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lorcidos: él la adornaba con el alavío <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s: él<br />
la daba ósculo <strong>de</strong> paz y la ungía con el ungüento precioso<br />
<strong>de</strong> su gracia. De don<strong>de</strong> se ve la inestimable benignidad <strong>de</strong><br />
nuestro Dios que así previene al pecador, y la eticacia <strong>de</strong><br />
su gracia que trueca los corazones con una manera tan<br />
extraña, como él trocó el corazón <strong>de</strong> esta pecadora; pues no<br />
le <strong>de</strong>jó sosegar ni consi<strong>de</strong>rar que para llorar sus pecados<br />
y hacer penitencia <strong>de</strong> ellos á los piés <strong>de</strong>l Señor, no era<br />
tiempo oportuno el <strong>de</strong> mediodía ni lugar cómodo el <strong>de</strong>l<br />
convite, ni á propositóla muchedumbre <strong>de</strong> los convidados<br />
y el fausto y sobrecejo <strong>de</strong> los fariseos: y no pudiendo<br />
aguardar siquiera una bora mas para aquel negocio y buscar<br />
á solas y sin testigos á Cristo; la vehemencia <strong>de</strong>l dolor<br />
y el espanto <strong>de</strong> sí misma <strong>de</strong> tal manera ocuparon su en-1<br />
(«ndimiento, que no podía aten<strong>de</strong>r sino solo á la gran<strong>de</strong>za<br />
<strong>de</strong> su peligro.<br />
Y es mucho para notar (como lo advirtió gravemente<br />
san Grisóstomo) que la Magdalena, fué la primera que vino<br />
ai Señor para buscar el remedio <strong>de</strong> sus pecados y la salud<br />
eterna <strong>de</strong> su alma: lo cual no leemos <strong>de</strong> otros. Porque<br />
no vino como la Cananea para que librase á su hija <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>monio que corporalmente la atormentaba ; ni como el<br />
Centurión para que sanase á su criado paralítico; ni como<br />
el Régulo para que alargase la vida á su hijo: ni como el<br />
príncipe <strong>de</strong> la sinagoga Jairo,para que resucitase á su hija<br />
ya difunta: ni como oíros que <strong>de</strong> todas partes venian para<br />
que los curase; no vino por interés y bienes temporales,<br />
sino para llorar sus pecados, para remedio <strong>de</strong> su alma, para<br />
alcanzar perdón <strong>de</strong> aquel Señor á quien tanto habia ofendido,<br />
testificando con sus sollozo;:, suspiros y lágrimas el<br />
dolor gran<strong>de</strong> que traía atravesado en su corazón, y que<br />
esperaba que el mismo Señor, que era Jesús y Salvador do<br />
pecadores, la había <strong>de</strong> perdonar y recibirla en su gracia y<br />
amislad y con esta confesión hecha con obras y m con<br />
palabras, honró á Cristo en gran manera en presencia <strong>de</strong><br />
los fariseos, que eran sus enemigos, les cuales como soberbióse<br />
hipócritas comenzaron á <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñar aquella mujer que<br />
conocían por pública pecadora, y.á tener en pocoáCrislo y<br />
á juzgar que no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser profeta; pues se <strong>de</strong>jaba tocar<br />
<strong>de</strong> ella; no entendiendo que porque era verda<strong>de</strong>ro y santo<br />
profeta, y maestro y alumbrador <strong>de</strong> todos los profetas, se<br />
<strong>de</strong>jaba tocar<strong>de</strong> ella para hacerla <strong>de</strong>pecadora, santa; <strong>de</strong>mujer<br />
infame, gloriosa; y <strong>de</strong> esclava <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio hija regalada<br />
suya, como lo hizo rcspomliendo por ella al fariseo que le<br />
habia convidado, y reprenrliéndole porque habiendo recibido<br />
mayores dones <strong>de</strong> Dios, le habia sidoménosagra<strong>de</strong>cido,<br />
y dando á la Magdalena un jubileo plenísimo y remisión<br />
<strong>de</strong> todos sus pecados, y enviándola con paz y alegría á su<br />
casa como lo cuenta el evangelista san Lucas. Esta es la<br />
primera cosa que leemos en el Evangelio <strong>de</strong> esta santa pecadora;<br />
para que con este ejemplo <strong>de</strong> tan amargo llanto y<br />
penitencia, regulemos nosotros la nuestra; y por lo que ella<br />
hizo para lavar sus pecados, sepamos loque en los nuestros<br />
<strong>de</strong>bemos hacer.<br />
Muy agra<strong>de</strong>cida quedó la Magdalena al Señor, por haberle<br />
perdonado sus pecados y dado paz y quietud á su<br />
alma <strong>de</strong>sconsolada y afligida ; y para servirle por esta tan<br />
gran misericordia y merced, se <strong>de</strong>terminó á emplear <strong>de</strong><br />
allí a<strong>de</strong>lante todo su caudal, su persona y hacienda en su<br />
servicio, y no apartarse un punto (en cuanto le fuese posi-'<br />
ble) <strong>de</strong> los ojos do aquel Señor, que tan benignamente la<br />
habia mirado y dádole vida con su vista. Para esto cuan-<br />
LA LEYENDA DE ORO. DU nido<br />
el Salvador iba predicando <strong>de</strong> pueblo en pueblo y <strong>de</strong><br />
ciudad en ciudad, ella con otras sanias mujeres le seguiay<br />
con sus limosnas le sustentaba , y daba <strong>de</strong> comer á él y ^<br />
sus discípulos: y olvidada déla comodidad y regalo que<br />
tenia en su casa, iba por caminos con trabajos y cansancio,<br />
teniéndose por dichosa y bienaventurada, porque podía<br />
servir en algo al Señor y á aquellos pobres pescadores<br />
que le seguían : porque aunque parecían viles y eran menospreciados<br />
<strong>de</strong> los hombres, en sus ojos eran gloriosos y<br />
felicísimos por ser discípulos <strong>de</strong> su dulce Maestro, y estar<br />
tan cerca <strong>de</strong> la fuente <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> la cual ella <strong>de</strong>seaba<br />
siempre beber. Esta misma sed <strong>de</strong> oír siempre al Señor y<br />
aquel amor tan cordial y afectuoso que le tenia, fué también<br />
causa que le hospedase con su hermana Marta en su<br />
casa <strong>de</strong> Betania, y que estando la hermana tan ocupada y<br />
solícita en aparejar la comida y regalar al Señor, «lia se<br />
estuviese sentada á sus piés, regalándose con sus palabras<br />
y apacentando su alma con el mantenimiento <strong>de</strong> vida<br />
que el Señor le daba: porque estaba tan llagada y abrasada<br />
<strong>de</strong> su amor, tan absorta y trasportada en él, y tan olvidada<br />
<strong>de</strong> sí y <strong>de</strong> todas las cosas <strong>de</strong>l mundo, que no se podía<br />
apartar <strong>de</strong> aquellos piés que había bañado con sus lágrimas.<br />
Y como Marta su, hermana anduviese cuidadosa y<br />
solícita y toda ocupada en aparejar lo necesario, y vieso<br />
á María tan <strong>de</strong>scuidada y ociosa, dió <strong>de</strong> ella queja al Señor<br />
porque la <strong>de</strong>jaba sola en el trabajo y se entretenía en oír<br />
sus palabras. Mas el Señor, que había <strong>de</strong>fendido á la Magdalena<br />
<strong>de</strong>l fariseo, también la <strong>de</strong>fendió <strong>de</strong> las quejas <strong>de</strong>su<br />
hermana y le respondió: Marta, Marta, muy solícita andas<br />
y distraída en muchas cosas, siendo como es, una sola menester.<br />
Tu hermana María ha escogido la mayor parto, la<br />
cual durará parasíempre, y nunca le será quitada. Como si<br />
dijera: Tu ocupación buena es; pero mejor es la <strong>de</strong> María.'<br />
á tí muchas cosas te embarazan; tu hermana una sola ha<br />
escogido que la recoge y hace morar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> si: tú quieres<br />
regalar mi cuerpo ; ella regalar á su alma: lo que tú<br />
haces se ha <strong>de</strong> acabar; en lo que María se ocupa no tendrá<br />
(ín: loque ella hace, es loque se <strong>de</strong>be hacer, es lo necesario,<br />
lo mas provechoso; y todo lo <strong>de</strong>más á esto se <strong>de</strong>be<br />
posponer y preferir. Con esto quedó María segura , Y<br />
Marta enseñada, y nosotros instruidos <strong>de</strong> la diferencia que<br />
hay <strong>de</strong> la vida activa ála contemplativa, <strong>de</strong> la que sirvo<br />
al Señor en sus miembros, y <strong>de</strong> la que goza <strong>de</strong> Dios para<br />
sí: y que todas las cosas ha <strong>de</strong> posponer el hombre al<br />
aprovechamiento y salvación <strong>de</strong> su alma: y que no<br />
<strong>de</strong>be tcuer por gente inútil y ociosa , la que se ocupa do<br />
día y <strong>de</strong> noche en alabar y contemplar á Dios: como 1°<br />
hacen muchos santos religiosos y <strong>de</strong>votas personas y 1°<br />
hacía la Magdalena; la cual amaba al Señor con un afed0<br />
tan encendido y tan vehemente, que mas vivía su espín'11<br />
con aquel amor, que su cuerpo con el alma que le daba<br />
vida. Y el Señor que es autor <strong>de</strong> nuestro amor y nos previ^"<br />
no sirmprc con el suyo, así como le infundía aquel amon<br />
con que ella le amaba ; así amaba á ella con otro amor<br />
finitamente mas aventajado y perfecto, no solo como<br />
dor á su criatura , sino también como Esposo dulcfsím0<br />
su esposa regalada, y por amor <strong>de</strong> ella quería bien á I**<br />
zai o, su hermano. Por don<strong>de</strong> habiendo Lázaro caído 0*^<br />
Ma' ía y Marta le enviaron un mensajero , que le dije56'<br />
Señor, el que amáis, está enfermo: porque sabían que P<br />
Cristo, nuestro Re<strong>de</strong>ntor estas solas palabras bastaban^'<br />
ser menester añadir, que viniese yquelesanase, ni q"41