Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DIA
catolicismo, y lo fué mas aun para la civilización del mundo,
cuyos destinos habia incomparablemente mejorado el
zeloso é ilustrado genio de Gregorio. Su principal mira
habia sido hacer de todo el universo una sola familia unida
por los vínculos de la religión, y á este efecto empezó
por reprimir la simonía, la violencia y los excesos de toda
clase, tan frecuentes en aquellos tiempos. Su conducta,
que parece dura, con algunos príncipes de Europa, fué un
beneficio incalculable para los pueblos que gemían bajo la
dominación de reyes tiranos. El que conozca la historia de
aquellos siglos, verá con cuánta justicia y conocimiento
obraba el santo pontífice, queriendo que los soberanos que
se arrogaban sobro sus subditos un poder sin límites, debiesen
reconocer en la tierra un poder superior á ellos,
que les contuviese en sus demasías. El cielo, que mira
siempre con interés la causa de los pueblos, suscitó por
aquel tiempo al grande pontífice Gregorio YH, para dar
nueva dirección á los destinos humanos en la tierra, para
mantener á la Iglesia en una conveniente independencia de
os poderes temporales, y para señalar su pontificado como
el punto de partida de la civilización humana y benéfica,
que ha sucedido á la de aquella época de barbarie y
«mbrutecimiento.
SAN PASICRATES, SAN YALENGION T OTROS DOS COMPAÑEROS,
MARTIBEa-—Eran de Misia, soldados de una legión romana
acantonada en Dorosloro, en cuya ciudad murieron
abrasados por las llamas por negarse á renunciar al culto
de Jesucristo. Su muerte acaeció el año 302.
SAN DIONISIO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en el siglo IV,
y siendo obispo de Milán, fué desterrado á Capadocia
P0t' órden del emperador Constancio, que seguia la here-
Ja de Arrio. Su constancia en defender la fé católica, le
Prolongó el destierro, pues murió en él por los anos de
3'10> y le acarreó muchas persecuciones, por las cuales
mereció el título de mártir. Su sagrado cuerpo, dice ef
Martirologio romano, lo envió el obispo Aurelio á Milán,
cuando era su obispo san Ambrosio, á cuya traslación
cooperó, según algunos, san Basilio el Magno.
SAN BONIFACIO, PAPA IY.—Nació en Yaleria, ciudad de
la provincia de Alarsi en el Abrucio ulterior, y fué hijo de
Uti médico. Desde sus primeros años se dedicó á la carrera
eclesiástica : fué de talento no común, de vasta erudi-
C|on, y sobre todo de virtud eminente. Habiendo pasado
por todos los grados de la clerecía, y desempeñado varios
destinos en la Iglesia, fué electo y consagrado papa, eldia
18 de setiembre del año 60T. Dedicóse en particular asiduidad
al fomento de los intereses de la religión, y obtuvo
del emperador Focas el Panteón, templo célebre en los escritos
de los antiguos, que Agripa habia edificado en honor
de Júpiter vengador, y de las demás divinidades del
crai!ionÍSM0,eIano^9deRoma'7el 23 ánles de Jesudre
de n- ^ Bon'facio en una iglesia dedicada á la Made
la a ¡ I ^ lüs "rárthes, y hoy se llama Sania María
afine , , da- Ocupó Bonifacio la silla de san Pedro seis
anos y algunos
meses, y murió en Boma el dia 8 de mayo
del ano su
lona T ' 10BIS1,0-Nació en Bretaña de familia sa-
Í o J'"16 del Ina, y tuvo por maestro de su
educauon a san Adrián de Cantorbcry. Siendo todavía
burv vCfn, lOIUOeI hábit0 en 01 monasterio de MalmessusVirtud!*SU
abad denl,•0 dc P000- Tan b,illantcs eian
es q«e habiendo hecho el santo un viaje á Boma,
MAYO,
en tiempo del papa Sergio,
esté quiso conocerle personalmente,
y le colmó de favores. Vuollo á su solcdí d,
cultivó con mucho esmero la poesía latina, inglesa y sajona,
enlaquecompusouna obra en elogio de la virginidad.
El año T30 fué elegido y consagrado obispo de Sherburn,
portándose en este cargo como un perfecto sucesor de los
apóstoles. Por los años 109, estando visitando su diócesis,
y hallándose en Dullingc, cayó enfermo, y murió, resplandeciente
en santidad y milagros.
DIA 26.
SAN FELIPE NERI, FINDADOR.—El glorioso san Felipe
Neri nació en Florencia, ciudad insigne de Italia, año de
1513 : su padre se llamó Francisco IS'eri, persona de
grandes prenda? ; y su madre Lucrecia Soldi, una de las
nobles familias de Toscana. Fueron temerosos de Dios, y
así criaron á su hijo cristiana y santamente; el cual mostró
desde luego grande inclinación á la virtud,
siendo
muy quieto , amable
y devoto : por lo cual le llamaban
comunmente « Felipe el Bueno. » Esludió las primeras
letras con gran aprovechamiento, aunque se adelantó
mas en el estudio de la perfección crisliana, el cual siempre
antepuso á todas las demás cosas. Desde sus primeros
años despreció el mnndo de tal manera , que habiéndose
quemado gran parte de la hacienda de su padre, no hizo
senlimiento por ello; y dándole una vez un papel en que
estaban empadronados todos los antepasados dtfsu casa
hasta él, antes de leerle, le rasgó. Envióle su padre al
reino de Nápoles con un lio suyo rico, para que le heredase
, y ocupase en trato y negociación temporal: pero
él, tocado de Dios, escogió mas emplearse en la eterna,
deseoso solo de heredar el cielo, y granjear riquezas espirituales
; y así dejando lodos las esperanzas del mundo,
se fué á Boma, donde empezó á hacer una vida muy penilenle,
comiendo solo pan yagua, una vez al dia, y
cuando mucho, añadia algunas veces unas pocas de yerbas
, ó aceitunas; mas otras veces pasaba sin desayunarse
ni comer bocado por espacio de tres dias. DisciplinAbase
cada dia, dormia muy poco. oraba miuho, guardando
en su vestido y todas las demás cosas gran pobreza,
sin querer recibir nada de sus parientes , ni olra renta alguna
, ni pensión, ni beneficio : de suerte, que vivía en la
córte del mundo, como si estuviera solo en el yermo,
cuanto al rigor de vida; porque de esta manera se queria
Dios servir de él, como se lo significó en una visión que
luvo. Yió, estando en oración, dos santas vestidas de gran
gloria, la una de ellas tenia en las manos un pedazo do
pan duro, que estaba comiendo sin mas vianda: luego
oyó una voz que le dijo: «Felipe, la volunlad de Dios es
que vivas en esta ciudad de Roma, como si estuvieras en
el desierto:» con las cuales palabras quiso ensenarle el
Señor, como habia de vivir en Boma con gran abstinencia
y castidad, y así se guardó virgen toda su vida , aumjuo
el demonio procuró con fuertes tentaciones y ocasiones,
que le armó, contrastar su virginal pureza. Unos mancebos
atrevidos le encerraron una vez con dos mujercillas
livianas, para que provocasen al casto mancebo; mas él
cuando se vió en tan gran peligro, no hizo sino hincarse
de rodillas, orando con lal reverencia, que se encc "ioron
aquellas mujeres perdidas, de modo, que ni aun mirarle á
la cara se atrevieron. Otras veces le acomelieron varias