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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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como dijimos, <strong>de</strong> seis anos ayimalia á pan yagua Iros<br />

dias en la somana. A ios quince liizo voto <strong>de</strong> no comer<br />

carne en toda su vida, sino es mandada <strong>de</strong> quien fuese<br />

superior, epieriendo mortifica i-con la abslincncia el cuerpo<br />

y con la obediencia el alma. Convidaban algunas sonoras<br />

á comer á su madre, para que llevase consigo la<br />

bija : sctilia mucho estos conviles; y no pudiendo excusarlos<br />

, comia carne porque su madre se lo mandaba;<br />

pero en acabando <strong>de</strong> comer, volvia cuanto babia comido<br />

con gran<strong>de</strong>s bascas: y si le quedaba algo <strong>de</strong> estos manjares<br />

en el estómago, luego enfermaba. Mandábanla que<br />

comiese carne para sanar: pero sucedía siempre, que comiendo<br />

carne empeoraba; y con su abstinencia <strong>de</strong> pan<br />

y agua sanaba y convalecía, como se experimentó en muchos<br />

casos. Habiendo adolecido <strong>de</strong> una grave enfermedad,<br />

la mandó el médico comer un poco <strong>de</strong> gallina, para reparar<br />

su llaqueza : comió el primer bocado; y no pudo pasar<br />

el segundo, porque la dió un mortal acci<strong>de</strong>nte, y si no<br />

volviera luego lo (pie habia comido, reventara <strong>de</strong> congoja:<br />

comió pan y bebió agua, y luego lo abrazó el estómago, y<br />

sintió mejoría, y estuvo buena. Con lanías experiencias<br />

llegaron á <strong>de</strong>sengañarse los <strong>de</strong> su casa, que su remedio<br />

era el ayuno; pero su madre no nodia sufrir ver á su bija<br />

tan abstinente, y la reprendía ásperamente porque ayunaba<br />

tanto. Afligíase la piadosa virgen viendo el sentimiento<br />

que ocasionaba á su madre, y no sabia qué <strong>de</strong>bía hacer;<br />

pero en esta aflicción se le apareció Cristo nuestro Señor, y<br />

la exhortó á que prosiguiese en sus ayunos, que á su<br />

cuenta quedaba el cuidar <strong>de</strong> su vida. Quedó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />

con firme resolución <strong>de</strong> proseguir en sus ayunos, sin<br />

<strong>de</strong>jarlos por respeto alguno; aunque por esto llegó su madre<br />

á poner en ella sus manos. Mandóla su madre que cumíese<br />

con todos á la mesa; y ella obe<strong>de</strong>ció con -condición<br />

que no la mandase comer mas <strong>de</strong> lo que su estómago abrazaba<br />

: dispuso con la esclava queje diese unas yerbas cocidas<br />

sin sal ni otro a<strong>de</strong>rezo, y que tal vez echase en ellas<br />

algunas pasas porque pareciese á su madre comia algo <strong>de</strong><br />

suslancia. Comia al parecer con gusto y sabor; pero en la<br />

víírdad con <strong>de</strong>sazón y tormentos; porque la misma virgen<br />

buscaba las yerbas mas <strong>de</strong>sabridas y amargas que podía<br />

enccmtraivy las daba á la cocinera para que las cociese y<br />

trajese á la mesa, y aun algunas veces las sazonaba con<br />

ceniza. Encontró una yerba muy amarga: y pareciéndole<br />

que era buena para su regalo, la plantó en sn huerto, y la<br />

cultivaba con mas cuidado que á todas las <strong>de</strong>más, diciendo<br />

que era medicina para curar <strong>de</strong> muchos achaques;<br />

y entendíalo bien para las pasiones mortificando el gusto<br />

y apetito. Hizo una bebida <strong>de</strong> verbena; que es una yerba<br />

amarguísima, y <strong>de</strong> esta bebia buena cantidad lodos los<br />

viernes y vísperas <strong>de</strong> comunión, en memoria <strong>de</strong> la hiél y<br />

vinagre que dieron á Cristo, y cuando esta bebida faltaba,<br />

traía en la boca una yerba muy amarga, y la mascaba<br />

y ll agaba el -/umo <strong>de</strong> ella.<br />

Usaba la santa dos maneras <strong>de</strong> ayunos: uno ordinario<br />

<strong>de</strong> pan yagua, y otro extraordinario, que llamaba su<br />

ayuno, en que no comia ni bebia nada en lodo el dia; y<br />

este usaba muchas veces en los últimos afios <strong>de</strong> su vida.<br />

Des<strong>de</strong> la Santa Cruz <strong>de</strong> setiembre hasta la pascua <strong>de</strong> Resurrección,<br />

que son ayunos <strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Predicadores,<br />

comia solamente pan y agua basta la cuaresma; y en<br />

ella no comía en toda la semana, sino es el viernes; y en<br />

este, cinco pepitas <strong>de</strong> naranja en memoria <strong>de</strong> las cin.'o<br />

LA LEYENDA DE ORO. DÍA 30.<br />

Hagas <strong>de</strong> Cristo, y bebía con ellas hiél. El pan, que comia<br />

en sus mas regalados ayunos, era tan poco, que enviándi»le<br />

una señora cada semana siete panecillos, para cada<br />

día uno, <strong>de</strong> pan basloy grosero, por saber que gustaba do<br />

esto; comia en loda la semana un panecillo y medio, y lo<br />

<strong>de</strong>más daba á los pobres. En una ocasión se estuvo cíncuenla<br />

días <strong>de</strong>s<strong>de</strong> p; sena <strong>de</strong> Resurrección hasta la <strong>de</strong> Espíritu<br />

Santo sin comer mas que un panecillo, ni beber<br />

mas que un vaso <strong>de</strong> agua en todos ellos. Otra vez pasó los<br />

mismos cincuenta días sin beber nada, comiendo solo un<br />

panecillo. Muy <strong>de</strong> ordinario ayunaba, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el jueves al<br />

sábado, sin comer bocado. Otras veces estaba quince días,<br />

y un ínes, sin comer ni beber, sustentándose con solo el<br />

pan <strong>de</strong>l Sacramento, y las palabras que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la<br />

boca <strong>de</strong> Dios. No admitía cosa <strong>de</strong> regalo, ni lo abrazaba su<br />

estómago, ó por mej M" <strong>de</strong>cir, su espíritu. Obligáronla una<br />

vez á que probase una fruta ; y un bocado solo que tomó<br />

la hizo lanío peso en el estómago, que la fué forzoso aliviarla<br />

<strong>de</strong> él; y por castigar osla, que llamaba glotonería,<br />

no comió ni bebió en diez días. Pero lo que mas admira,<br />

es ver que coneslos ayunos tenia fuerzas para trabajar y<br />

orar, y hacer otras penitencias, como si se sustentara con<br />

gran<strong>de</strong>s regalos : antes, como dijimos, el regalo la <strong>de</strong>bilitaba<br />

y el ayuno la fortalecía, <strong>de</strong> manera que habia trocado<br />

esta virgen los términos á las leyes comunes, y su<br />

comida era ayunar y su ayuno era el comer.<br />

Hizo santa Rosa, siendo inocente, la penitencia que hicieron<br />

otros santos muy penitentes <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchas<br />

culpas. Desdo nina usaba el cilicio y la disciplina con lanío<br />

rigor, que fué menester se le mo<strong>de</strong>rasen los confesores, y<br />

eslo rigor iba creciendo con los años. Después que lomó<br />

el hábito <strong>de</strong> tercera <strong>de</strong> Santo Domingo, le parecía que estaba<br />

obligada á mas penitencia, y á imitación <strong>de</strong> su santo<br />

padre, se disciplinaba todas las noches con ca<strong>de</strong>nas do<br />

hierro hasta <strong>de</strong>rramar mucha sangre : y buscando nuevos<br />

motivos para afligirse, una noche se disciplinaba por sus<br />

gran<strong>de</strong>s culpas, que por tales tenia las muy lijeras, otra<br />

noche por las calamida<strong>de</strong>s públicas, otra por las <strong>de</strong> la<br />

Iglesia, otra por los reinos <strong>de</strong>l Perú y su patria Lima, otra<br />

por las ánimas <strong>de</strong>l purgatorio, otra por los que estaban en<br />

el artículo <strong>de</strong> la muerte, otra por los que oslaban en pecado<br />

mortal; y <strong>de</strong> esta manera tenia repartidos los dias<br />

<strong>de</strong> la semana con la penitencia y caridad, y si ocurría<br />

alguna particular necesidad, entonces se afligía con mayor<br />

rigor, pidiendo á Dios el remedio <strong>de</strong> ella. Algunas<br />

personas, que llegaron á enten<strong>de</strong>r estos rigores, la aconsejaban<br />

que los mo<strong>de</strong>rase, y ella <strong>de</strong>cía; Hágolo por un<br />

Señor á quien <strong>de</strong>bo tanto, que aunque hiciera mucho<br />

mas, no hiciera nada. Al fin la mandó su confesor que<br />

no se disciplinase mas con las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> hierro : y ell^1<br />

alcanzó con muchos ruegos po<strong>de</strong>r tomar con ellas cinco<br />

mil azotes, por reverencia <strong>de</strong> los que dieron á Cristo, co<br />

número <strong>de</strong> tantos dias: y alcanzada esta licencia, tuvo<br />

gran cuidado <strong>de</strong> no exce<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la obediencia, ni fallará<br />

la permisión ; y enfermando algunos dias <strong>de</strong> los <strong>de</strong>terminados,<br />

añadía en los dias que estaba sana, los azotes qac<br />

habia <strong>de</strong>jado por estar enferma. Cumplido el número <strong>de</strong><br />

los azotes, aunque <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> disciplinarse con las ca<strong>de</strong>na8»<br />

no <strong>de</strong>jó las ca<strong>de</strong>nas; antes las dobló y se las ciñó ai cuei"<br />

po, cerrándolas con un candado y arrojando la llave don<strong>de</strong><br />

no se pudieso hallar. Pa<strong>de</strong>cía gravísimos dolores d^<br />

nuevo cilicio: y habiendo durado muchos dias en esta pl"

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