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MAYO.<br />
DIA 5,<br />
¡mpriniir en tu cuerpo por premio <strong>de</strong> lu humildad. Á eslas<br />
profi'licas razont-s respondió sanio Domingo: Alégrale,<br />
Angelo, á quien el Señor por singular privilegio ha escogido<br />
por predicador <strong>de</strong> la verdad contra los vicios y<br />
herejías, y lustre <strong>de</strong> la Iglesia con tus virtu<strong>de</strong>s y ejemiilos.<br />
Á que anadió san Francisco: Con razón , Angelo, te pue<strong>de</strong>s<br />
alegrar; porque en breve tiempo darás lu vida por la<br />
honra <strong>de</strong>l Señor en el reino <strong>de</strong> Sicilia, y con tres coronas<br />
<strong>de</strong>. virgen, doctor y mártir , subirás triunfante al cielo.<br />
Con eslosy otros coloquios santos se alegraron y comunicai'on<br />
enlrc sí estas tres lumbreras <strong>de</strong>l mundo. Salieron juntos<br />
, y llegando á Sania Sabina , cuya iglesia este mismo<br />
ano dió el papa á santo Domingo para convento <strong>de</strong> su religión<br />
, les pidió un leproso la salud, que tuvo luego polla<br />
oración <strong>de</strong> tan po<strong>de</strong>rosos abogados. En Sania Sabina<br />
pasaron la siguiente noche los tres, ya en oración , ya en<br />
santísimos coloquios. Hoy se lee sobre la celda en (pie vivió<br />
santo Domingo en este convento, una latina inscripción<br />
que es memoria eterna <strong>de</strong> todo lo referido, <strong>de</strong>más <strong>de</strong> referirlo<br />
el patriarca Enoch que se halló presente, J olios<br />
gravísimos autores.<br />
Recibió Angelo la úllima bendición <strong>de</strong>l papa, y pai lióse<br />
habiéndose <strong>de</strong>spedido <strong>de</strong> sus dos santos amigos, con sus<br />
tres compaficros <strong>de</strong> Roma. Predicó en el reino <strong>de</strong> ISápoles,<br />
y ganó con su predicación y milagros, inlinilas almas<br />
para Dios, y para su religión muchos sugetos y algunos<br />
conventos. Llegó al tin á Sicilia , <strong>de</strong>sembai-cando en Palei<br />
ino, don<strong>de</strong> con su predicación convirtió doscientos y<br />
siete judíos moros, y redujo á verda<strong>de</strong>ra penitencia á inlinilos<br />
cristianos, haciendo asimismo muchísimos milagros..<br />
Entrado el año <strong>de</strong> 1220 , se partió á Agrigento con <strong>de</strong>seo<br />
<strong>de</strong> visitar su obispo. En el camino pasó por las termas ó<br />
baños Cefalilanos, en que halló siete leprosos que reflian<br />
con la guarda, sobre que no los <strong>de</strong>jaban entrar: compa<strong>de</strong>cióse<br />
Angelo , y dijoles: Tened paz , hermanos mios, y<br />
u queréis a le atizar salud, arrepentios <strong>de</strong> vueslras tulpas<br />
y confesadlas, que sanareis sin duda. A esta voz conmovidos<br />
todos siete, se confesaron con él; y habiéndoles ab -<br />
suelto y hecho oración por ellos, los <strong>de</strong>jó lan sanos y<br />
buenos, como si en su vida no hubieran tenido tai enfermedad.<br />
Halláronse presentes á este tan gran<strong>de</strong> milagro mas<br />
<strong>de</strong> ciento y treinta personas, y entre ellas el arzobispo <strong>de</strong><br />
Palermo, que aquejado <strong>de</strong> graves dolores habia venido<br />
á bañarse; pero manifestando al santo su necesidad, halló<br />
en él mejor medicina, y la salud entera , sin necesidad<br />
<strong>de</strong>l baño. Viendo el agra<strong>de</strong>cido arzobispo, que no pudo<br />
<strong>de</strong>tener á Angelo en su ciudad, se fué con él á Agrigento,<br />
hecho discípulo suyo y predicador <strong>de</strong> su santidad y milagros.<br />
En esta ciudad <strong>de</strong> Agrigento hizo lo que en las<br />
<strong>de</strong>más, sacar infinitas almas <strong>de</strong> pecado, y sanar infinitos<br />
cuerpos.<br />
A los primeros <strong>de</strong> marzo salió para Leocala, acompañándole<br />
siempre el arzobispo. Era esta ciudad la que le habia<br />
señalado el Señor por campaña <strong>de</strong> sus triunfos; y así comenzó<br />
á hacer cruel guerra á lodos los vicios con su divina<br />
predicación. Pudo tanto con los ánimos mas obstinados,<br />
que en breve tiempo no se oia otra cosa que llantos, clamores,<br />
penitencias y confesicn^s públicas. No lo hizo así<br />
el tirano con<strong>de</strong> Berengario, hombre fiero, hereje y <strong>de</strong>salmado,<br />
á quien en secreto afeó muchas veces Angelo, entre<br />
otros vicios <strong>de</strong>testables, el estar públicamente amancebado<br />
con su hermana, la ofensa que hacia á Dios, el escán-<br />
dalo que daba al pueblo; y <strong>de</strong> todo se reia el hereje, haciendo<br />
gala <strong>de</strong> ser vicioso. Viendo su dureza, el santo prosiguió<br />
en público, y en un sermón que predicó á los 2."i <strong>de</strong><br />
abril, en que cayeron las letanías mayores, dió el Señor<br />
tal virtud á su voz, que convirlió el corazón <strong>de</strong> Margarita,<br />
hermana y manceba <strong>de</strong> Berengario. Luego que se convirtió<br />
tomó sus tres hijos por sacarlos <strong>de</strong> tan mal padre, y<br />
llena <strong>de</strong> dolor y lágrimas, se fué á los piés <strong>de</strong> Angelo, manifeslando<br />
so peeado y arrepenlimienlo. Suplicóle, que<br />
sacándola <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>su hermano, la pusiese en parle segura<br />
don<strong>de</strong> pudiese satisfacer al Señor lo mucho que lo<br />
habia ofendido. Gozoso el santo, oyó á Margarita en confesión,<br />
confirmóla en su propósito, y ofrecióle <strong>de</strong> parle do<br />
Dios el remedio y la seguridad.<br />
El pérfido Berengario, que con la conversión <strong>de</strong> cualquiera<br />
pecador mas se obstinaba, sabiendo la <strong>de</strong>su hermana<br />
dió en frenético, y lo ménos con que se contentaba era<br />
dar muerte á san Angelo. Para la ejecución habló á los do<br />
su séquito, que como hombre po<strong>de</strong>roso y <strong>de</strong>salmado tenia<br />
muchos, y <strong>de</strong>terminaron fuese en público y en dia solemne,<br />
para que fuesen mas solemnes y públicas sus malda<strong>de</strong>s.<br />
Mientras Berengario prevenia cruelda<strong>de</strong>s , el cielo<br />
prevenía favores á Angelo; y así estando en oración se lo<br />
apareció san Juan Bautista y le dijo : «Sabe, Angelo, que<br />
tus virtu<strong>de</strong>s y buenas obras son lan aceptas á Dios, y á<br />
su santísima Madre María, que á 5 <strong>de</strong> mayo le han <strong>de</strong> llevar<br />
á la patria celestial en compañía <strong>de</strong> los santos y ángeles,<br />
colocándote en sus coros con la corona <strong>de</strong>l martirio.»<br />
Alegre sobremanera recibió Angelo nueva lan <strong>de</strong>seada; y<br />
poniéndole por medianero para que Cristo y su Madre le<br />
diesen valor en el trance que esperabn, gisló lo restante <strong>de</strong><br />
la noche en prevenir su batalla y su triunfo. Por la mañana<br />
dió parte ásus compañeros <strong>de</strong> la celestial visión. Aconsejóle<br />
Fr. Pedro, como san Pedro á Cristo, que huyese y<br />
diese tugará la ira <strong>de</strong>l tirano; pero Angelo, que solo <strong>de</strong>seaba<br />
ir á reinar con Cristo, <strong>de</strong>sechó su persuasión, y so<br />
preparó para la ocasión con mas fervores. Llegó el dia ;»<br />
<strong>de</strong> mayo, que erael que el Bautista le señaló para su triunfo,<br />
y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber dicho misa en su convenio con especialísima<br />
<strong>de</strong>voción y ternura, fué á la iglesia délos gloriosos<br />
apóstoles San Felipe y Santiago, que está vecina al<br />
mar, y aquel dia predicaba en ella. Era el concurso <strong>de</strong><br />
mas <strong>de</strong> cinco mil personas; y subiendo al pulpito como cisne<br />
que solemniza su muerte, comenzó á predicar con tai<br />
dulzura, eficacia y fervor, que parecía un ángel enviado<br />
<strong>de</strong>l cielo; porque <strong>de</strong>spidiendo <strong>de</strong> su rostro celestiales resplandores,<br />
tenia suspensos los ánimos con sus voces y sus<br />
luces. En el fervor <strong>de</strong>l sermón, llegó el herético y malvado<br />
con<strong>de</strong> Berengario, asistido <strong>de</strong> mas furias infernales que<br />
hombres facinerosos, y encaminándose y subiendo al misrao<br />
pulpito, dio al santo cinco crueles y mortales puñaladas,<br />
sacrificando á Dios aqoel inmacniado cor<strong>de</strong>ro, que con<br />
cinco fuentes <strong>de</strong> su virginal sangro quiso recompensar al<br />
Re<strong>de</strong>ntor las cinco preciosas llagas, que en la cátedra y<br />
púlpito <strong>de</strong> la cruz recibió por la salvación <strong>de</strong> los hombres.<br />
A vista <strong>de</strong> tal maldad se puso todo el auditorio en armas,<br />
para vengar tan enorme sacrilegio; pero el santo con<br />
rostro sereno y alegre rogó á todos <strong>de</strong>jasen ir á Berengario,<br />
y acudiesen á favorecer á su hermana, librándola <strong>de</strong><br />
sus crueles manos. Sintiendo ya ansias mortales, se puso<br />
<strong>de</strong> rodillas con los ojos en un santo Crucifijo, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
haber orado por Berengario, por Margarita, por todo el<br />
n