Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
444 LA LEYENDA DE ORO. 11A 31.<br />
templacion; y llegó á lanío dominio sobre las potesta<strong>de</strong>s<br />
infernales, que con el báculo solamente los ahuyentaba.<br />
Del colegio <strong>de</strong> Loreto huyeron, solo con haberse leido en<br />
él una carta <strong>de</strong>l santo padre. Otra vez, aunque se atrevieron<br />
á apalearle, no le pudieron hacer daflo, por guardar<br />
Dios á su siervo. Estando el hospital <strong>de</strong> Allonzana en<br />
Alcalá infestado <strong>de</strong> malos espíritus, quedó libre y limpio do<br />
ellos, <strong>de</strong>spués que se hospedó allí san Ignacio, al cual<br />
quisieron aterrar Igs <strong>de</strong>monios luego que entró, mas el<br />
santo con gran<strong>de</strong> ánimo <strong>de</strong>safió á todo el infierno, diciendo<br />
que si Dios les habia dado licencia, que viniesen sobre él:<br />
con lo cual huyeron los <strong>de</strong>monios, <strong>de</strong> modo que no tornaron<br />
mas. Muchas veces, así estando vivo san Ignacio, como<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muerto, confesaban las potesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l infierno,<br />
que no tenian mayor enemigo que á san Ignacio,<br />
forzándolos Dios á confesar esto por los cuerpos que poseían.<br />
Alimentaba san Ignacio el fuego <strong>de</strong> su amor con largas<br />
horas <strong>de</strong> oración. Des<strong>de</strong> el principio <strong>de</strong> su conversión gastaba<br />
cada dia siete horas , fuera <strong>de</strong> las misas que oia y<br />
vísperas y completas á que asislia, mientras se cantaban.<br />
Después <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nado sacerdote daha dos horas gracias<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la misa, regalándose con su amado Jesús, por<br />
lo menos una hora , por mas ocupaciones que cargasen;<br />
tanto, que una vez que le mandó su santidad que fuese al<br />
sacro palacio á las seis do la mañana , por obe<strong>de</strong>cer puntualmente<br />
y no faltar á sus ejercicios, sino llevarlos hechos<br />
, los empezó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las dos <strong>de</strong> la mañana , teniendo<br />
dos horas <strong>de</strong> oración, luego otra hora <strong>de</strong> misa y otra <strong>de</strong><br />
gracias. Gasliíba casi la mitad <strong>de</strong>l dia en rezar , por las<br />
lágrimas y favores <strong>de</strong>l cielo, con que le era fuerza interrumpir<br />
el rezo. Estuvo á pique <strong>de</strong> cegar, con gran dolor <strong>de</strong><br />
ojos por las lágrimas que vertía; y su cuerpo se cotisumia<br />
por los frecuentes éxtasis que lo arrebalahan; por lo cual<br />
sus compañeros impetraron <strong>de</strong>l sumo pontífice dispensación<br />
<strong>de</strong>l rezo, l'ero poco aprovechó esto: porque en otras<br />
oraciones y la misa (en la cual si no lloraba mas que tres<br />
veces, se tenia por in<strong>de</strong>voto y seco) corrió el mismo riesgo,<br />
hasta que por ruegos <strong>de</strong> los médicos y <strong>de</strong> otros sus<br />
hijos, que pusieron en su mano el remedio, pidió á Dios<br />
le diese po<strong>de</strong>r para templar las lágrimas; lo cual alcanzó<br />
<strong>de</strong> modo, que cuando queria, no lloraba , teniendo en su<br />
libertad este afecto, sin menoscabo <strong>de</strong> las visitas divinas,<br />
que igualmente le bañaban <strong>de</strong> suavidad y dulzura, secos<br />
los ojos. Su oración era tan fervorosa, que muchas veces<br />
cayó malo, por la fuerza <strong>de</strong> su espíritu. Solía quedar tal<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber dicho misa, que no podía andar, y ora<br />
fuerza llevarle en brazos á su aposento: y sino es estando<br />
muy fuerte no podía <strong>de</strong>cirla. Observaron sus hijos, que<br />
ias mas veces era <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto divino sacrificio cuando<br />
caía malo. Para el dia que habia do celebrar, se preparaba<br />
la tar<strong>de</strong> antes, leyendo en el misal toda la misa que habia<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir: lo cual hacia con tantas lágrimas y suavidad <strong>de</strong><br />
espíritu, que no podía respirar ni hablar. Abrasábase con<br />
tan gran<strong>de</strong>s ardores <strong>de</strong> amor <strong>de</strong> Dios, mientras <strong>de</strong>cia misa<br />
y oraba, quo por todas las partes <strong>de</strong>l cuerpo parece que<br />
ardía, y el rostro se le encendía y ponía tan colorado coma<br />
grana: las venas le sobresalían; el corazón le daba<br />
golpes en el pedio; y á veces se le erizaba, el cabello. Esta<br />
intensión y fuerza <strong>de</strong> espíritu , no solo era en la misa<br />
pero eu cuahpiier cosa en que mirase á Dios; como cuando<br />
echaba la bendición en la mesa, y cuando daba gracias<br />
; en cualquier cosa se ponía tal, que no parecía<br />
que en su alma solo estaba presenta Dios, sino que<br />
con los ojos <strong>de</strong>l cuerpo le estaba viendo y adorando,<br />
brotando el incendio <strong>de</strong> su pechoen todo el cuerpo, que le<br />
inflamaba por <strong>de</strong> fuera, <strong>de</strong> manera que se estremecían<br />
los que le miraban , viéndole todo encendido como una<br />
ascua <strong>de</strong> fuego. Cosa maravillosa , que no le distraía ni 1c<br />
impedía , mientras estaba en oración ruido alguno , ni<br />
cosa que sucediese , sino es que fuese por <strong>de</strong>scuido suyo.<br />
Una vez, mientras oraba , le trajeron carta <strong>de</strong> su tierra;<br />
él, por no interrumpir la dulce conversación con Dios , no<br />
hizo mas que echarlas en el fuego sin querer leerlas. Habíase<br />
en la oración pasive, mas que aclivé, como <strong>de</strong>l divino<br />
Uieroteo dice san Dionisio, habiendo llegado al supremo<br />
grado <strong>de</strong> contemplación y unión con Dios, que suele<br />
haber en esta vida: eran muy frecuentes sus arrobamientos.<br />
Tenia presente y tan fácil la entrada con Dios,<br />
que con cuahjuíer cosa , con la vista <strong>de</strong> una flor, luego lu<br />
entregaba el corazón , y lomaba ocasión <strong>de</strong> amarle. Todas<br />
cuantas acciones hacia , las sazonaba, como san Basilio,<br />
con la sal <strong>de</strong> la oración. Mientras oraba , era muchas veces<br />
levantado <strong>de</strong> la tierra, echando gran<strong>de</strong>s luces <strong>de</strong> sí.<br />
Tuvo semejante favor, "que san Martin ; porque estando<br />
diciendo misa, se vió sobre su cabeza un gran<strong>de</strong> fuego.<br />
Semejante atención ó intención que en la oración , ponía<br />
en cualquier obra que hacia por servicio <strong>de</strong> Dios, y eran<br />
todas las que hacía, procurando siempre la perfección <strong>de</strong><br />
ellas , pues las hacía por amor <strong>de</strong> tan gran Sefior: con lo<br />
cual estaba siempre en una continua oración, y lo misino<br />
<strong>de</strong>seaba <strong>de</strong> sus hijos. Uua vez vió á un hermano, que<br />
con <strong>de</strong>scuido hacia algunas cosas ; preguntóle por quién<br />
las hacia: 61 respondió , que por amor <strong>de</strong> Dios; mas el<br />
santo le reprendió severamente , diciendo : Pues yo os<br />
certifico, que si <strong>de</strong> aquí a<strong>de</strong>lante las hacéis <strong>de</strong> esa manera<br />
, que os tengo <strong>de</strong> dar una muy buena penitencia ; porque<br />
si lo hiciéra<strong>de</strong>s por los hombres , no fuera gran falta<br />
hacerlo con ese <strong>de</strong>scuido; pero haciéndolo por tan gran<br />
Señor, es muy gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>scomedimiento hacerlo <strong>de</strong>esa<br />
manera.<br />
Para llegar á tan alto punto <strong>de</strong> oración, do tal EMHtera<br />
domó y casi extinguió sus afectos san Ignacio , que no<br />
parecía hombre, con tal paz <strong>de</strong> sus pasiones sujetas á la<br />
razón, y tan incontrastable, que parecía espíritu puro:<br />
cosa tan admirable , que singularmente la admiraron los<br />
señores car<strong>de</strong>nales <strong>de</strong> la congregación <strong>de</strong> Rilus y auditores<br />
<strong>de</strong> la Rota , venerando el perfectísimo dominio quo<br />
tuvo san Ignacio sobre los movimientos <strong>de</strong>l corazón y todas<br />
sus pasiones : todas las regia, nó para mal, sino por<br />
necesidad y razón, en cuanto servían á la virtud: y fué esto<br />
en tanto grado y tan connatural en él, que juzgaron los<br />
médicos habia mudado totalmente el temperamento; porque<br />
como por su natural fuese ardiente y colérico, y<br />
como un fuego , le calificaban por frío y flemático : y no<br />
era sino que trocó la condición, trasformándose, aun según<br />
la condición <strong>de</strong>l cuerpo, en Cristo Jesús, su amado,<br />
<strong>de</strong>jando <strong>de</strong> ser colérico, por ser manso y humil<strong>de</strong> <strong>de</strong> corazón,<br />
como <strong>de</strong> sí dice él mismo Señor. Parece que tenia<br />
igualmente dominio sobro las <strong>de</strong>más afecciones <strong>de</strong> su<br />
cuerpo , que sobre las lágrimas dijimos: porque cuando<br />
quería repren<strong>de</strong>r á alguno, por echar <strong>de</strong> ver ser necesario<br />
entonces un poco <strong>de</strong> aspereza, en su mano estaba inmutarse<br />
y exasperar el rostro; mas en acabando, al pun^