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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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n i \ 18.<br />

evangélita i una numerosa nuu-hcdumbre <strong>de</strong> gentes, que<br />

yaciun sepultadas en las tinieblas dé la ignorancia. Abolió<br />

y <strong>de</strong>struyó muchos abusos y supersticiones, que suelen<br />

ser consecuencia ordinaria <strong>de</strong> la ignorancia; apaciguó innumerables<br />

discordias , y <strong>de</strong>sarraigó enemista<strong>de</strong>s y odios<br />

muy envejecidos: restableció en su <strong>de</strong>coro el culto divino,<br />

la observancia <strong>de</strong> los dias festivos y la frecuencia <strong>de</strong> los<br />

santos sacramentos : en una palabra, no perdonó trabajo,<br />

industria, ni diligencia alguna, para <strong>de</strong>sempeñar con provecho<br />

<strong>de</strong> las almas confiadas á su celo, las obligaciones<br />

<strong>de</strong> su pastoral ministerio. Sabiendo el siervo <strong>de</strong> Dios (son<br />

palabras <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> su vida), que la predicación <strong>de</strong> la<br />

divina palabra es el principal olicio <strong>de</strong>l obispo; la cual los<br />

apóstoles, <strong>de</strong> quienes los obispos son sucesores, la tenian<br />

en tanto aprecio, que la preferian á otras obras, aunque<br />

santas y agradables á Dios; fué siempre infatigable en dispensar<br />

á sus ovejas en los dias festivos y en otras mnclias<br />

ocasiones, y en especial en tiempo <strong>de</strong> visita , el pan <strong>de</strong> la<br />

palabra evangélica, que anunciaba con un estilo fácil, sencillo<br />

y proporcionado á la capacidad <strong>de</strong> todos, sin adorno<br />

do palabras estudiadas y <strong>de</strong> figuras retóricas; pero con tal<br />

energía, eficacia, celo y unción <strong>de</strong> espíritu, que penetraba<br />

los corazones <strong>de</strong> sus oyentes y producía copiosos frutos<br />

en toda suerte <strong>de</strong> personas. Con este medio y con sus fervorosas<br />

oraciones , logró el santo obispo extirpar en su<br />

pueblo la cizaña <strong>de</strong> los vicios y pecados , renovar el semblante<br />

<strong>de</strong> aquella iglesia, y reducir aquel pueblo á un eslado<br />

muy bueno y ejemplar, que perseveró aun bajo et<br />

Sobteroo <strong>de</strong> sus sucesores.<br />

Esparcióse bien presto por todas partes la fama <strong>de</strong> las<br />

Aclarecidas acciones <strong>de</strong> Gregorio, por lo que Alejandro VU<br />

C|'eJ ó <strong>de</strong>bia colocar esta resplan<strong>de</strong>ciente antorcha en lugar<br />

"Ws sublime, para que difundiese sus rayos á beneficio <strong>de</strong><br />

'Uuchos, y aumentase el <strong>de</strong>coro y hermosura <strong>de</strong> la Iglesia<br />

eatólica. A este Un, á los 5 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong>l año 166;), le promovió<br />

á la dignidad do car<strong>de</strong>nal <strong>de</strong> la romana Iglesia : recibió<br />

Gregorio el aviso <strong>de</strong> esta promoción con gran<strong>de</strong> indiferencia<br />

| superioridad <strong>de</strong> ánimo, pues su corazón, lleno<br />

<strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> un eficaz <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> los bienes eternos,<br />

hacia poco ó ningún caso <strong>de</strong> las pasajeras gran<strong>de</strong>zas<br />

y <strong>de</strong> todos los bienes <strong>de</strong> la tierra. Esta nueva dignidad no<br />

causó mudanza alguna en su modo <strong>de</strong> vivir; ánles bien,<br />

según el aviso <strong>de</strong>l Espíritu Santo, jurgo que estaba obligado<br />

á humillarse tanto mas <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los<br />

hombres, cuanto el Señor permilia que fuese <strong>de</strong> ellos mas<br />

exaltado , y así continuó como antes sus apostólicas tareas<br />

y fatigas, el mismo tenor <strong>de</strong> vida penitente y mortificada,<br />

y las mismas ocupaciones, dirigidas todas á la mayor gloria<br />

<strong>de</strong> Dios y á la salud <strong>de</strong> las almas confiadas á su cuidado.<br />

Congregó sínodo <strong>de</strong> todos los eclesiásticos <strong>de</strong> su ciudad<br />

y <strong>de</strong> su diócesis, uópara establecer nuevas leyes y<br />

0r<strong>de</strong>nar nuevos estatutos , porque creia bastaban ya los<br />

e se contenian en los sinodales y <strong>de</strong>cretos <strong>de</strong> sus aqte-<br />

COsores, sino para renovar la memoria <strong>de</strong> ellos y exhortar<br />

a lodos á su observancia, y para animar y enfervorizar á<br />

^u üero con sus exhortaciones penetrantes y llenas <strong>de</strong> l'ue-<br />

> para que se emplease con mayor celo y solicitud en<br />

las funcioues '<strong>de</strong> su sagrado ministerio. Esta fuá la última<br />

^Unción que hizo el beato Gregorio en su Iglesia dcBcrgalllí)<br />

i porque poco <strong>de</strong>spués, á saber , cerca <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l año<br />

fue elegido por el sumo pontífice obispo <strong>de</strong> la Iglesia<br />

ue Padua , la cual conteniendo un numeroso pueblo com~<br />

JUNIO.<br />

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puesto <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> trescientas mil almas, pedia y necesitaba<br />

<strong>de</strong> un pastor vigilante y celoso , cual era el siervo <strong>de</strong><br />

Dios. Quedó el beato Gregorio pasmado á la jarimera noticia<br />

que tuvo <strong>de</strong> esta elección , y no poco aleiuorizado <strong>de</strong>l<br />

nuevo y mas pesado cargo que se le quena imponer; á<br />

mas <strong>de</strong> que sentía en sí gran<strong>de</strong> repugnancia en <strong>de</strong>jar su<br />

primera Esposa, esto es, la Iglesia <strong>de</strong> Uérgamo; sabiendo<br />

cuánto repugna á las disposiciones <strong>de</strong> los sagrados cánones<br />

el pasar <strong>de</strong> uno á otro obispado si no concurre alguna<br />

muy urgente y legítima causa; por lo que hizo cuanto pudo<br />

para renunciarlo y para quedarse en su obispado <strong>de</strong><br />

Bérgamo. Pero fueron inútiles todos sus esfuerzos, pues el<br />

sumo pontiGco no quiso admitir su renuncia, antes le mandó<br />

transferirse á Padua, y pasar á edificar con sus ejemplos<br />

y saludables instrucciones aquella Iglesia, como habia<br />

edificado á la Iglesia <strong>de</strong> Bérgamo.<br />

Hubo, pues, <strong>de</strong> partirse con gran<strong>de</strong> disgusto suyo y <strong>de</strong><br />

todo su pueblo <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Bérgamo para la <strong>de</strong> Padua,<br />

don<strong>de</strong> comenzó luego á apacentar aquel numeroso rebaño<br />

y gobernar aquella Iglesia con el mismo arreglo, ór<strong>de</strong>n y<br />

acierto que habia gobernado la Iglesia <strong>de</strong> Bérgamo. Pero<br />

siendo la mesa episcopal <strong>de</strong> Padua provista <strong>de</strong> abundantes<br />

rentas, <strong>de</strong>putó algunas personas <strong>de</strong> conocida bondad y fi<strong>de</strong>lidad<br />

, para que con plena potestad cuidaran <strong>de</strong> su administración,<br />

á fin <strong>de</strong> que el cuidado <strong>de</strong> las cosas lemporales<br />

no lo distrajese un solo momento <strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r con todo<br />

su espíritu á las necesida<strong>de</strong>s espirituales <strong>de</strong> su Iglesia. El<br />

uso que hizo el santo obispo <strong>de</strong> las entradas <strong>de</strong> su Iglesia,<br />

lo diremos un poco mas abajo cuando hablaremos <strong>de</strong> su<br />

heroica caridad. Una <strong>de</strong> las cosas que pi imero se llevaron<br />

la atención y cuidado <strong>de</strong> Gregorio , fué la erección <strong>de</strong> un<br />

seminario que fuese proporcionado á la vasta extensión <strong>de</strong><br />

su diócesis, á la necesidad que tenia <strong>de</strong> muchos operarios<br />

evangélicos, y á la dignidad <strong>de</strong> la misma ciudad <strong>de</strong> Padua,<br />

don<strong>de</strong> había una universidad lan célebre para enseñar todas<br />

las ciencias á la juventud. En lugar, pues, <strong>de</strong>l pequeño<br />

y angosto seminario que primero habia , hizo levantar<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus cimientos otro espacioso y magnifico, proveído<br />

<strong>de</strong> copiosas rentas ; estableció en 61 una exacta disciplina,<br />

acompañada <strong>de</strong> muy buenas leyes y estatutos pru<strong>de</strong>ntísimos<br />

: llamó é hizo venir <strong>de</strong> todas partes los mejores maestros<br />

que pudo hallar, varones excelentes en toda suerte <strong>de</strong><br />

ciencias humanas y eclesiásticas, y aun en la lengua<br />

griega, hebrea, cal<strong>de</strong>a y arábiga. Velaba sobremanera<br />

para que los jóvenes clérigos se instruyeran en los dogmas<br />

<strong>de</strong> la Iglesia y en las reglas <strong>de</strong> las costumbres, tomadas<br />

<strong>de</strong> las puras fuentes déla divina Escritura, <strong>de</strong> los sagrados<br />

cánones, <strong>de</strong> los concilios, <strong>de</strong> las constituciones<br />

pontificias y <strong>de</strong> los escritos <strong>de</strong> los santos padres, y en<br />

particular <strong>de</strong> la Suma teológica <strong>de</strong>samo Tomás <strong>de</strong> A quino.<br />

Se mostraba muy interesado en que todos sus clérigos estuvieran<br />

bien instruidos en la historia eclesiástica, porque<br />

siendo la constante tradición <strong>de</strong> lodos los siglos uno <strong>de</strong> los<br />

principales fundamentos <strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> la Iglesia , así<br />

por lo tocante á los dogmas, como también por lo que mira<br />

á las costumbres, con razón juzgaba Gregorio que era<br />

muy útil á los clérigos la historia eclesiástica , que pone<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> los ojos, según el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los tiempos, ta serie<br />

<strong>de</strong> los monumentos que componen la misma tradición,<br />

aclara las dificulta<strong>de</strong>s que se suscitan, y hace mas fácil y<br />

provechoso el estudio <strong>de</strong> la teología : todo lo que movió á<br />

<strong>de</strong>cir á un célebre autor : «Que aquel que se priva <strong>de</strong>l

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