Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA O.
El cuarto lo obró el afio de 1139 con Antonia Nislio,
napolitana, la cual habiendo padecido por espacio de diez
y seis meses la enfermedad de dolores de ciática, y hallándose
cercana de la muerte, reducido su cuerpo á un propio
esqueleto, invocando al heato, curó tan perfectamente que
«'ecobró al instante el color natural, las carnes y las fuerzas,
de tal modo que el mismo dia empezó á trabajaren
las haciendas domésticas, y no padeció mas en toda su
vida esta enfermedad.
Para su canonización ha aprobado ya la sagrada congregación
los dos milagros siguientes.
El primero acaecido en el mes de febrero de 1179 , curando
á Agata Montelli, doncella romana, detisiquez pulmonal,
tan perfectamente que recobró al momento las
fuerzas perdidas en lo dilatado de la enfermedad.
El segundo sucedió en el mes de octubre de 1778 con
Ángela Nardi, también romana, curándola instantáneamente
de un cancro, y recobrando incontinenti las fuerzas
perdidas, bebiendo agua, en la que echó unos polvos del
sepulcro del beato y untándose el tumor con aceite de su
Ampara.
*SAN CUTEO, OBISPO \ MÁRTIR.—Nació en Jíilan en el siglo
primero de la Iglesia. Sus vir tudes y talentos le merecieron
ser elevado á la silla episcopal de Brescia, y fué
kmto el ardor con que trabajó en dilatar el reino de Jesucristo,
que eh poco tiempo fueron convertidos á la religión
cristiana cuantos infieles habia en la región que le eslaba
encomendada. Por aquellos tiempos ocupábala silla deMi-
,an el obispo Cayo, antiguo amigo y companero del santo,
Y dirigiéndose allí, fué preso de órden del prefecto Anoli-
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filien mandó fuese cruelmente azotado, y después de
hab
'V61"sufrido este martirio, como persistiera en la fé, le
(l"itaron la vida el dia 4 de junio, en los últimos años del
i'nperiode Nerón.
SAN ABECIO Y SAN DACIANO, MÁBTIKES.—Estos dos santos
der ramaron su sangre por amor á Jesucristo, en Roma
en la via Apia, durante el reinado del emperador Adriano.
Un antiguo escritor espafiol dice, que habían nacido
eu la ciudad de Mérida en España, y que habiendo pasado
á Roma con el fin de instruirse en la filosofía estoica, allí
abrazáronla religión verdadera, y murieron poco después
en su defensa.
SAN Rumio y DOS COMPAÑRROS, MÁRTIRES.—No se sabe
de estos santos mas que murieron enSabaria, antigua ciudad
de Panonia, y que sus reliquias fueron después trasladadas
á Hungría, donde se veneran.
SAN QUIRINO, MÁRTIR.—Nació en Roma y fué sacerdote
ejemplar en la iglesia de Tívoli, cuya ciudad honró con un
glorioso martirio. En tiempo de Constantino el Grande, edificóse
en Tivoli una magnífica basílica en honor de san Lorenzo,
y en ella se depositaron los restos de Quirino.
SANTA SATCRMNA, VIRGEN Y MÁRTIR.—Fué germana de
nación y de enna ilustre. Desde sus tiernos años dedicóse
a virtud, y siendo aun muy jóveh hizo voto de guardar
Perpetua castidad, y de no tener otro esposo que Jesiu rislo;
Sus padres trataron después de casarla; pero ella les
"'jo que habia ofrecido su integridad al Esposo celestial, y
que de ningún modo enlraria en otro tálamo mundano.
Viendo la santa, á pesar de esto, que no podia acallar las
exigencias de sus padres, y de aquel que la habia solicitado
por esposa, escapóse de su casa y so dirigió al monte.
En la soledad le salió al encuentro el jóven que habia
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JUNIO.
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querido ser su esposo, y negándose Saturnina á satisfacer
sus brutales apetitos, él, furioso y despechado, la ncoraelió
con violencia y le cortó do un golpe la cabeza. Dícese que
la gloriosa virgen fomó su propia cabeza con las manos, y
que en esta aclitud caminó hasta la cercana iglesia de San
Remigio de la ciudad de Arras; pero esta opinión, en sentir
de los Rolandistas y otros autores, es corapletamenle
fabulosa.
SAN OPTATO, OBISPO Y CONFESOR.—Este campeón ilustro
déla fé católica y de la Iglesia de Cristo en el IV siglo,
nació en África de padres idólatras, y fué educado también
en el culto del gentilismo. SanAgustin, san Cipriano y san
Hilario le nombran entre aquellos que habian pasado de
las sombras del paganismo á la luz de la fé, y que habian
llevado á la Iglesia los despojos de Egipto, estoes,lac¡cncia
y elocuencia humana. Otros santos le llaman prelado
de venerable memoria y ornato distinguido de la Iglesia
de Dios. San Fulgencio hace de él admirables elogios, y
le iguala á san Agustín y á san Ambrosio. Convertido Opiato
á la fe, fué al poco tiempo consagrado obispo deMiievo
en Numidía, y es el primer prelado católico que emprendió
contener por escrito en el África el torrente del
cisma de los donalistas. Sus luminosas obras conlia eslos
herejes nada dejaron que desear « los Padres de aquellos
tiempos. Optato se distinguió por su sabiduría y por un
celo ardiente en varios concilios de África, y en todas partes
brilló siempre como un astro de primera magnitud, y
como un apóstol infatigable en promover los intereses del
rebano que le estaba confiado, y el bien de la Iglesia universal.
Después de una larga vida, empleada casi toda en
el laborioso ministerio del apostolado, murió este santo
pastar el dia 4 de junio del año 370.
SAN METROFANES, OBISPO Y CONFESOR.—Fué sobrino del
emperador Probo, y habiendo conocido las verdades de la
religión cristiana, la abrazó y se hizo bautizar. Marchó
después á Bizancio, y contrajo estrecha amistad con su
obispo Tito, que le ordenó de sacerdote. Muerloesle, fué
Metrofanes ascendido á aquella sede episcopal, y fué lau
luminosa su santidad, y la prudencia con que gobernó á
sus ovejas, que cuando el emperador Constantino llegó á
Bizancio con ánimo de establecer allí elceniro de su imperio,
se asegura que dijo que las admirables prendas de
aquel obispo serian por sí solas capaces do determinarle á
fijar su mansión en aquel lugar. El emperador lo amó,
pues, con particular afecto, y la historia nos cuenta varios
rasgos de nobleza y piadosa amistad entre el príncipe y
el venerable pastor, que lleno de merecimientos y de alio
renombre en la Iglesia, cargado con el peso de los afios,
y agobiado también con la alegría de ver en paz á la Iglesia,
acabó santamente sus días, llorado de su rebaño y de
sus amigos, en Constanlinopla, el dia i de junio del
año 325.
SAN ALEJANDRO, OBISPO Y CONFESOR—Natural de Italia y
obispo de Verona, se distinguió este santo por su amor al
retiro y á la oración, sin dejar por esto el cumplimiento de
sus deberes apostólicos. El Señor le enriqueció con el don
de milagros, y su sepulcro, que existe aun en la iglesia de
San Esteban de la propia ciudad , ha sido y es testigo do
las maravillas que el cielo obra por su intercesión.
DIA 8.
SAN BONIFACIO , APÓSTOL DE ALEMANIA , ARZOBISPO Y MÁR-
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