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DIA 30.<br />
zas á Dios, merecian para su cjércilo las victorias. Cumplia<br />
con gran fi<strong>de</strong>lidad sus votos á Dios, y repartía con<br />
las iglesias y monasterios <strong>de</strong> sus reinos los <strong>de</strong>spojos <strong>de</strong><br />
sus victorias. Reverenciaba mucho al estado eclesiástico,<br />
venerando á los sacerdotes y prelados, y obe<strong>de</strong>ciendo,<br />
no escudrinando las <strong>de</strong>terminaciones <strong>de</strong> la Iglesia; antes<br />
<strong>de</strong>cia, que la obligación <strong>de</strong> los príncipes era hacer sombra<br />
con sus armas á las <strong>de</strong>terminaciones <strong>de</strong> la Iglesia, para<br />
que no las ultrajase la violencia , viéndolas faltas <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />
Hacia gran<strong>de</strong> estimación <strong>de</strong> los estados , ór<strong>de</strong>nes y<br />
ceremonias eclesiásticas; y por esto hizo canónigos <strong>de</strong><br />
Toledo á sus hijos los infantes don Felipe y don Sancbo,<br />
que <strong>de</strong>spués fueron arzobispos don Sancho <strong>de</strong> Toledo , y<br />
don Felipe electo <strong>de</strong> Sevilla ; y á su hijo don Fernando,<br />
arcediano <strong>de</strong> Salamanca. Metió monja en las Huelgas <strong>de</strong><br />
Burgos á su hija doña Berenguela, y anduvo muchas<br />
leguas por asistirla el dia que tomó el velo. Encontrando<br />
en una ocasión el santo rey don Fernando , y la reina<br />
doña Juana , su mujer, la procesión <strong>de</strong> la cofradía <strong>de</strong> san<br />
Mateo, se apo<strong>de</strong>raron y la fuéron acompañando. Tuvo<br />
gran reverencia y d evocion al santísimo Sacramento <strong>de</strong>l<br />
aliar, como se vió bien en las <strong>de</strong>mostraciones que hizo<br />
en su muerte, cuando se le trajeron por Viático. Siempre<br />
Iraia consigo la santa Verónica , que según tradición , y<br />
sentir <strong>de</strong> muchos autores , es la misma , que hoy se venera<br />
en Jaén; y á esta venerable efigie llamaba su fiel, y<br />
seguro consejero: con ella comunicaba todos los negocios<br />
<strong>de</strong> la guerra y <strong>de</strong> la paz , como si viera al mismo Cristo<br />
presente. A la santa cruz tenia por la mejor arma ofensiva<br />
Y <strong>de</strong>fensiva para sus batallas , por haber vencido Cristo<br />
Con ella sus enemigos; y así en las ciuda<strong>de</strong>s que conquistaba<br />
<strong>de</strong> los moros , luego hacia enarbolar sobre sus torpones<br />
el estandarte <strong>de</strong> la cruz. Cuando conquistó á Se-<br />
, siendo necesario romper la puente <strong>de</strong> barcas , que<br />
unia á Triana con Sevilla, mandó el rey, que en las gavias<br />
délos navios se pusiese la insignia <strong>de</strong> la santa cruz, y por<br />
virtud <strong>de</strong> ella, dia <strong>de</strong> la Invención <strong>de</strong> la santa cruz, rompió<br />
el almirante Bonifaz las ca<strong>de</strong>nas, que eslabonaban<br />
una barca con otra. Acompañaban en nuestro santo rey<br />
á la religión la justicia y la misericordia, virtu<strong>de</strong>s muy<br />
necesarias en un príncipe, y que supo juntar felizmente:<br />
tenia una justicia misericordiosa , y una misericordia justiciera,<br />
como significa don Lucas <strong>de</strong> Tuy; porque castigaba<br />
con severidad á los rebel<strong>de</strong>s ; y perdonaba con piedad<br />
á los rendidos. Nunca su espada se manchó en sangre <strong>de</strong><br />
los inocentes; y no se ensangrentaba en los culpados, sin<br />
coslarlc lágrimas <strong>de</strong> su corazón, ni sabia olvidarse que<br />
era padre, cuando castigaba como juez; y si alguna vez<br />
pareció riguroso, fué traza <strong>de</strong> su piedad , para castigar<br />
pocas veces con el escarmiento <strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos. El arzobispo<br />
don Rodrigo dice que era muy justiciero en los lugares<br />
don<strong>de</strong> convenia, y que no habiarey, que así supiese<br />
"rar á los que lo merecían. Una mujercilla , incitada<br />
0 'ínos soldados, solicitó á un religioso <strong>de</strong> santo Domin-<br />
8°; y su respuesta fué arrojarse en un fuego , queriendo<br />
jinfes quemarse en el fuego material, que en el <strong>de</strong> la<br />
iascivia: mas al que no había abrasado este fuego, no<br />
pudo abrasar aquél; y así quedó in<strong>de</strong>mne en medio <strong>de</strong> las<br />
fiamas. Súpolo el santo rey , y mandó echar en el fuego<br />
^aquella mujer lasciva, para que se abrasase en el fuego<br />
<strong>de</strong>sh"0 habÍa Pretem,ido abrasar en las llamas <strong>de</strong> la<br />
oneslidad á aquel castísimo religioso. Otros castigos<br />
MAYO. 159<br />
hizo muy ejemplares; y con esto temían los <strong>de</strong>lincuentes,<br />
y se excusaban los <strong>de</strong>litos. Don Lucas <strong>de</strong> Tuy dice: que<br />
los reinos <strong>de</strong> Castilla y León gozaban <strong>de</strong> tanta paz y seguridad,<br />
que ninguno osaba hacer agravio á otro, y se<br />
guardaban sus <strong>de</strong>rechos á las iglesias. Perdonaba fácilmente<br />
sus propias injurias , como se vió en los principios<br />
<strong>de</strong> su reinado, cuando hizo publicar perdón general <strong>de</strong><br />
todas las injurias , que le habían hecho sus vasallos; y<br />
pudíendo vengarse <strong>de</strong> los con<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Lara, y otros señores<br />
, que se le habían rebelado , no se vengó <strong>de</strong> ellos;<br />
antes les hizo beneücios y merce<strong>de</strong>s. Nacíale esta facilidad<br />
déla compasión, que tenia aun <strong>de</strong> sus mayores enemigos;<br />
y por eso era fácil en admitir conciertos <strong>de</strong> paz , y por<br />
ella perdía <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho , cuando no se atravesaba la<br />
gloria <strong>de</strong> Dios. Mas quería conservar la cabeza <strong>de</strong> un vasallo<br />
, que cortar mil <strong>de</strong> sus enemigos : por eso no hacia<br />
guerra sin legitima causa, y superiores motivos; y <strong>de</strong>cia,<br />
que era una jactancia y liviandad <strong>de</strong> corazón , <strong>de</strong>jarse<br />
llevar solo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l triunfo, sin otros superiores motivos,<br />
poniendo á peligro <strong>de</strong> inciertos sucesos la seguridad<br />
y vida <strong>de</strong> los leales vasallos, y que no era recompensa <strong>de</strong><br />
la pérdida <strong>de</strong> un vasallo una ciudad , ni quitar mil vidas á<br />
los enemigos, porque no es buen piloto, el que, cuidando<br />
<strong>de</strong> sí, <strong>de</strong>scui<strong>de</strong> <strong>de</strong> la nave, ni buen rey el que <strong>de</strong>satien<strong>de</strong><br />
á conveniencias <strong>de</strong> sus vasallos, por conveniencias<br />
propias. Cuidaba mucho <strong>de</strong>l alivio <strong>de</strong> sus vasallos, y no<br />
quería imponer nuevos tributos y gabelas en su reino,<br />
aunque se lo aconsejaban algunos ministros , con el buen<br />
pretexto <strong>de</strong> hacer guerra á los moros , respondiendo muchas<br />
veces: Mas temo las maldiciones do una viejecita<br />
pobre <strong>de</strong> mi reino, que á todos los moros <strong>de</strong> África. Con<br />
los pobres fué muy compasivo y misericordioso: socorríales<br />
largamente con limosnas; y por eso se ven algunas<br />
imágenes suyas con el cetro en la mano izquierda, y con<br />
la <strong>de</strong>recha repartiendo monedas en los pobres, <strong>de</strong> que está<br />
cercado. Él empezó é instituyó la costumbre, que hasta<br />
hoy observan nuestros catolicísimos reyes, <strong>de</strong> dar do<br />
comer en el jueves santo á doce pobres, y lavarles los<br />
piés: digna herencia <strong>de</strong> tal progenitor y rey santo. En sus<br />
victorias redimió innumerables cautivos cristianos , y no<br />
cautivó menos moros; premio correspondiente á su caridad.<br />
Singular fué su caridad en hospedar los peregrinos.<br />
En la administración <strong>de</strong> la justicia cuidaba mucho , que<br />
los pobres no fuesen agraviados <strong>de</strong> los ricos, ni los pequeños<br />
hollados <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s. Sabia que la gran<strong>de</strong>za<br />
do los reyes es ser sagrado <strong>de</strong> los inocentes, y altar para<br />
los miserables; y como los templos tienen abiertas las<br />
puertas, para que entren los necesitados á pedir el remedio<br />
; así él tenia patente la entrada do su palacio , y daba<br />
audiencia fácilmente á cuantos la querían, y juzgaba por<br />
si mismo muchas veces las causas" <strong>de</strong> los pebres. Finalmente,<br />
Fernando era ojos <strong>de</strong>l ciego, piés <strong>de</strong>l cojo, amparo<br />
<strong>de</strong> los huérfanos, remedio <strong>de</strong> las viudas, protección<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>svalidos, remedio <strong>de</strong> lodos los necesitados, padre<br />
<strong>de</strong> sus vasallos, y rey <strong>de</strong> sus corazones , á los cuales cautivaba<br />
y rendía conla suave fuerza <strong>de</strong> su amor. Por esto le<br />
lloraban todos en su muerte: y todos tenían razón para<br />
llorar; porque todos perdieron en Fernando, al que<br />
con algnn esírecho parentesco <strong>de</strong> favor les tocaba.<br />
1 Qué diré <strong>de</strong> las otras virtu<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> r ey! ¡ Cuánta<br />
fué en Fernando la pru<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong>svelo en el gobierno<br />
<strong>de</strong> su reino! De diez y ocho años empezó á gobernar su