Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

500 LA LEYENDA DE ORO. DIA
Y san Tiburcio, no pudiendo gufi ir tan grande injuria de
Cristo, le dijo: Enmudece y calla , ó hombre miserable , y
uo te oiga yo, con tan rabiosa y maldita lengua , decir
tales injurias conlra tan santo y melifluo nombre. Embravecióse
Fabiano sobremanera con las palabras de Tiburcio,
y mandóle cortar la cabeza..Ejecutóse la sentencia
á tres millas de Roma en la via Lavicana, donde fué sepultado,
y por él hizo nuestro Señor muchos milagros.
Fué el martirio de san Tiburcio álosll de agosto, afiodel
Señor 286, imperando Diocleciano y MaAimiano. Hácesc
mención de san Tiburcio, en los Martirologios, romano,
en el de Reda, Usuardoy Adon , á los 11 do agosto, en los
Actos de san Sebastian , á 23 de enero, y en el segundo
tomo del cardenal Baronio.
SANTA SUSANA, VIRGEN * MÁRTIR.—El mismo dia do san
Tiburcio, mártir, celebra la iglesia el martirio de la bienaventurada
santa Susana, virgen y mártir: elcualsacado
de los Actos de los notarios de Roma, que refiere Surio
y el Martirologio romano, Adon, y el cadernal Baronio, fué
de esta manera.
El emperador Diocleciano hizo césar, y sucesor suyo
en el imperio, á Maximiano Galerio, llamado por sobrenombre
Armenlario. Adoptóle por hijo: y para honrarle
mas, casóle con una hija suya por nombre Valeria. Murió
en breve Valeria, sin dejar sucesión ; y el emperador pretendió
casarle de nuevo de su mano. Supo que habia en
Roma una doncella de extremada belleza y honestísima
y bien enseñada en letras humanas , y que se llamaba Susana
, y era hija legítima de Gabino: el cual, muerta su
mujer, se habia ordenado de presbítero , y era hermano
del santo papa Cayo, y los dos eran deudos muy cercanos
del mismo emperador; aunque por verle tan cruel y
lan derramador de sangre de cristianos, se habían apartado
de su trato y conversación. Puso los ojos Diocleciano
en Susana (no sabiendo que era cristiana) para casarla con
Maximiano, por parecerle que concurrian en ella todas las
buenas parles, que en una doncella se podían desear. Encomendó
este negocio á un primo suyo llamado Claudio:
el cual propuso á (Jabino la voluntad del emperador,
dándole el parabién de la buena suerte que le habia caído,
y de la gran felicidad que podia esperar de lan alto casamiento
de su hija. Dió parte Gabino al santo pontífice
Cayo, su hermano, de la embajada que le habia enviado
el emperador, y los dos la propusieron á Susana , para
saber su volunlad. La santa doncella eslimando mas la
fó de Jesucristo que el imperio, y la virginidad que habia
prometido á Dios, mas que ser reina del mundo, con gran
resolución respondió, que de ninguna manera se casaría
con Maximiano, porque era gentil: ni con otro hombre,
porque (pieria guardar su pureza virginal para aquel Sefíor,
que habia tomado por esposo, y que antes esperaba
que aquel matrimonio, que se tn taba , seria ccasion
para que ella, quedando virgen , alcanzase la corona del
martirio. Alabaron los dos santos , padre y lio , el propósito
de Susana: exhortáronla á perseverar en lo que habia
comenzado, y á aparejarse con ayunos, oraciones y buenas
obras á morir por Cristo. Pasados tres dias volvió Claudio
á casa deGabinopor la respuesta: y dejando los criados
á la puerta, entró solo, viendo á Susana , y queriendo
darle ósculo de paz, como á parienta suya, al uso romano
de aquel tiempo; ella se cslrañó , y apartó de él,
diciendo que nunca en toda su vida habia dado á hombre
su rostro, y que ménos le daria á él, porque, era pagano, y
tenia la boca inmunda por los sacrificios de los dioses: y
díjole otras palabras con tanto espíritu y fervor del cielo,
que Claudio se convirtió á la fé de Cristo, y con él su
mujer Prepedigna, y dos hijos suyos, Alejandro y Caria,
y comenzó á hacer grandes limosnas á los pobres, especialmente
á los que estaban encarcelados y padecían por
Cristo , echándose á sus piés , y suplicándoles humildemente
que le alcanzasen perdón desús pecados, en haberlo§
perseguido: y con haber recibido con el santo bautismo
entero perdón de sus culpas, y la gracia del Sefior,
andaba vestido de silicio. Pasados algunos dias, envió el
emperador á un criado principal de su casa, llamado Máximo,
para que supiese de Claudio lo que habia hecho en
el casamiento de Susana: el cual habiendo venido con
Claudio á casa de Gabino, y propuesto su embajada, supo
que Susana no tenia intención de casarse, y oyó tales y
tan vivas razones, para menospreciar el culto de sus vanos
dioses, y abrazar la religión santa del Señor, queso
echó á los piés del santo pontífice Cayo, y se bautizó; y repartió
su hacienda á los pobres por mano de un amigo
suyo y cristiano oculto llamado Trason , y comenzó á hacer
vida de perfecto cristiano. No faltó un lisonjero y hombre
malvado, llamadoArtisio, que dio noticia áDiocleciano
de todo lo que pasaba : embravecióse sobremanera
el tirano: mandóles prender á todos (excepto á Cayo, papa),
y que dejando á Gabino con su hija Susana en la
cárcel, los demás, que eran Máximo , Claudio y Prepedigna
su mujer, con sus dos hijos, fuesen llevados al puerto
de Ostia , y allí quemados , y sus cenizas echadas en el
rio; y así se hizo: y de ellos hace mención el Martirologio
romano á los 12 de febrero. Todos estos fueron frutos de
las oraciones de santa Susana, ganados por sus merecimientos,
y por aquel amor entrañable que tuvo á la castidad:
con el cual para conservarla, halló y tuvo por estjércol
y basura la grandeza y majestad del imperio romano.
Mas Diocleciano , queriendo salir con su intenlo,
mandó que Susana fuese Iraida á su palacio imperial, y
entregada á la emperalriz Serena su mujer, para que la
ablandase y persuadiese que lomase por marido á Maximiano.
Era la emperalriz secretamente cristiana, y hablando
con Susana so descubrió con ella, animándola á llevar
adelante su empresa, y menospreciar los deleites de la
carne, y las vanas honras del mundo, y á no temer los
espantos y amenazas del emperador, ni la misma muerte,
por gozar para siompre de Dios, y de aquella bienavenlorada
eternidad que esperamos los cristianos. Detúvola
muchos dias en su palacio, como quien deseaba cumplir la
voluntad del emperador: ocupábase de dia y de noche en
oración y en los otros ejercicios de nuestra santa religión;
y finalmente fué tal, que mereció ser sania , y como de
tal hacen de ella mención los Martirolcgios romano, de
Reda, Usuardo y Adon, á los 16 de agosto. Al cabo de algunos
dias, preguntando el emperador á la emperalriz lo
que habia hecho con Susana, y si quería hacer el casasamiento,
respondió que no tenia tal propósito: y que pues
Susana no quería á su hijo, que no se le diese nada: pues
no faltarían otras muchas doncellas de lanías y mayores
parles, con quien se pudiese casar. Con esto mandó Diocleciano
que Susana se volviese á casa de su padre : porque
no quiso que en la suya le hiciese fuerza Maximiano,
que estaba como afrentado y con ido de verse despreciado