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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA 30.<br />

AGOSTO.<br />

nilcnci i, te fué forzoso quitarse his ca<strong>de</strong>nas por una onfcrmcdail<br />

que le sobrevino: no podia abrir el candado, y<br />

letirá mas qua se <strong>de</strong>scubriese su morlilicacion, que lodos<br />

los dolores que pa<strong>de</strong>cía: bizo oración á Dios, pidiéndole<br />

remedio, y el candado se cayó <strong>de</strong> suyo y se cayeron las<br />

ca<strong>de</strong>nas, que se babian entrado ya en la carne, <strong>de</strong>jándola<br />

muy llagada. Kn sanando <strong>de</strong> las llagas, se volvió á poner<br />

la ca<strong>de</strong>na; pero sabiéndolo su confesor, la mandó que se<br />

la quitase. No pensaba en otra cosa la santa virgen mas<br />

que en afligirse y atormentarse: porque se aborrecía con<br />

aquel odio santo que quiere Cristo nos tengamos á nosotros<br />

mismos; y así cuando le probibian unos rigores, inventaba<br />

otros nuevos y mayores. Apivlóíw los brazos tan<br />

fuertemente con unos cor<strong>de</strong>les, que no podia bacer acción<br />

ni movimiento alguno, sin pa<strong>de</strong>cer gravísimo dolor, y sembró<br />

la túnica <strong>de</strong> menudos abrojos, con que hería y ensangrentaba<br />

lodo su cuerpo. Ilabiómlola quitado todos los cilicios,<br />

la dió una persona <strong>de</strong>vola un cilicio <strong>de</strong> cerdas, que<br />

la cogia lodo el cuerpo: estimóle mas, que eslimaran oíros<br />

un vestido muy precioso: visliósele, y parccicndola que<br />

era muy suave, le entretejió <strong>de</strong> gruesos y penetrantes<br />

alfileres. Causábale este cilicio gran tormento, y la vino<br />

á ocasionar vómitos <strong>de</strong> sangre: por lo cual la mandaron<br />

los médicos y confesores que so 1c quitase. Obe<strong>de</strong>ció;<br />

pero bizo olro cilicio no ménos molesto, aunque ménos nocivo,<br />

<strong>de</strong> angeo crudo, y le forró <strong>de</strong> grucsísimo pelo, y<br />

por disimular-, labró las bocas <strong>de</strong> las mangas <strong>de</strong> lienzo<br />

<strong>de</strong>lgado, con que parecía camisa lo que era cilicio. Cansábale<br />

grandísimo calor, <strong>de</strong> manera que no le podia sufrir,<br />

y pesaba lanío, que no la <strong>de</strong>jaba andar; pero entonces<br />

calaba mas alentado y alegre su espíritu, cuando estaba<br />

oprimido y afligido su cuerpo. Solamenle la cabeza y Jas<br />

plantas <strong>de</strong> los píes estaban exentas do estas mortificaciones,<br />

que hemos dicho; pero <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> imitar al Re<strong>de</strong>ntor,<br />

que como dice Isaías no había en él sanidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

plañía <strong>de</strong>l pié basta la coronilla <strong>de</strong> la cabeza, lambien<br />

halló para eslos su particular y gran<strong>de</strong> tormento. Todas<br />

las veces que so encendía en su casa el borno para cocer<br />

el pan, se quílaba los zapatos y ponia la planta <strong>de</strong> los piés<br />

á la boca <strong>de</strong>l borno, para que la llama, que salía por ella,<br />

la abrasase. Para imitar la corona <strong>de</strong> espinas <strong>de</strong>l Re<strong>de</strong>nlor,<br />

mandó bacer una corona <strong>de</strong> eslaño ajustada á su<br />

cabeza, y con unos cor<strong>de</strong>les que entretejió en ella, puso<br />

unos pequeños clavos y con esto coronó su cabeza, atravesando<br />

con los clavos sus sienes, con el dolor que se<br />

pue<strong>de</strong> íinagiiiar. l'arecíéndole <strong>de</strong>spués que el estaño, por<br />

ser metal fácil, no tenia tan fijos los clavos como ella <strong>de</strong>seaba;<br />

hizo hacer una planHiui'la angosta <strong>de</strong> piala, con<br />

tres ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> clavos soldados en ella, dándole á cada<br />

or<strong>de</strong>n treinla y Ires, en honor <strong>de</strong> los treinta y tres años<br />

<strong>de</strong> Cristo; y para que no embarazase el cabello que se<br />

clavasen bien los clavos en la cabeza, se lo quitó todo á<br />

navaja <strong>de</strong>jando solo un poco <strong>de</strong> cabello sobre la teente,<br />

para encubrir la corona por aquella parte y oadlar ftu<br />

mortificación ; y nuca se quitó esta corma, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el dia<br />

que se la puso, hasta qne murió, mudándola lodos los<br />

días, para bacer nuevas heridas, y para qne estuviese<br />

loda la cabeza llagada. Quiso ponerse también corona <strong>de</strong><br />

espinas ; pero consultando á su confesor, la mando (puno<br />

lo hiciese.<br />

Des<strong>de</strong> sus tiernos años dormía sobre unas tablas, leuiendo<br />

un ma<strong>de</strong>ro por cabecera : y acostándola su madre<br />

Gl I<br />

consigo, porque no usase esle rigor, esperaba (pie se durmiese;<br />

y luego levantando la parte <strong>de</strong>l colchón que le locaba,<br />

se echaba sobro las tablas y ponía el ma<strong>de</strong>ro por<br />

almohada. Permitiéndola <strong>de</strong>spués su madre una cama do<br />

tablas, cubiertas con unas frazadas y con sus almohadas<br />

<strong>de</strong> lana ; en entrando en su aposento á dormir, quitaba las<br />

mantas y ponía en lugar <strong>de</strong> almohadas un ma<strong>de</strong>ro; y porque<br />

las tablas no quedasen llanas, ponia <strong>de</strong>bajo unas piedras<br />

que levantaban unas labias mas que oirás, y sobro<br />

ollas dormía, sin po<strong>de</strong>r dormir, sirviendo la cama <strong>de</strong> CI IK<br />

mas que <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso. Pareciéndole <strong>de</strong>masiado regalada<br />

osla cama, formó una <strong>de</strong> palos muy gruesos y <strong>de</strong>siguales,<br />

y puso sobre ellos unas tablas, y sobre las tablas pedazos<br />

do leja, que con sus puntas y corlo bcrian y atormentaban<br />

su cuerpo. Tenia á la cabecera <strong>de</strong> la cama una<br />

redoma <strong>de</strong> hiél, y bebia <strong>de</strong> él antes <strong>de</strong> acollarse, y lomblaba<br />

<strong>de</strong> entrar en la cama, como si la pusieran en el<br />

ecúlco ó catasta, para atormentarla y <strong>de</strong>sgarrarla las carnes,<br />

como á los mártires. Siendo tanta la mortificación<br />

que tenia en lomar la hiél, <strong>de</strong>cía, que era mucha mayor<br />

la que sentía en haberse do acostar en aquella cama. Una<br />

noche que estaba junto á ella temerosa y sin acabarse do<br />

resolverá acostarse, so le apareció Jesucristo nuestro Señor,<br />

y la dijo: Acuérdale que la cama que yo tuve en el<br />

calvario, fué mas dura y áspera que la que lú líenos. Desa ­<br />

pareció el Soíior, y quedó la virgen llena <strong>de</strong> gozo, pareciéndole<br />

ya la cama, nó martirio, sino (teres, nó tormento,<br />

sino regalo; y cuesta cama durmió diez y seis años.<br />

Finalmente, parece íncroíblo la penitencia que hacia osla<br />

santísima virgen, y su vida se puedo llamar un continuado<br />

y penosísimo martirio, insoportable á las fuerzas humanas,<br />

pero posible y fácil á las que da el Señor á sus santos.<br />

Una <strong>de</strong> las mayores tentaciones que pa<strong>de</strong>cióla santa<br />

virgen, fnó la <strong>de</strong>l sueño, ponpto en poniéndose do noche<br />

ó por la mañana á tener ?n oración , luego la asaltaba<br />

el sueño sin po<strong>de</strong>rlo <strong>de</strong>sechar, por mas que variase<br />

posturas punieiidose ya <strong>de</strong> rodillas, ya en pié, ya postrada.<br />

Estaba como corrida <strong>de</strong> sí misma: y unas voces<br />

estando on pié se <strong>de</strong>jaba caer <strong>de</strong> golpe , para que el<br />

dolor <strong>de</strong> la caída no la <strong>de</strong>jase dormir : otras, arrimándose<br />

á la pared, daba golpes en ella con la cabeza: otras , so<br />

colgaba con las manos <strong>de</strong> dos escarpias <strong>de</strong> una cruz grao<strong>de</strong><br />

quo tenia en su aposento , y oslaba así pendiente en el<br />

aire por mucho tiempo, basta que el sueño huía y la <strong>de</strong>jaba<br />

orar. YA dolor do las manos <strong>de</strong> don<strong>de</strong> colgaba lodo el<br />

cuerpo ora intonsísimo: con todo eso le parecía osla penitencia<br />

muy acomodada y discurrió otra mas penosa: ( lavó<br />

una escarpa muy gran<strong>de</strong> en la pared do su aposento,<br />

una cuarta mas alta <strong>de</strong> loque <strong>de</strong>cía su estatura, y en acometiéndola<br />

el siseño, se coleaba en la escarpia do los pe<br />

eos cabellos qne la hahian quedado, y así estaba pendiente<br />

con increíble dolor, hasta (pie el <strong>de</strong>monio corrido la <strong>de</strong>jaba<br />

<strong>de</strong> tentar, ie esta manera venció (-1 sueño, é hizo que<br />

su cuerpo fatigado y afligido so conlent.-'se con dos horas<br />

<strong>de</strong> sueño, <strong>de</strong>jándole libros veinte y dos, <strong>de</strong> las cuidos gasta -<br />

ha diez en la labor para suslenlará sus padres, y doce on oración<br />

y ejercicios (levólos; poro nunca perdía <strong>de</strong> vista á Dios,<br />

y mnebas veces estando haciendoiabor la veían levantar los<br />

ojos al cielo, y estar suspensa por gran<strong>de</strong> rato. Aun estando<br />

dui inicndo la oian <strong>de</strong>cir muchas veces las oraciones<br />

con el mismo or<strong>de</strong>n y concierto que ruando estaba dcspierta,<br />

<strong>de</strong> manera, que cuando dormían los otros senli -

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