperísimos, y todos<br />
los vier nes y vísperas <strong>de</strong> nuestra Señora traia un cilicio<br />
<strong>de</strong> un ajustador <strong>de</strong> medio cuerpo, lleno <strong>de</strong> puntas que se le<br />
clavaban en las carnes. Con esta asombrosa penitencia se<br />
disponía para el ejercicio <strong>de</strong> la santa oración, que era el<br />
dulce pábulo <strong>de</strong> su alma; era tan inclinado á este celestial<br />
ejercicio, que a<strong>de</strong>más déla oración <strong>de</strong> comunidad, que<br />
era dos veces al dia y la que le tocaba <strong>de</strong> turno en la circular,<br />
que es como el distintivo <strong>de</strong> esta sagrada ór<strong>de</strong>n, se<br />
obligó con voto particular á tener todos los dias dos horas<br />
mas <strong>de</strong> oración, y no solo cumplía exactamente este voto,<br />
sino que empleaba en la oración todo el tiempo que le sobraba<br />
<strong>de</strong> sus precisas obligaciones, dirigidas todas á la<br />
mayor gloria <strong>de</strong> Dios, y al provecho espiritual y temporal<br />
<strong>de</strong> sus prójimos; este modo <strong>de</strong> vida conservó constantemente,<br />
no solo cuando vivía en las casas <strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n, sino<br />
también en los muchos y largos viajes que hizo, ordinariamente<br />
á pié como pobre mendigo, sustentándose <strong>de</strong> las<br />
limosnas <strong>de</strong> los fieles. Tres veces pasó <strong>de</strong> Nápoles á la<br />
corte <strong>de</strong> Madrid : la primera en compañía <strong>de</strong>l padre Agus-<br />
Un Adorno, para obtener <strong>de</strong>l señor Felipe II, que concediese<br />
á su religión la iglesia colegiata <strong>de</strong> Santa María <strong>de</strong><br />
Nápoles, que era <strong>de</strong>l real patronato : la segunda para ver<br />
si podía introducir su instituto en esta monarquía, como lo<br />
logró, superando con la ayuda <strong>de</strong> Dios las mas fuertes<br />
oposiciones: la tercera, para asegurar esta fundación por<br />
medio <strong>de</strong>dos breves <strong>de</strong> Clemente VIH, el uno dirigido al<br />
soberano, en que su santidad le recomendaba dicha religión,<br />
rogándole la protegiese; y el otro dirigido al señor<br />
nuncio, en que le mandaba hiciese todas las posibles diligencias,<br />
para que no se <strong>de</strong>shiciese la casa que se hallaba ya<br />
fundada en Madrid, como lo pretendía la envidia: los cuales<br />
breves produjeron todo el efecto que se <strong>de</strong>seaba; <strong>de</strong><br />
modo, que no solo quedó asegurada la fundación <strong>de</strong> esta<br />
primera casa en Madrid, sino que se fundaron luego otras<br />
con licencia <strong>de</strong> Felipe III, en diversas parles <strong>de</strong>l reino.<br />
Habiendo fallecido á 29 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1591 el padre<br />
Agustín Adorno,-primer general y principal fundador <strong>de</strong><br />
esta religión, los padres á 9 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1593 eligieron<br />
á nuestro Francisco, que era confundador, en genera] <strong>de</strong><br />
ella por toda su vida : mas como Francisco <strong>de</strong> modo alguno<br />
quisiese admitir este oficio, los padres le propusieron<br />
que á lo menos' lo admitiese por tiempo <strong>de</strong> tres años, á lo<br />
que con<strong>de</strong>scendió el siervo <strong>de</strong> Dios, para no conlristarles.<br />
Pasado el trienio, fué reelegido en el mismo oficio por otro<br />
trienio, pasado el cual obtuvo en la religión otros oficios<br />
mas inferiores: hasta que en el capítulo general, celebrado<br />
en el año 1607, con<strong>de</strong>scendiendo los padres á sus muchos<br />
ruegos, le <strong>de</strong>jaron sin oficio alguno <strong>de</strong> gobierno. Entonces<br />
se dio á una vida tan santa, que hacia parecer imperfecta<br />
la prece<strong>de</strong>nte: escogió para su habitación un<br />
rincón <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>laescalera <strong>de</strong> la casa, tan estrecho y obscuro,<br />
que mas parecía sepulcro <strong>de</strong> muertos que habitación<br />
<strong>de</strong> vivos; guarneciólo lodo <strong>de</strong> calaveras. Aquí estaba recluso<br />
como otro san Alejo, lodo el tiempo que le sobraba<br />
<strong>de</strong> los actos <strong>de</strong> la comunidad, absorto en la contemplación<br />
<strong>de</strong> las cosas celestiales: la tabla <strong>de</strong>snuda sobre que <strong>de</strong>scansaba<br />
en las noches, estaba ordinariamente ociosa, porque<br />
las pasaba casi todas en la iglesia , velando en ora-