Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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de un ojo, besándole en él; echó muchos demonios; dio
siilud á muchos enfermos; y con un i-spírilu profético pronosticólas
cosas futuras que habían de suceder; y el Irigo
que mandó dar á los pobres, no disminuyó ni cuando se
dió, ni después de haberse dado. De sania Macrina hace
mención el Marlirilogio romano tá los 19 clejuüo, y san (írogorio
Niceno, su hermano (como dijimos), escribió su vida
y la alaba lanto, que en libros de Anima, dice que él fué su
discípulo y elia su maestra, y que ella aprendió los misterios
mas secretos de la teología cristiana, los cuales no se
pueden ver ni entender, sino de los que tienen los corazones
Apuros y limpios.
* SAN ARSENIO, ANACORETA.—Descendiente de una familia
senatoria de la ciudad do Roma, manifestó desde muy nifio
una grande afición á las letras, dedicándose muy especialmente
al estudio de las sagradas escrituras. Resolvióse
á abra/nr el estado eclesiástico, y cuando ordenado de
diácono, vivia en Roma, pero muy retirado,, en compañía
de una hermana suya. Teodocio el grande, deseoso dodar
á sus hijos una educación brillante, escribió al papa para
que le enviase un eclesiástico ilustrado, y el pontífice lo
mandó á Arsenio quien fué tutor y preceptor de los príncipes.
Desempeñó el santo muy á satisfacción de lodos el
encargo que se le había confiado, pero su corazón suspiraba
siempre por la soledad. Estaba cierto dia pidiendo al
Señorío mostrara sus caminos, cuando oyó una voz que
le decía: Arsenio, huye de la compañía de los hombres y
serás salvado. Obediente á la voz de Dios, se embarca para
A'ejandría, y so dirijo al desierto á hacer vida de anacoreta.
Sin embargo de estar en el desierto no dejaban de
visitarle muchas piadosas personas, y segunda vez oyó
una voz del cielo que le decía; huye délos hombres,áesíe
lin construyó una celda á un punto mucho mas retirado, de
donde no salia como no fuese para oir el santo sacrificio
déla misa cu una iglesia bastante lejos. En vano los emperadores
Teodosio y Arcadio le aconsejaron volviera á
la corle para ser dirigidos con sus consejos; mas el santo
que pretoria su soledad á todo cuanto podía ofreceVle el
mundo, se denegó á sus instancias , permaneciendo en
su soledad hasta el fin de sus días. Murió Arsenio lleno de
méritos y virtudes, el año 419, á los noventa y cinco de
su edad.
SANTA JLSTA Y SANTARUFINA, víar.ENESv MÁIITIUES.—Eran
dos mujeres cristianas de la ciudad deSevilla, que se ocupaban
en una especie de comercio decompra y venta, aprovechando
todas las ocasiones que en ól se les ofrecía de socorrer
á los pobres, y de hacer sus acciones agradables á
Dios. Temiendo una vez hacerse culpables de superstición
vendiendo á los paganos, ciertas cosas que estos necesitaban
para sus sacrificios, se negaron á ello, y sus enemigos
las delataron al juez. Diogeníano viendo que confesaban
generosamente á Jesucristo, mandó que les extendiesen
sobre el caballete y que les desgarrasen los costados con
garfios da hierro. En el mismo lugar de su suplicio había
un ídolo y un altar con incienso, á fin de que pudiesen librarse
de los tormentos con la facilidad del sacrificio; pero
nada fue capaz de vencer su constancia. Justa espiró sobro
el caballete, y Rufina estrangulada; consumando ambas
su martirio en Sevilla, en un dia de! mes de julio del año
287 , siendo después consumidos sus cuerpos por las
llamas.
SAN SÍNMACO, PAPA.—Fué natural de Cerdefia , y subió
LA LEYENDA DE OllO. DÍA 10.
al trono pontificio el 22 de noviembredel año 498, siendo
arcediano de la Iglesia de Roma. Algún tiempo después
el patricio Festo, á quien no gustaba la elección, hizo
nombrar á Lorenzo arcipreste de Santa Práxedes, para
que ocupase la cátedra de san Pedro, y para poder disponer
mas fácilmente de él, que do Sínmaco, celoso partidario
del concilio de Calcedonia. Este cisma duró poco
tiempo, pues fué extinguido por Teodorico rey de los godos,
que aunque arriano, dispuso que se respetase la elección
que se hubiese hecho primero y con mas sufragios,
en cuya consecuencia Sínmaco fué confirmado y reconocido
por los obispos por papa legítimo. Sin embargo, quedóle
mucho que sufrir de parte de los cismáticos, que le
acusaron de un gran delito, del cual tuvo que justilicarse
en presencia de un concilio. El emperador Anastasio publicó
contra el santo un libelo acusándole do maniqueismo,
á pesar de que había desterrado de Roma á los que sostenían
aquella herejía: el santo pontífice hizo su analogía;
habló en ella con toda la dignidad que corresponde al sacerdocio
cristiano, y al mismo tiempo escribió á los obispos
orientales exortándoles á sufrir el destierro y toda clase
de persecuciones ántes que hacer traición á la verdad.
Su caridad sin límites rescató un gran número de prisioneros,
mantuvo por mucho tiempo á los obispos de África
desterrados por Trasamundo en Cerdefta, fundó y dotó varíos
establecimientos de beneficencia y algunas iglesias; y
por Sfi, después do un pontificado de quince años y ocho
meses, murió santamente en Roma á los 19 de julio del
ano 314. Á él se debe la institución de cantarse en la misa
el Gloria in excelsis Dco.
SAN EPAFRAS, OBISPO Y MÁnm.—Fué discípulo del apóstol
san Pablo y ordenado por obispo de los colosenses.
Distinguióse en eminentes virtudes y en la solicitud pastoral
por su rebaño. San Pablo hace mención do él en sus
cartas, llamándole su compañero en los trabajos. A principios
del siglo II, fué víctima de su zelo por la fé, y recibió
la palma del martirio en la ciudad de Colosos y su
cuerpo7 fué después trasladado á Roma y colocado en la
iglesia de Santa María la Mayor.
SAN MAÍITIN, OBISPO Y súimR. — Gobernó con sabiduría
y santidad la Iglesia de Tréveris y aumentó considerablemente
el rebaño de Jesucristo. Su principal cuidado,
era tener siempre á sus ovejas dispuestas y preparadas
para el tiempo de persecución, y en efecto, habiéndose
publicado en su diócesis los edictos del emperador
Severo, para que todos los cristianos, bajo pena de la vida,
prestasen adoración á los dioses, el ilustre pastor para
dar ejemplo y fortaleza, se presentó el primero á los
jueces, que después de haberle condenado á varios suplicios
, hiciéronle cortar la cabeza, muriendo así gloriosamente
el año 210.
SAN FÉLIX , OBISPO. — Lo fué de Varona y se distinguió
por su ardiente zelo en propagar el Evangelio , y por su
inocencia de costumbres, siendo la admiración de sus ovejas
por sus ilustres virtudes. Después de haber ganado
infinitas almas para Cristo , murió este santo en paz entre
sus ovejas , y se ignora la época de su dichoso tránsito.
SANTA AUREA, VÍRGEN Y MÁRTIU.—Fué de nobilísima
familia y natural de Córdoba. Su padro era moro, de los
principales de su secta , y Artemia su madre, era cristiana
y una de las mas celebradas mujeres que florecieron en