Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

574 LA LEYIÍNDA
por mi alma. FinalmenU.', todo aquello que un bueno y
piadoso padre puede desear para su hijo, yo lo deseo para
tí, y suplico á Dios que le lo dé. La santísima Trinidad le
guarde de lodo mal y te dé gracia para hacer siempre
bien y cumplir en todo su voluntad, de manera, que él
sea por tí honrado, y nosotros después de esta vida le podamos
ver, contemplar y gozar su bienaventuranza, por
lodos los siglos de los siglos. Amen.» Estos son los documentos
dados de san Luis, rey de Francia, á su hijo, que
si se guardasen enteramente de los reyes y príncipes, no
hubiera mas que pedir ni desear. La vida de san Luis escribió
Gaufrido, de la orden de Santo Domingo, su confesor,
y Juan, señor de Joinville, que veinte y dos años le
sirvió y acompañó, y los otros escrilores de la historia de
Francia: y el Martirologio romano hace mención de san
Luis á los lli de agosto.
SAN GIMES DE ARLES, MÁIITIR.—La vida y martirio desan
Ginés de Arles, escribió san Paulino, obispo de Ñola, y la
trae el P. Fr. Lorenzo Surio en su cuarto tomo, de esta
manera.
Fué san Ginés natural de la ciudad de Arles de Francia:
inclinóse desde su mocedad á ser escribano y andar en
los tribunales: y ocupándose de este oficio, mandóle una
vez el juez que escribiese una provisión impía y cruel
contra los cristianos, en que mandaba que todos fuesen
muertos do quiera que se hallasen. Pareciólcá Ginésaquel
mandato inicuo y bárbaro, como lo era, y no quiso obedecer
a! juez; ánlcs arrojó los instrumentos que tenia para
escribir á los piés del juez, mostrando con el desden y
semblante, que lo desagradaba aquel mandato, y que en
su corazón era cristiano, ó se compadecía de los que lo
eran. Fuese de allí, y el juez enojado de lo que Ginés habla
hecho, mandó á algunos de sus oficiales que le siguiesen
y que le quitasen la vida. Entendió Ginés el peligro, y
envió á rogar á un obispo que le bautizase: el cual, ó impedido
por otros negocios, ó por examinar mejor el ánimo
y disposición con que Ginés le pedia el baulismo, no le
bautizó; antes le avisó que muriendo por Cristo, alcanzarla
la vida eterna por medio de su sangre. Con esto Ginés
pasó de la otra parte del rio Ródano para esconderse. Siguiéronle
los ministros del tirano, alcanzáronle, diéronle
la muerte, y dejaron su sagrado cuerpo allí tendido en el
suelo. Tomáronle los cristianos y trajéronle á la otra parte
del rio Ródano y allí le sepultaron: y de esta manera
consagró Ginés las dos riberas de aquel rio, la una
con su sangre y la otra con su cuerpo. Todo esto es de
san Paulino.
Añade san Hilario, obispo de Arles, un milagro muy
notable que hizo nuestro Señor por la oración de san Ginés,
estando el mismo üilario presente. Dice, que celebrándose
en aquella ciudad la fiesta de este glorioso santo,
iba mucha gente á su iglesia, y habiendo de pasar una
puente del rio Ródano, fué tanta la gente que cargó sobre
ella, que se hundió y cayó en el rio una multitud de hombres
y mujeres, viejos y mozos, niños y niñas, con gran
peligro de ahogarse los que cayeron, y gran lástima de
los que lo estaban mirando y no los podían socorrer. Estaba
allí el obispo que á la sazón era de Arles, llamado
Honorato, gran siervo de Dios: y viendo aquel destrozo,
se puso de rodillas, pidiendo á san Ginés, que pues toda
aquella gente padecía tan gran desgracia por venirle á
bonrar, la librase con sus oraciones de aquel tan evidente
DE OKO. DÍA 25.
peligro. Apenas habla acabado el santo obispo su oración,
cuando comenzaron á salir del rio, sanos y sin lesión alguna,
todos los que en él hablan caido: ninguno quedó
ahogado, ninguno tullido, ni manco, ni descalabrado: todos
salieron mojados, y todos muy alegres viéndose libres
de lan gran desastre, se abrazaban unos á otros. No faltó
á hombre capa óespada, ni á mujer manto ó rosario: todos
se vieron en peligro de muerte, y ninguno murió ni padeció
otro mal que mojarse. Pasaron en barcas el rio, y fueron
á la iglesia de San Ginés á dar gracias á Dios por la
merced que les habia hecho, y celebraron con mayor regocijo
que otros años la fiesta del santo, por cuyos merecimientos
habian salido de aquel peligro. Su martirio fué
á los 23 de agosto, y en él le ponen los Martirologios romano,
de Reda, Usuardo y Adon. Hacen mención de él
Prudencio, Venancio, Fortunato, el breviario Toledano y
san Gregorio Turonense.
SAN GINÉS, EL .REPUESENTANTH, MÁRTIR.—Maravilloso fué
el Señor en el martirio de san Ginés, el Escribano, y en
el milagro que obró por él, librando á tanta gente, que
por celebrar su fiesta, cayó en el rio y se vió en lan grande
peligro; pero mucho mas milagroso se mostró en la conversión
de otro Ginés, haciéndole de representante y burlador
y perseguidor de cristianos, confesor de la santa íéy
verdadero mártir de Jesucristo. Major milagro es trocar
un corazón y sacar agua de la piedra, que librar á los
hombres de las aguas; porque en lo uno hay sola obediencia
déla criatura que está sujeta á la voluntad del Señor?
y en lo otro hay mudanza y rendimiento del corazón humano,
que es libre y señor de sí, y resiste á lo que Dios
quiere.
Fué, pues,así, que imperando Diodeciano, hubo en
Roma un farsante , insigne chocarrero y gracioso , que
se llamaba Ginés, muy enemigo de cristianos : el cual
parte por su mala inclinación, y por la mala vida que traia
(como suelen los de aquel oficio ), y parle por dar gusto
al emperador y entretenimiento al pueblo , se dió mucho
á perseguir á los cristianos y hacer burla de ellos , y
para esto quiso entender los misterios de nuestra santa fé
y las ceremonias del bautismo, para representarlo en sus
comedias, y mover á risa á los clicunstantes.-Después
que se hubo enterado de lo que hacían los cristianos, instruyó
bien á los otros sus compañeros de lo que habian áí
hacer: y un dia, estando presente el emperador y toda
Roma para verle representar, fingió que estaba malo :
echóse en una cama , y llamó á los que le habian de ayudar
al entremés, y como eran sus criados , dijoles que
estaba malo y pesado (porque era muy grueso de carnes),
y que quería aliviarse. Pasaron algunas razones entre
Ginés y sus criados á este propósito , llenas de donaire y
de chacota.
Finalmente , él dijo qi»3 quería ser cris'Jano, y uno de
los representantes se vistió de exorcisla y otro de presbítero
para bautizarlo , haciendo burla con aquella representación
del santo Sacramento del baulismo, y dala religión
y ceremonias de los cristianos, con gran gusto del
emperador y aplauso y regocijo de todo el pueblo. Pero
(¡ ó bondad inmensa del Señor 1 ¡ ó virtud y eficacia de la
divina gracia I) en el mismo tiempo que hacían eSGarnw
de Cristo , tocó el Señor el corazón de Ginés, y le alumbró
con un rayo de su luz, y le trocó la voluntad, de manera
, que no ya de burla sin* de veras, desease ser crislia-