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DIA 25.<br />
voluntad. Cuando veia que alguna novicia tenia afecto á<br />
alguna cosa, aunque fuese <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción, como rosario ó<br />
algún libro espiritual, luego se le quitaba. Algunas veces<br />
hacia que trocasen entre sí los hábitos para que no tuviesen<br />
afecto á ninguna cosa, ni la mirasen como á propia.<br />
Encomendábales mucho la humildad y caridad, y<br />
<strong>de</strong>cia i que todos los <strong>de</strong>fectos sufrirla, pero nó el oir<br />
hablar mal <strong>de</strong>l prójimo. Muchas veces las preguntaba repentinamente:<br />
¿Dón<strong>de</strong> está ahora vuestro corazón? ¿Qné<br />
pensáis? Y según la repuesta, les daba el consejo. Otros<br />
veces les <strong>de</strong>cia: que si en breve tiempo <strong>de</strong>seaban llegar<br />
á gran perfección, tomasen por su maestro á Cristo, y aplicasen<br />
bien los oidos interiores á sus palabras, porque<br />
siempre nos habla al corazón, y en particular <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
recibido el santísimo Sacramento; y así les preguntaba<br />
algunas veces : Hijas, ¿ que os habló hoy Cristo al corazón?<br />
Decídmelo; porqueros afirmo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mis tiernos<br />
años me fué esta lección <strong>de</strong> gran provecho. Encargábales<br />
mucho la frecuencia <strong>de</strong> la comunión, con tal que<br />
no comulgasen solo por costumbre, sino .con actual <strong>de</strong>voción<br />
; y que en la confesión <strong>de</strong>clarasen bien sus culpas<br />
al confesor, no usando cavilaciones, mirando que se van<br />
á lavar con la sangre <strong>de</strong> Jesucristo en aquel sacramenlo.<br />
Cada dia señalaba á sus discípulas tres tiempos para exa-<br />
"'inar la conciencia, y cada mes un exámen general en<br />
que viesen lo que hablan aprovechado en aquel mes.<br />
Con avisos y penitencias proporcionadas corregía sus imperfecciones<br />
y <strong>de</strong>fectos. A una novicia <strong>de</strong> veinte y ocho<br />
aiios» quien sentía algo la poca estimación, mandó por<br />
humillaria que leyese públicamente el abecé, aunque ella<br />
sabia leer, A otra, que no sabia, ni acertaba á orar, la<br />
Cnvió á la huerta á que aprendiese <strong>de</strong> un árbol, lo que<br />
DÍOS le ensenase en aquella criatura; y con esta humildad<br />
y negación <strong>de</strong> su juicio, salió la novicia muy mejorada,<br />
y tan ensenada y aficionada á la oración, que gastaba<br />
<strong>de</strong>spués en ella mucha parle <strong>de</strong> la noche. Dábales muy<br />
saludal Ies consejos, parte que ella habia aprendido por<br />
experiencia, parte que el mismo Cristo le habia dictado,<br />
para que se aprovechase á sí y á otras personas ; y nada<br />
aconsejaba que no ejecutase primero, y <strong>de</strong> esta manera<br />
S{>có muchas discípulas muy espirituales, y enfervorizó en<br />
&ran manera su monasterio, y por su medio se reforma-<br />
'"on las constituciones <strong>de</strong> él. Y no solo <strong>de</strong> su monasterio,<br />
•Das <strong>de</strong> todas las religiones tenia tal zelo y sentimiento do<br />
ver algunas relajadas que afirmaba, anduviera <strong>de</strong> buena<br />
gana corriendo por el mundo, aunque la tuvieran por loca<br />
si pudiera ayudar <strong>de</strong> esta manera á su reformación.<br />
MAYO. 431<br />
lágrimas : pudriéronsele las encías y se le cayeron los<br />
dientes, y los que quedaban, fué menester sacarlos, porque<br />
era insufrible el dolor que le causaban. En todos los<br />
miembros <strong>de</strong> su cuerpo pa<strong>de</strong>cía tantos dolores, como si le<br />
estuvieran martirizando con atrocísimas penas. Efepantíbbanse<br />
los médicos cómo podia vivir la que pa<strong>de</strong>cía lanío,<br />
no consi<strong>de</strong>rando que Dios conservaba la vida muriendo,<br />
para que muriese cada dia y cada hora, con una vida mas<br />
penosa que la misma muerte. Mucho mas era lo que. pa<strong>de</strong>cía<br />
interiormente que lo que exteriormcnle sentía, y era<br />
mas cruelmente atormentada su alma que su cuerpo: porque<br />
el Señor le privó <strong>de</strong> lodo consuelo y gozo espiritual,<br />
y le dió una sequedad tan gran<strong>de</strong>, que el cielo, que antes<br />
<strong>de</strong>stilaba dulzuras y suavida<strong>de</strong>s, ahora era <strong>de</strong> bronce para<br />
ella, y parecía que le arrojaba rayos. Cristo, que ántes so<br />
le mostraba padre y esposo amante, ahora se le representaba<br />
juez severo y riguroso. Parecíale que sus oraciones<br />
hallaban cerradas las puertas <strong>de</strong>l cielo, y que no<br />
llegaban á los oidos <strong>de</strong> Dios: estaba olvidada <strong>de</strong> todas sus<br />
buenas obras, y solo se acordaba <strong>de</strong> sus culpas, que aunque<br />
eran líjeras, le ponían tanto temor como si fueran<br />
muy graves; y así rogaba á las reiígiosas que la encomendasen<br />
á Dios para que usase con ella <strong>de</strong> misericordia:<br />
y solía preguntar á su confesor: Padie, ¿pareceos que<br />
me tengo <strong>de</strong> salvar? Y como el confesor le dijese : por<br />
qué lo preguntaba; respondió: Porque es cosa terrible<br />
que una criatura como yo, que no ha hecho cosa buena<br />
en toda su vida, haya <strong>de</strong> parecer ante el tribunal <strong>de</strong> Dios.<br />
Finalmente estaba como <strong>de</strong>samparada <strong>de</strong> Dios, al modo<br />
que Cristo en la cruz, cuando so quejó á su Padre, y así<br />
lo <strong>de</strong>cían las personas que la trataban.<br />
Pero era cosa<br />
admirable ver cuán conforme estaba entre tantas penrs,<br />
y cómo le <strong>de</strong>cia con ánimo invencible : Señor, si queréis<br />
que esté penando en esta cama hasta el dia <strong>de</strong>l juicio;<br />
hágase vuestra santísima voluntad. Y á una hermana quo<br />
se compa<strong>de</strong>cía <strong>de</strong> sus trabajos, le dijo : que esle habia<br />
sido su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su mocedad, pa<strong>de</strong>cer por Dios, y quo<br />
esto le pedia continuamente, en particular cuando comulgaba<br />
; y así lo tenia por singular favor y regalo <strong>de</strong> Dios.<br />
Recibía todos los días la sagrada comunión, y con ella so<br />
fortalecía para pá<strong>de</strong>cer. No quería privarse <strong>de</strong>l mérito <strong>de</strong><br />
oír el oficio divino; y así le rezaban dos hermanas en su<br />
celda todos los días, y ella le oía con gran<strong>de</strong> atención, y<br />
repetía <strong>de</strong>votísimamente algunos versos. Habiendo llegado<br />
con su enfermedad á los 13 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> ICOT, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haberla comulgado su confesor, viéndola notablemente<br />
agravada <strong>de</strong> su enfermedad, le pareció darle la exli e-<br />
Dia <strong>de</strong> san Juan Bulista, á U <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 160í, tuvo<br />
un rapto admirable, y entendió que habia <strong>de</strong> ser el último<br />
mauncion, y ella la recibió con mucha <strong>de</strong>voción, aui-ípio<br />
sabia que no estaba tan próxima su muerto, como se vió<br />
<strong>de</strong> su vida; porque Dios quería enviarle una penosísima <strong>de</strong>spués; porque habiendo <strong>de</strong>lermiiiiido su confesor ir<br />
al dia siguiente á visitar los ermitaños <strong>de</strong>l monte Senai io,<br />
^^Zt****??***con8ran<strong>de</strong> que son <strong>de</strong> laór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los servitas, y no atreviéndose ahora<br />
el cáliz <strong>de</strong> ^ .u> Para I"6 ^lesv JUU puro .„ ou...» y sin virgen,y consuelo porverla en tanto peligro; le aseguróla santa aoay otra vez<br />
en i»l octubre u &U siguiente Pasiotí- Dispúsose le envió á el todo Señor, la santa nó una sola,<br />
sTnom. nuchas MbreSÍgUÍeiltel^nv¡ó enfermeda<strong>de</strong>s juntas que - la obligaron á estar<br />
treinta no muchas meses enfermeda<strong>de</strong>s una cama, juntas y dijera mejor en una cruz<br />
hasta que murió. No es fácil <strong>de</strong>cir cuántos dolores pa<strong>de</strong>ció<br />
en el cuerpo todo este tiempo, y cuántas aflicciones en el<br />
alma. Tenia calentura continua, catarro y los muy penosa:<br />
echaba sangre por la boca : no se le quitaba el dolor <strong>de</strong><br />
que podia ir y estarse allí por tresdias, que <strong>de</strong>seaba; porque<br />
la hallaría viva ; y así sucedió : por don<strong>de</strong> se ve haberla<br />
Dios revelado el dia <strong>de</strong> su muerte. Después que fué oleada,<br />
cargaron sobre su cuerpo dolorido mayores dolores, y<br />
ella no admitía ningún género do alivio, diciendo : Jesús<br />
en la cruz no tuvo consuelo alguno. Duró hasta los 2;; <strong>de</strong><br />
mayo, dando en estos dias buenos consejos á las religiosas,<br />
díciéndolas: que no amasen otra cosa mas que á Je<br />
cabeza: afligíale un agudísimo dolor <strong>de</strong> dientes, <strong>de</strong> manera<br />
que no podia cerrar laboca sin gravísimo tormcnlo y sucristo : y que e» él pusiesen toda su esperany <strong>de</strong>-