Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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do aquel bienaventurado ponlífice, y le escribió cartas de
consuelo y celebró con grande honra su muerte. A mas de
esto se mostró Inocencio muy celoso de nuestra santa fé y
gran perseguidor de algunos herejes que se levantaron en
sutiempo, como fueron Pelagio, Celestino y Juliano,contra
los cuales escribieron doctísimamenle los santos doctores
Gerónimo y Agustino, que vivían ea aquel tiempo, y
nuestro Inocencio tuvo con ellos grande amistad. Ordenó
ó por mejor decir, dió la causa porque el sábado se debe
ayunar, y que se dé paz al pueblo en la misa después de
la consagración, ánles que el sacerdote comulgue. Declaró
ser el obispo el ministro del sacramento de la confirmación
; y el sacerdote de la extremaunción. A ruegos de una
matrona romana, llamada Veslina, edificó un templo en
honra de los santos mártires Gervasio y Prolasio, y llamó-'
le el título de Vestina: porque ella le dejó sus bienes y
hacienda; y hoy día se llama de san Vital, y es título de
cardenal. Celebró cuatro veces órdenes en el mes de diciembre,
y ordenó cincuenta y cuatro obispos, treinta
presbíteros y quince diáconos. Gobernó la Iglesia de Dios
quince años, un mes y diez dias según el cardenal Baronio
: aunque otros alargan el tiempo algo mas. Escribió
este santo pontífice muchas y muy graves epístolas, y entre
ellas una al segundo concilio toledano: en la cual reprende
algunos abusos que en aquel mismo tiempo habla
en Espafia, en el consagrar de los sacerdotes; y otras para
los concilios, cartaginés y milevitano, que se celebraron
en su tiempo : en las cuales se vé su santo zelo y vigilancia
en el gobierno de la Iglesia. San Gerónimo alaba
mucho la santidad de este pontífice: y escribiendo á l)efnelríades,
le dice, que abrace la fé y reverencie la doctrina
que él enseñaba; y otros santos doctores hacen lo mismo
con mucho encarecimiento de su entereza y bondad. Pasó
de esta vida á la eterna, el dia en que celebra la Iglesia
su fiesta, en compañ.a de los santos mártires Nazario, Celso
y Víctor, papa, que es á 28 de julio, el año del Sefior
de 417.
LA
* LA CONMEMORACION DE MUCHOS SANTOS MÁRTIRES DE
TEBAIDA EN EGIPTO.—LOS crueles edictos de Dedo y
Valeriano que condenaban á muerte á todos los cristianos,
fueron también publicados en Egipto por los años 2^0 de
Jesucristo; así es que muchos fueron llevados al suplicio,
probando ántes su constancia coa los mas exquisilcs tormentos.
Uno de ellos habiendo resistido con paciencia
el tormento del potro , y de las planchas y sartenes ardiendo,
untado de miel, fué puesto desnudo á los ardores
del sol, atadas las manos á las espaldas, para que fuese
comido de los tábanos y moscas. A otro atado entre
blandas y hermosas flores, lleváronle una mujer deshoaesta
para incitarle á la sensualidad ; mas el sanio con
grande heroicidad se corta la lengua con los dientes y la
escupió á la cara de la ramera. Todos los mártires fueroa
probados con tormentos los mas exquisitos, mas á todos
los fortaleció el Señor en la fé que proícsübau.
SAN EUSTATIO, MÁUTIU.—Era de la ciudad de Ancira en
Galacia. Servia en los ejércitos imperiales; pero era cris-
•iituo de todo corazón. Conducido un dia á la presencia de
Cornelio gobernador de Ancira, confesó libremente que
era cristiano, por cuyo motivo le azotaron inhumanamente,
ll! taladraron los talones, y habiéndole metido en una caja
echaron al rio Sangaro. Un ángel cogió la caja por la
wuuo y la llevó á la orilla opuesta, con cuya noticia con-
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fundido y rabioso el tirano, mandó que fuésen á degollar
al santo; pero este habia ya volado al cielo con el ángel
que le habia acompañado durante su laartirlo. Su alma se
vió subir afcielo en forma de paloma, y su cuerpo obró
en la tierra muchos milagros.
SAN ACACIO, MÁRTIR.—Vivía en Mileto en tiempo del
emperador Licinio. Habiendo sido acusado de cristiano, lo
rasuraron todo el cuerpo y lo mandaron al pretor Tereacio
para que lo castigase. Metióle este en un gran caldero
Heno de pez, aceite y cebo derretidos, del cual salió sin
recibir lesión. Después fué conducido al templo, y con sus
oraciones hizo que todos los ídolos cayesen hec! os pedazos,
por cuya acción lo metieron deatro de un horao encendido
que tampoco le causó daño, hasta que á palos y á sablazos
le molieron la cabeza, y voló al cielo.
SAN SANSÓN, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Bretaña, y
sus padres que eran nobles y poderosos se esmeraron en
darle una educación ilustrada y piadosa. El santo niño correspondió
á sus desvelos, pues fué desde su juventud un
modelo de ciencia y do virtudes. Elegido obispo de Dola,
portóse en su cargo como un apóstol, como un verdadero
discípulo de Jesús, y después de haber apacentado su grey
ea santidad y trabajado cuanto pudo en la viña del Señor,
murió el año 56 o.
SAN PELEGRIN , PRESBÍTERO.—Vivió en Lion, cuya ciudad
recuerda todavía por la tradicloa constante los grandes
y numerosos milagros que obró en ella. Murió á principios
del siglo III, y fué tan grande la fama de sus extraordinarias
virtudes, que muchos siglos después de su
muerte, se visitaba su sepulcro para admirar aquel extraordiaario
modelo de todas ellas.
DIA 5M).
SANTA MARTA, VÍRGEN.—Fué santa Marta hebrea de nación,
é hija de padres nobles y ricos. Su padre, según
san Anlonino, se llamó Sito y su madre Eucaria. El sagrado
evangelista san Lúeas nos dice, como Cristo fué
hospedado de santa Marta, que era hermana de María
Magdaleaa y de Lázaro, y nos pone delante la solkitud y
cuidado,-con que esta santa vírgen le servia; porque con
ser mujer principal y t ica , y tener muchos criados ea casa;
no fiándose de los otros, ella misma entendia en pro-
Vser lo que era menester, y en aderezar la comida; y parecléadole
poco todo lo que hacia, quería que su hermana
Magdalena, que se estaba á los piés de Crisío oyendo sus
dulcísimas palabras y apacentándose con su doctrina
divina , se levantase y la ayudase; porque todo el
mundo que se empleara en servirle y regalarle, le parecía
poco. Quejóse al Señor , suplicándole amorosamenlc
que mandase á su hermana que la ayudase; pero
el S'.'nor aunque no reprendió el solícito aféelo con que
Marta le servia , alabó la quietud suave con que Magda--
lena , dejados los otros cuidados, alendia á lo que mas
importa , que es oír á Dios y gozar de Dios. Vese asimismo
la familiaridad que nuestro Señor Jesucristo tuvo
cutí oslas dos santas hermanas , y el favor y merced
que les hacia, cuando estando su hermano Lázaro enfermo
y peligroso, le esciibioron: «Señor, el que amas está
enfermo;» sin añadir otra palabra, porque sabiaa que
esta sola bastaba para que el Señor viniese y le diese entera
Siüud , como lo hizo: aunque pura manifestar mas su