Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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LA LEYENDA DE ORO. DIA 0.
alaljanzas , por órden (JL-I mismo Lisias fné flecapitado,
alcanzando la corona del martirio el afio 301. Su cuerpo
fué echado á los perros para que lo devorasen; pero un
cristiano llamado Xancio lo recogió y lo dió honrosa sepultura.
SAN SEVEÍIO , PRESBÍTERO T CONFESOR.—Natural do la
India , fué tan fervoroso en sus predicaciones , que andando
de región en región anunciando á Jesucrislo; llegó
hasta Viena de Francia, en cuya ciudad convirtió una multitud
de infieles , destruyó un templo de los ídolos , y levantó
otro en bonor del protomárlir san Esléban. Después
de haber consagrado toda su vida á la propagación del
Evangelio , murió en paz , durante el siglo V , glorioso en
milagros.
Los SANTOS ELEUTEIUO T LEÓNIDES , MÁRTIHES,—ignoramos
todas las circunstancias de la vida y muerte de estos
santos , pues no tenemos de ellos mas noticias que lasque
da el Martirologio romano con estas palabras: «Los santos
mártires Eieutcrio y Leónides llegaron quemados á la corona
del marlírio.))
SAN MIRÓN , OBISPO Y CONFESOR. — Nació bajo el reinado
del emperador Decio en la isla de Creta, de linaje distinguido.
Su educación fué esmerada y cristiana , y en
todas sus acciones brilló siempre su piedad y la inocencia
de su corazón. Fué extremadamente caritativo con los pobres
y compasivo con toda clase de necesitados. Sus virtudes
lo elevaron al sacerdocio , y después al episcopado
de su misma patria, cuya Iglesia vió renovarse en su
iiempo todo el esplendor de los dias de los apóstoles. San
Mirón llegó á una .extremada vejez, muriendo tranquilamente
el año 330.
SAN EMILIANO, OBISPO.T CONFESOR.—Floreció en tiempo
de los emperadores iconómacos, distinguiéndose por su
energía y constancia en defender el culto de las santas
imágenes. Consagrado obispo de Cizico , en el Ilelesponlo,
redobló su fervor y sus trabajos; pero el emperador León
lo mandó encerrar en un oscuro calabozo donde se le
hicieron sufrir todas las miserias é incomodidades de la
vida. Emiliano'fué siempre un modelo de conformidad y
de paciencia: nunca se le oyó soltar una queja ni echar
una mirada;;de indignación á sus verdugos, que se gozaban
en prolongar indefinidamente sus martirios. Por
fin, después de muchos meses de padecer, fué desterrado
á una ciudad de Grecia, en la cual acabó santamente
sus dias durante el siglo IX.
SAN ROMVN, MÁRTIR.
DIA 9.
El dia de la vigilia de san Lorenzo,
que es á los nueve de agosto, hace la santa madre
Iglesia conmemoración de san Román mártir: el cual, siendo
soldado del emperador Valeriano, y asistiendo al marlirió
de san Lorenzo, vió que al tiempo que le atormentaban
en la catasta y desgarraban sus carnes con escorpiones, y
descoyuntaban sus sagrados miembros , estaba el valerosísimo
guerrero del Señor con grande alegría, haciéndole
gracias por la merced que le hacia en darle á padecer tales
tormentos por su amor : y juntamenle vió que un mancebo
hermosísimo estaba allí junto á san Lorenzo, limpiándole
con un lienzo el sudor que cubi la su rostro , por la
terribilidad de aquellos lormcnlos. Movióse mucho Uoman
con esta vista, y entendió que aquel mancebo era un áu-
gel de Dios, que venia á confortar y á regalar á san Lorenzo,
y que no podría dejar do ser verdadera aquella
religión, que daba tanto esfuerzo y alegría en tan
horribles penas , á los que por ella las padecían: y
lo mejor que pudo, se llegó á san Lorenzo , y hr
dijo lo que habia visto, y que él quería ser cristiano,
y que le rogaba no le desampárese. Mucho se alegró
el bendito mártir con lo que le dijo Román , mostrándole
el rostro amoroso; porque de palabra no le pudo
responder. Quitaron después de aquel tormento á san Lorenzo
, y le entregaron á Hipólito, que en secreto era cristiano
, para que le guardase: y Román tuvo comodidad
para entrar donde estaba el santo, y llevando un vaso do
agua se echó á sus piés, suplicándole con gran devoción y
ternura que le bautizase. Tomó san Lorenzo el agua, echóle
su bendición, y bautizó á Román. Súpolo Valeriano; mandóle
apalear y traer delante de sí; y ántes que el inicuo
juez le hablase palabra, san Román con voz clara y alta lo
dijo: Cristiano soy: y el emperador con grande enojo lo
mandó degollar. Lleváronle fuera de la puerta Salaria , y
allí ejecutaron la sentenciará los 9 de agosto: y un presbítero
llamado Justino vino de noche y tomó su santo cuerpo,
y le enterró en una cueva en elóampo Verano. Este es en
suma el marliriodc san Román, sacado de los actos de san
Lorenzo.
* SAN NÜMÍDICO, V OTROS MUCHOS COMPÁSEROS, MÁRTIRES.
—Guando el emperador Valeriano levantó la persecución
contra la Iglesia, vivían en África estos santos. Nümídico
era el principal entre ellos, ya por su nacimiento, ya por
su piedad; así es que no dejaba de exhortar á sus compañeros
y animarles á que perseverasen en la fé, como
efectivamente la confesaron cuando fueron presos por los
paganos. Los arrojaron estos al fuego , y todos alcanzaron
la palma del martirio menos Nümídico, que fué sacado medio
vivo por una hija suya, y le curó. En razón á sus eminentes
virtudes fué ordenado do presbítero en la iglesia
d9 Cartago'por el obispo san Cipriano, cuyo rainisteriu
ejerció por el espacio do algunos años hasta su muerte.
Fueron muchos los milagros que obró el Señor por su intercesión.
Los SANTOS JULIÁN , MARCIANO, Y OTROS oeno COMPAÑEROS,
MÁRTIRES.—Naturales y habitantes de Conslantinopla, sintieron
tanto la persecución, que en su tiempo promovió contra
las imágenes de los santos el emperador León el Isauro
, que un dia llenos de santo zelo, colocaron la efigie dei
Salvador sóbrela puerta deRroncejde la misma ciudad.
Al dia siguiente fueron llamados á la presencia de León, y
habiéndoles interrogado por su atrevimiento, coul'esando
ser ellos los autores de aquel supuesto crimen, fueron condenados
á varios tormentos , y por ¡fin murieron degollados.
Los SANTOS SECUNDIANO , MARCELIANO Y VERIANO , MÁRTI­
RES. — Eran soldados romanos en tiempo del emperador
Decio, y so convii tieron á la fé por la admiración que les
causó la vista déla constancia y demás virtudes de los mártires.
Luego que fueron bautizados declararon que adoraban
á Jesucristo, y hallándose entonces en Roma fueron arrestados,
sufriendo en la misma ciudad varios y crueles tormentos.
Después fueron enviados áToscana, en cuya provincia
, por orden del cónsul Promolo primeramente fueron
azotados, luego estirados en el potro, descarnados con
garfios de hierro , quemados sus oostádos con plan-