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gloria, pormilió que Lázaro muriese y estuviese hediondo<br />
cualro dias en la sepultura , para resucitarle, llor ando<br />
sobre él por la ternura y compasión que tenia á sus dos<br />
hermanas: <strong>de</strong> las cuales 3Iarla salió primero á recibirle<br />
fuera <strong>de</strong>l castillo; y <strong>de</strong>spués llamó á su hermana María,<br />
mostrándose en todo <strong>de</strong>votas, humil<strong>de</strong>s y amorosas discípulas<br />
<strong>de</strong>l Señor: el cual, como quien tan bien paga los<br />
servicios que se le hacen, y pone á su cuenta sus mismos<br />
dones con que nos previene y enriquece, llenó aquella<br />
casa <strong>de</strong> bendición , y con singulares gracias y privilegios<br />
adornó las ánimas , <strong>de</strong> las que con tanta voluntad y <strong>de</strong>voción<br />
en ella le recibían y hospedaban , aun en tiempo que<br />
los judíos tanto le perseguian y tenían por malditos y excomulgados<br />
á los que trataban con él. Do aquí vino que<br />
<strong>de</strong>spués do la ascensión <strong>de</strong> Cristo á los cíelos, estos mismos<br />
judíos, persiguiendo á los fieles y miembros <strong>de</strong> Cristo,<br />
echaron mano <strong>de</strong> sania Marta y santa Magdalena, y habiéndoles<br />
confiscado primero sus bienes, las pusieron conLá -<br />
zaro su hermano y con Maximino y toda su casa, en<br />
un navio sin velas ni remos, para que pereciesen en el<br />
mar, mas oí navio guiado <strong>de</strong> Dios aportó á Marsella: la<br />
cual ciudad, visto el milagro, y oyendo la predicación <strong>de</strong>l<br />
lívangelío, se convirtió á la fé <strong>de</strong> Cristo, y luego otra ciudad<br />
llamada Aíx, hizo lo mismo. En Marsella fué obispo<br />
Lázaro y Maximino , uno <strong>de</strong> los setenta y dos discípulos <strong>de</strong><br />
Cristo, lo fué en Aix. La santa Magdalena se apartó á un<br />
áspero y solitario monlo, para emplearse toda en oración<br />
y en meditación. Santa Marta con una criada suya llamada<br />
Marcela, edificó un monasterio fuera <strong>de</strong> poblado, y en<br />
compafiía <strong>de</strong> otras muchas doncellas que la siguieron, sirvió<br />
muchos años en santo recogimiento al Sefíur, alzando<br />
la ban<strong>de</strong>ra (<strong>de</strong>spués déla Madre <strong>de</strong> Dios) <strong>de</strong> la virginidad<br />
y haciendo voto <strong>de</strong> ella, viviendo en congregación <strong>de</strong> mujeres<br />
<strong>de</strong>dicadas á Dios enteramente, con tanto rigor y aspereza<br />
<strong>de</strong> vida, que san Antonino arzobispo <strong>de</strong> Florencia,<br />
escribo, que no comia carne, ni huevos, ni queso, ni bebía<br />
vino y que comia solo una vez al dia , y era tan dada<br />
á la oración , que cíen veces cada dia y otras tantas cada<br />
iiDche, se hincaba <strong>de</strong> rodillas para adorar y reverenciar<br />
al Señor. Y el mismo autor refiere, que con sus oraciones<br />
maló un dragón horrible y disforme, que hacía mucho daño<br />
en toda aquella tierra, haciendo sobre él la señal <strong>de</strong> la<br />
cruz y rociándole con agua bendita: y que llegando el<br />
tiempo en que nuestro Señor la quería galardonar, le reveló<br />
un año antes el fin <strong>de</strong> su dichosa vida; y que para<br />
mayor corona suya, quiso que todo aquel año estuviese<br />
doliente <strong>de</strong> calenturas: pero ocho días áules oyó suavísima<br />
música en el cielo, y vió los santos ángeles que cantando<br />
llevaban el ánima <strong>de</strong> su dulcísima hermana Magdalena , la<br />
cual le apareció á la hora <strong>de</strong> su tránsito, y el mismo Cristo<br />
uueslro Re<strong>de</strong>ntor la visitó; y le dijo: Ven , huéspeda mía<br />
muy querida , quo como tú me recibiste en tu casa, así te<br />
recibiré en la mía enelcielo. Mandóse poner sobre el suelo,<br />
sembrado <strong>de</strong> ceniza en parle don<strong>de</strong> pudiese <strong>de</strong>scubrir y ver<br />
el cielo: y teniendo allí <strong>de</strong>lante una cruz, se hizo leer la pasión<br />
<strong>de</strong>l Señor escrita por san Lú('as;y llegando á aquellas<br />
palabras « B» tus manos, Señor, encomiendo mi ospirilu ,»<br />
dió el suyo al Señor. También dice san Antonino que estando<br />
san iTuntino, obispo petragorícense, que ahora llaman <strong>de</strong><br />
Perigm'iix (á don<strong>de</strong> había sido enviado <strong>de</strong>l apóstol san Pedro)<br />
diciendo misa, le apareció un ángel y le dijo, que<br />
fuéie á enterrar á santa Marta, y le llevó á Tarascón don-<br />
LA LEYENDA DE ORO. DÍA 29.<br />
<strong>de</strong> fué su muerte, y se halló á su entierro, é hizo el oficio<br />
en compañía <strong>de</strong>l mismo Cristo que le ayudo á enterrar:<br />
porque así honra Dios á los quo le honran, y con semejantes<br />
favores paga los servicios que por su gracia se le hacen.<br />
Pedro Galesino dice, que escribió la vida <strong>de</strong> santa<br />
Marta en hebreo y Marcela, su criada ,y que la tradujo en latín<br />
S Íntico, aunque al car<strong>de</strong>nal Baronio le parece aquella vida<br />
escrita por algún autor mas mo<strong>de</strong>rno, y digna <strong>de</strong> ser examinada.<br />
Celebra la fiesta <strong>de</strong> santa Marta la Iglesia el día<br />
<strong>de</strong> su muerte, que fué á üi9 <strong>de</strong> julio, año <strong>de</strong> 84 , imperando<br />
Domiciano. Uizo nuestro Señor muchos milagros por<br />
esta bienaventurada santa, éntrelos cuales fué uno dar salud<br />
á Clodoveo rey <strong>de</strong> Francia , eslaudo muy enfenno y<br />
orando al sepulcro <strong>de</strong> santa Marta.<br />
<strong>Los</strong> SANTOS SIMPLICIO , FAUSTINO , Y BEATRIZ ,<br />
HERMANOS<br />
MÁRTIBFS.—El mismo dia <strong>de</strong> santa Marta hace la santa Iglesia<br />
conmemoración <strong>de</strong> los santos mártires, Simplicio, Faustino<br />
y Beatriz, su hermana , los cuales murieron en Roma<br />
por la fé <strong>de</strong> Cristo en la persecución <strong>de</strong> los emperadores<br />
Dioclecíano y Maximiano. Simplicio y Faustino fueron presos<br />
: y visto que estaban muy constantes en la fé, un vicario<br />
<strong>de</strong>l emperador los mandó atormentar, y <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong>gollar, y echar sus cuerpos en el río Tíber. Su santa<br />
hermana Beatriz los recogió y Ies dió sepultura, y <strong>de</strong>spués<br />
se retiró en casa <strong>de</strong> una santa viuda , llamada Lucina, que<br />
do dia y <strong>de</strong> noche, no se ocupaba sino en oración-, penitencia<br />
y obras <strong>de</strong> piedad. Siete meses duró esta santa<br />
compañía; mas permitió el Señor que un hombre po<strong>de</strong>roso<br />
, llamado Lucrecio, se cegase con la codicia, y pretendiese<br />
quitar á santa Beatriz una heredad que tenia , para<br />
juntarla con otra suya. Para po<strong>de</strong>rlo hacer mas fácilmente,<br />
y sin costa suya, entendiendo que era cristiana , la hizo<br />
llamar para que sacrificase á los dioses: y como ella claramente<br />
confesase queeracrisliana, y que <strong>de</strong> ninguna manera<br />
adoraría álos dioses <strong>de</strong> palo y piedra, la hizo echáronla<br />
cárcel, y <strong>de</strong> noche darle garrote. Con este género <strong>de</strong> muerto<br />
la gtóriosa virgen y mártir Beat riz pasó <strong>de</strong> esta vida mortal<br />
á la eterna, y su santa compañera Lucina enterró su cuerpo<br />
junto á los <strong>de</strong> Simplicio y Faustino, sus hermanos: y <strong>de</strong>spués<br />
el papa León, II <strong>de</strong> este nombro , edificó un suntuoso<br />
lernplo en Roma , y trasladó á él los cuerpos <strong>de</strong> estos santos<br />
mártires. Mas para que se vea , cuan mal suce<strong>de</strong>n<br />
los consejos quo se toman con la codicia , y que el Señor<br />
al cabo <strong>de</strong>scubre y castiga las marañas y artificios <strong>de</strong> los<br />
hombres malvados; es bien que se sepa, que Lucrecio,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> santa Beatriz, se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> su<br />
posesión y heredad (que fué el motivo <strong>de</strong> hacerla matar»<br />
aunque con achaque y color <strong>de</strong> religión), y el dia que s»<br />
apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> ella , hizo un convite solemne á algunos and'<br />
gos suyos, y estando en el con mucha chacota y alegría»<br />
mofándose <strong>de</strong> los sanios mártires y no cabiendo <strong>de</strong>pla"<br />
cor, y por verse señor <strong>de</strong> la hacienda <strong>de</strong> ellos ; se halló<br />
presente una mujer con un niño en los br azos; á quien<br />
daba el pecho; y el niño, movido <strong>de</strong> Dios, con voz clara<br />
y quo lodos le entendieron, dijo : Oye , Lucrecio , mataste<br />
y poseíste y caíste en manos <strong>de</strong> tu enemigo. Quedó<br />
pasmado Lucrecio: perdió el color y helósele la sangre:<br />
entró luego (>| <strong>de</strong>monio en él; atormentóle cruelmente por<br />
espacio <strong>de</strong> tres horas, y espiró con gran daño <strong>de</strong> su<br />
alma, y gran provecho <strong>de</strong> muchos, que con este ejompl0<br />
entendieron que hay premio para el bueno, y castigo péft<br />
el malo : y que Dio» quila la máscara al crabuslo y artr-