Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

4 32 LA LEYENDA DE OfiO.
seasen psdeeér por su amor. A los 23 de mayo, recibió
el Viático, para partir de esta vida, y estuvo hasta las diez
del dia acompañada de las hermanas que esperaban por
momentos su muerte. A esta hora se fué el confesor á
decir misa para comulgar á las monjas, y estando ya revestido,
le dijeron que la santa virgen estaba ya en la
agonía de la muerte. No sabia qué hacer, si salir á celebrar,
ó asistir á su tránsito : al ün, inspirado de Dios, le
dijo á la sacristana que fuese á la madre priora, y le dijese
de su parte, que mandase á María Magdalena, que
pues habia sido obediente en vida, lo fuese también en la
muerte, y no muriese, hasta qae él acabase la misa, y
hubiese comulgado á las religiosas. Mandoselo la priora:
y habiendo mas de tres horas que estaba sin hablar, y ya
para espirar, volvió en sí, como si despertara de un sueño,
y dijo : Benediclus Dem, y pidiendo algo para tomar
fuerzas, dijo : Gracias al' Señor que hasta el último
punto de mi vida me ha dejado desconsolada, y sin gusto,
hágase su voluntad. De nuevo le ofrezco todo el esfuerzo
espiritual, que pudiera tener, con tal que me haga merced
déla salvación. Acabando el sacerdote de decir misa,
vino á visitarla, y después entregó el bienaventurado
espíritu á su celestial Esposo, en 23 de mayo de 1 (JOT, cu
la fiesta de san Cenobio, obispo de la ciudad de Florencia,
siendo de edad de cuarenta y un años, dos meses y veinte
y cuatro dias. Su rostro quedó hermosísimo, aleslignando
la gloria de su santa alma, y en tal compostura, que á
todos provocaba á devoción.
Al dia siguiente se puso el cuerpo en la iglesia, donde
concurrió mucha gente para venerarle. Desde luego empezó
Dios á obrar por ella muchos milagros, y el primero
fué, que llegando á mirar á la santa virgen un mancebo
deshonesto, volvió el rostro á otro lado, como si estuviera
viva, no dejándose verla que había sido tan pura, de
aquellos ojos lascivos : y el mancebo, espantado y arrepentido
propuso la enmienda de su vida para en adelante.
KiHei raron c! cuerpo en un lugar muy húmedo, sin embalsamarle
ni abrirle, ni hacer otra diligencia para su
conservación : y sacándole de allí después de un año, para
ponerle en otro lugar mas decente, por crecer cada
dia los milagros que Dios obraba por la santa virgen y la
devoción del pueblo, le hallaron incorrupto, tratable y
oloroso. Empezó luego á manar del sagrado cuerpo un
licor á manera de aceite, de suavísimo olor, que recogían
en panos por preciosa reliquia, y duró el manar este licor
doce años, desde el 1608, hasta el 1620 : pero el cuerpo
persevera hasta hoy incorrupto y entero, conservande un
suavísimo olor, desemejante á todos los olores de la tierra.
Beatificó á esta sierva de Dios el papa Urbano VU, por
la bula despachada á 8 de mayo de 1626, diez y nueve
años después de su muerte: y canonizóla, en 28 de abril
de 1669, el papa elemente IX, y púsola en el Breviario
romano nuestro santísimo padre y papa Clemente X, mandando
rezar de ella con oficio de semiduplex.
Escribió la vida de esta santa virgen VicentePücino, que
fué confesor suyo y de su monasterio: después brevemente
Fr. Luis déla Presentación; y mas difusamente con
notas y explicaciones muy doctas acerca de sus revelaciones
y éxtasis el muy R. P. M. Fr. Juan Bautista de Lezana,
consultor de la sagrada congregación del Indice, y catedrático
de la Sapiencia romana. Y otros hacen honorífica
jjiencion de esta prodigiosa y extática virgen.
DIA 25.
SAN GHEGOHIO, PAPA VII.—Fué uno de los mas grandes
pontífices que han ocupado la sede de san Pedro, y
uno de los hombres mas eminentes que han producido los
siglos. Antes de su elevación al pontificado, llamábase Hildebrando,
habia nacido en Soano do Toscana, y era hijo
de un carpintero. Pasó en Roma los primeros años de su
vida, en donde tuvo por maestro á Lorenzo, arzobispo de
Melfi,enelreino de Ñápeles, y trabó estrechísima amistad
con los papas Benedicto IX y Gregorio Vi. Acompañó áeste
último en su destierro á Alemania, y después de su muertese
retiró á la abadía de Cluni, donde fué abad y ejemplar
de gran virtud para aquellos religiosos. Cuando Bruno,
obispo de Toul, designado papa por el emperador Ei>rique,
pasó por Cluni, se llevó consigo á Roma á Hildebrando,
cuyo crédito y conocimientos debían servirle degrandísima
utilidad. Efectivamente el santo raonge sehizo en
poco tiempo dueño de todas *las voluntades por el ascendiente
que le proporcionaban sus virtudes y su sabiduría.
Nada se hizo por aquel tiempo en Roma sin d consejo y ci
asentimiento de Hildebrando; él dominaba con su vasta
capacidad la córte y las facciones, y todos tributaban respeto
y homenaje á su elevado mérito. Durante las agitaciones
de aquellos tiempos apareció siempre Hildebrando
como el mediador y el arbitro en los mas graves negocios.
La fama de su esclarecido genio y de las prendas cristianas
con que iba acompañado, seextendió por toda Europa,
y cuando murió Alejandro H, fué nuevamente aclamado
papa y consagrado en Roma por el mes de junio del año
1073, con el nombre de Gregorio Vlf.
El nuevopapa, animado de un zelo intrépido, foimódesde
luego vastísimos proyectos sobre la reforma de la Iglesia,
principalmente para la abolición déla simonía apoyada
entonces por la misma autoridad imperial. Dió decretos
y fulminó anatemas hasta contra el mismo emperador Enrique
IV, que le declaró la guerra, y en la cual hubiera
indudablemente sucumbido Gregorio, sí no hubiese estado
apoyado en el favor del cielo, y si su carácter no le hubiese
proporcionado abundancia de recursos. Mientras es!-
laba sitiado dentro de Roma por las tropas de Enrique, celebró
un sínodo en que lo excomulgó; y cuando aquél entró
en la ciudad é iba Gregorio á caer en sus manos, retiróse
al castillo Sant-Angelo, y allí esperó la ayuda de Roberto
Guiscardo, príncipe dé la Pulla, que le libertó. La
tempestad no se aquietó por esto: el emperador hizo elegir
otro papa con el nombre de Clemente III, y por esta
causa hubo en la Iglesia un cisma que principió en el año
1080. Gregorio, sostenido por su alma y por la gracia del
Señor, conjuró todas esas calamidades, por medio de los
reglamentos é instrucciones continuas que daba incesan^temente
á los fieles y á los príncipes de la cristiandad.
Sin embargo, viéndose amenazado en Roma por lasasechanzas
que le preparaban sus enemigos, marchó al Monte
Casino, y de aquí pasó á Salerno, en cuya ciudad acabó
sus dias, el 4 de mayo del año 1085, después de un
pontificado de los mas gloriosos, y tal vez el mas fecundo
en resultados de cuantos ha habido. En los últimos dias do
su vida sufrió horribles amarguras, por las noticias quo le
llegaban de los disturbios, con queera la iglesia atribulada;
y en medio de sus pesares su único consuelo ero record
r á sus familiares la pureza de sus miras, la legitimidad
de su zelo, y su ardí en le deseo por la extirpación do
los abusos. Su muerlc fué una calamidad inmensa para el