Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

310 LA LEYENDA ÜE ORO
los nicíiios quo pudo para persuadir á san Goar que aceptase
aquel obispado de Trevcris; porque enlodo caso quena
privar á Rúslicoporsns culpas, y proveer bien aquella
Iglesia, y dar salisfaccion á todo el pueblo que lo deseaba
y se lo suplicaba. Nunca pudo acabar con san Goar que
aceptase el obispado; ántcs lemieiulo h fuerza del rey, 1c
suplicó con mucha instancia, que le diese veinte días de
término para recogerse y hacer oración sobre ello. Concedioselos
el rey, y el sanio se encerró en su celda, y
pcslrado en el suelo delante del acatamiento del Señor,
muy desconsolado y afligido, y llorando arroyos de lágrimas,
le suplicó aíecluosamenle que no permitiese que él
fuese obispo ni viviese el tiempo que le quedaba fuera de
su rincón. Oyóle el Señor, envióle una calentura que le
fatigó siete años gravemente, y de manera, que no pudo
salir de ella ni ver mas al rey. Eslos siete anos de enfermedad
ofreció el saulo al Señor, y llorando y pidiéndole
pei'don por los pecados del obispo, como se lo había prometido.
Y aunque el rey procuró muchas veces que san
Goar le viniese á ve?, con intento siempre descularle en
la silla de obispo, y servirse de él en el gobierno del reino,
nunca lo pudo acabar con él; ánles desengañó al rey,
y le certificó que no saldría de aquel rincón, y que en él
daria fin á sus dias , y así fué: poique pasados los siole
años que dijimos de enfermedad, y de oración y lágrimas
por el obispo Húslico, vivió oíros tres años y tres meses
con la misma enfermedad, y acabó gloriosamente el curso
de su peregrinación, dio su espíritu al Señor, siendo Mauricio
emperador á los 6 de julio, y este dia hace mención
de san Goar, presbítero, el Martirologio romano. Su sagrado
cuerpo fué sepultado por Agripino y Ensebio, loables
sacerdotes de Cristo, y por otros muchos caballeros y gente
del pueblo en la misma iglesia que el santo habia edificado;
aunque después le trasladaron á la otra mas suntuosa
que se labró para este efecto. Hizo el Señor muchos
y grandísimos milagros por este santo, así en librar de varias
é incurables enfermedades, y de la (irania délos demonios,
á muchos que se encomendaban á él, como en resucitar
muertos y castigar á los que con poca reverencia
se llegaban á la iglesia donde estaban sus sanias reliquias,
y trataban sus cosas con menos devoción y recato: los cuales
milagios se pueden ver en su vida que escribió Wandelberto,
diácono, que floreció por los años del Señor de
830, y la trae el P. Fr. Lorenzo Surio en su cuarto tomo
de las vidas de los santos, y es la que aquí brevemente
queda referida: en la cual se ve, cuan odiosa es á los malos
la virtud, y como se ciegan los ojos flacos con la luz,
y como el Señor defiende á sus siervos y deshace las marañas
y calumnias de sus enemigos, permitiendo que caigan
ellos mismos en el lazo que hablan armado, para que
cayesen los otros; y cuan blandas y amorosas entrañas
tienen los santos para con los que les han perseguido, y
cuan de veras huyen las grandezas déla tierra: pues Goar
lloró ó hizo penitencia siete años por los pecados del obispo,
que le atribuló, y quiso antes morir de tan larga enfermedad
que ser obispo. Hace mención de san Goar Segisbeiio,
tn Chron. an. 600 ; Legi. in Chron. in Maritio;
Vicenc. inSpecul. lib. xxn, y el cap. 13; Pedro deNatalib.
lib. vi, cap. f»2, y el cardenal Baronio en sus Anolaciones.
* SAN ISAÍAS, PROFETA DE I.A AXTIGÜA LEY,—Era Isaías el
primero de los cuatro profetas mayores, hijo de Amos y de
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la real familia de David. Profetizó en los tiempos de los
reyes Osías, Joatan, Acazy Ezequías desde el año 73»
hasta el 681 ante? de Jesucristo. Escogióle el Señor ya
desde su infancia para que fuese la antorcha de su pueblo.
Cuando empezaba á profetizar, tomó un serafín de sobre
el altar del Señor una ascua de fuego y purificó con ella
los labios del profeta. Isaías fué el que departe de Dios
anunció al rey Ezequías gravemente enfermo, no curaría
ya; mas el Señor ablandado por los ruegos y lágrimas
del príncipe, de nuevo le envió al mismo profeta, anunciándole
su restablecimiento, dándole Isaías una prueba de
seguridad, haciendo retroceder en su presencia diez líneas
la sombra del sol sobre el cuadrante de Acaz. Manases fué
el sucesor de Ezequías, é indignado por las reprensiones
que le dirigía el profeta, lo hizo aserrar por medio del
cuerpo con una sierra de palo. Murió el profeta el año 681
antes de Jesucristo, á los ciento treinta y uno de su edad,
siendosu cuerposepultado bajóla encina de Rogel, junto la
corriente de las aguas, sien do su sepulcro muy frecuentado,
y obrando Dios por su intercesión muchos milagros. El profeta
que mas claramente habló de Jesucristo y de su Iglesia,
fué Isaías. Anunció los mas grandes acontecimientos,
con su elevado y magnífico estilo, y con espresiones vigorosas
y llenas de fuego.
SAN THANQUIUNO, MÁRTia.—Fué de Roma y padre de
los santos Marcos y Marceliano. Habíase convertido á la
religión cristiana por la predicación del mártir san Sebastian
y habia sido bautizado por san Policarpo, presbítero.
El papa san Cayo que conocía personalmente su»
grandes virtudes y particularmente su ilustre zelo, le confirió
el sagrado órden del presbiterado. Estando en oración
en el sitio llamado la Confesión de san Pablo, dia
de la octava de los santos apóstoles, lo prendieron los
gentiles y lo apedrearon basta alcanzarle la palma del
martirio. Su muerte fué el año 286.
SAN RÓMULO, OBISPO Y MAIVTIII.—Al principio de haber
llegado á Roma el apóstol san Pedro, cuando habia apenas
empezado á esparcir las verdades eternas sobre la
ciudad délos Césares, se le presentó un jóven de pocos
años, de ilustre familia, nacido en la misma Roma, muy
instruido en las ciencias humanas, y lo pidió unirse á él
por los vínculos de la religión y ser bautizado. Luego que
fué regenerado Rómulo por el agua santa, empezó á dar
tales muestras de adelantamiento en la virtud, que el
mismo san Pedro lo consagró obispo y lo eavió á predicar
el Evangelio fuera de la capital del mundo. Fuése, pues,
y anunció á Jesucristo á los de Fiesoli y fué su primer
obispo, luego marchó á Bérgamo, en seguida á Brescia y
otros lugares; y después de haber hecho copiosas cosechas
de almas para el cielo, volvióse juntamente con cuatro
compañeros de apostolado á Fiesoli, en cuya ciudad,
en tiempo del emperador Domiciano, alcanzaron lodos la
corona del martirio.
SANTA DOMINICA, VIRGEN Y MÁRTIR.—Era de Trope en
Calabria, muy instruida en las verdades de la fé, las
cuales anunciaba á cuantos tenía ocasión de ver. Presa en
tiempo de Diocleciano, fué llevada á Campaña donde so
hallaba á la sazón el emperador, y babiendo hecho pedazos,
en presencia del mismo, unos ídolos que querian
hacerle adorar, fué condenada á ser devorada por las fierras.
Estas respetaron su persona; pero fué condenada •
ser decapitada, ejecutándose lascnloncia el dia 6 dejnb0