Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA 30.
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inadn Plautila, muy triste y llorosa l pidióle un velo para
cubrir los ojos, como era costumbre, á los que cortaban
la cabeza, prometiéndole que se lo volverla: y ella se lo
diócon gran voluntad. En el mismo camino se convirtiei
on tros soldados, de los que le llevaban, á lafé de Cristo,
qne se llamaban Longino, Acesto y Magistro, y fueron
mártires, y la santa Iglesia celebra su memoria á 2 dejnüo.
El lugar donde le degollaron fué el que ahora se
llama Las Tres Fontanas, donde después los gentiles hicieron
carnicería de cristianos, y mataron á san Zenon y á
diez mil y doscientos y tres soldados, sus compañeros.
Allí se puso en oración sosegada y fervorosa, y con grande
alegría y júbilo de su corazón tendió el cuello al cuchillo.
Pero fué cosa maravillosa, como dice san Crisóstomo,
que déla cabeza cortada no salió sangre, sino un rio
de leche: y no es maravilla; porque según dice san Ambrosio,
el que como ama daba el pecho á los fieles y los
criaba con la leche dulcísima y purísima de su doctrina,
derramase en su muerte leche y nó sangre: y la misma
cabeza por tradición se sabe, que dió tres saltos, y con
ellos hizo tres fuentes, que hoy dia so ven en Roma en el
mismo lugar, y son reverenciadas con gran devoción de
los cristianos : y por estos milagros que sucedieron en el
martirio de san Pablo, se convirtieron treinta y seis hombres
á nuestra santa religión, como lo afirma san Juan
Crisóslomo: y el mismo apóstol después apareció á Plautlla,
y le restituyó el velo y sudario que le habia prestado
pará cubrirlos ojos. El cuerpo de san Pablo tomó (tespaes
Utla sonorailustrisima, llamada Lucina , y le enterró en
^a heredad suya, con gran reverencia y piedad.
san Pablo pequeño de cuerpo y algo corvado, de
'ostro blanco, y que en el semblante mostraba mas años
^ los que tenia ; la cabeza pequeña, los ojos graciosos,
'as cejas caldas hacia abajo, la nariz hermosa, corvada y
larga, la barba asimismo larga y muy poblada : mostrábanse
en ella y entre los cabellos de la cabeza alcunas
canas: su visla era venerable y provocaba á devoción,
dando indicio de ser vaso de la divina gracia. San Crisóstomo
escribe, que san Pablo vivió sesenta y ocho años , y
murió á los sesenta y nueve del Señor, y á los trece del
imperio de Nerón, según Baronio.
Las alabanzas y grandezas que todos los sanios aniipuos
y modernos dan á los principes de la Iglesia san Pedro y
s^n Pablo son tantas y tan admirables, que no se pueden
recoger en tan breve escritura, como esta ¡ y por mucho
que digan, todo es poco, respecto de lo que queda que
decir. San Juan Crisóstomo, hablando con los mismos apóstoles,
dice: «Vosotros sois alabados del mismo Dios: él
0sllania luz del mundo : sois mas poderosos que los reyes,
nias valerosos que los soldados, mas abastados que los ri-
C08) mas sabios que los filósofos, mas elocuentes que loa
0radoros; y no teniendo nada, lo poseéis todo. Vosotros
Ils ejemplo de los mártires, corona de las vírgenes, re-
1 de los casados, forma de los monges, ornaménlo de
08 reyos, defensa de los cristianos, freno de los bárbaros
J martirio y confusión de los herejes.» Esto es de san
uan Crisóslomo. Ensebio Emiseno llama á eslosdos apósoles
d0s fuentes, que salen del trono de Dios como de un
r'o impetuoso, para apagarla sed de las almas, y dos méjllcos
del ciclo: dos saetas agudas, despedidas de la alja-
Ja de Dios ¡ destrómpelas que dispiertan con su sonidoá
05 Cubres, y do? lámparas que dan luz á todo el mun-
MO.
do. San Gaudencio, obispo de Bresa, dice, que son dos
lumbreras del mundo, columnas de la fé, fundadores do
Ja Iglesia, maestros de la inocencia y auiores de la santidad,
y que no se pueden alabar dignamente, sino con las
palabras del Salvador. San León, papa, diceen un sermón,
que es el primero que hizo de la festividad de estos dos
apóstoles, que aunque en el cuerpo místico de Cristo, que
es la Iglesia, respecto de los otros santos son como los dos
ojos de la cara, y que sus merecimientos y virtudes exceden
y son mayores que todo lo que de ellos se puede
decir, no debemos pensar que entre los dos liay diferencia
; porque fucroH pares en la elección y semejauies en
el trabajo, y en el martirio iguales. Seria nunca acabar,
si quisiésemos aquí referir los dichos délos otros santos en
alabanza de estos dos principes de la Iglesia. Amémoslos,
como buenos hijos á sus padres: oigámoslos, como discípulos
á sus maestros: sigámoslos, como ovejas á sus pastores:
¡milémoslos, como á santos: pidámosles socorro y
favor, como á bienaventurados; sabiendo que no le negarán.
Refiere Gregorio Turoncnse, que un hombre devoto
de san Pablo, estando gravemente tentado y dosesparaito
y teniendo ya el lazo puesto ála garganta para ahorcarse,
no dejaba de invocar el nombre del santo apóstol, y decir:
San Pablo, ayúdame; y que al tiempo que así le llamaba,
se le puso delante el demonio, como una sombra temerosa,
dándole priesa para que acabase lo que tenia comenzado
: pero que luego le apareció el mismo apóstol san Pablo,
con cuya vista el demonio desapareció , y el hombre
miserable volvió en sí, y tuvo arrepenlimiento de sus pecados,
y con muchas lágrimas pidió perdón de ellos al
Señor, é hizo gracias al apóstol que le habia librado de la
muerte temporal y eterna. El Señor nos libre de ella pollos
merecimientos y oraciones de su santo apóstol. Amen.
* SANTA LUCINA, MAUTIR.—Fué bautizada por los santos
apóstoles Pedro y Pablo después de haberla instruido en
la fé. Era natural de Roma, y como poseyera grandes riquezas,
proveía á las necesidades de los santos , visitaba
los cristianos encarcelados, y á fin de que fueran depositados
decentemente los cuerpos de ios que motian por
Cristo, mandó construir un cementerio á costas suyas. Sin
embargo de seruna matrona romana no se desflcñaba dé
sepultar por sí misma á los mártires, cuyos buenos ofkws
no ocultándose al íirano mandó fuese degollada, siendo su
cuerpo colocado en el lugar mismo que ella habia mandado
construir para depositar los santos mártires.
•SANTA POTAMIANA, SANTA MARCELA Y SAN BASILIOES, MÁR­
TIRES.—Los tres habían sido informados en la virtud cristiana
por Orígenes. Potamiana era esclava: su madre Marcela
la habia educado en los principios de la fé, pero des ­
pués la puso bajo la dirección del gran maestro, pora que
diese cima al edificio que ella habia empozado, Potamiana
erajóven de extrordinaria belleza, y su amo concibió por ella
una pasión tan violenta, que probó hacerla consentir a
sus infames deseos; pero la santa soportó de manera, que
no le dejó esperanza alguna , frustrando todos sus designios
y menospreciando sus promesas y amenazas. Resuello,
pues, á vengarse, la entregó al prefecto de Alejandría
, llamado Aquilas, previniéndole sin embargo, que
no le hiciese daño a1guno si podia decidirla á contentar su
pasión, y prometiéndole una suma considerable de dinero
cu el caso que pudiese lograr su objeto. Pero los reiterados
esfuerzos del prefecto fueron también todüí inútiles. \ la
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