Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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enfermos, la iiacienda que llevaba. No solo reparó en lo
material el hospital, mas también en lo espiritual y económico,
porque les dió leyes muy provechosas para su gobierno,
así en la cura de los achaques del cuerpo, como
en el remedio de las enfermedades del alma : y por eso
con mucha razón, está hoy sóbrela puerta principal del hospital
una imagen del santo , y á los piés una piedra, en
que le llaman autor de aquel hospital. Este ejemplo de tan
ardiente caridad lucia en los ojos de toda la ciudad, en que
era tenido por un hombre venido del cielo, y los nobles,
sabiendo la nobleza de Cayetano, y viéndole servir á los
enfermos con tanta caridad y Immildad, se alentaban á
imitar tan horoicoejemplo; y así muchos caballeros y señores
principales acudian al hospital á servir á los enfermos
, curando sus llagas , dándoles de comer, haciéndoles
las camas y barriendo las salas, sin rehusar ningún oficio,
por humilde ni bajo , en servicio de los pobres enfermos.
AGOSTO
El padre dominico que confesaba á Cayetano en Yincencía
, estaba ya en Venecia por prior de aquel convenio
: y aunque veía el mucho provecho que hacia en acpie-
Ua ciudad, conociendo que Dios le quería para cosas mayores
, le mandó ir á Roma segunda vez : y el santo se
partió para Roma , sin saber á lo que iba; pero iba guiado
de Dios, que sabia para lo que le llevaba. Llevábale,
para que diese principio á una nueva religión ; y así estando
en aquella curte relitado del palacio y del bullicio,
acudiendo solo á los templos y hospitales, yá su congregación
del Amor de Dios, acompañándose con los virtuosos
y ejemplares, nó con los grandes y poderosos. empezó
á discurrir en fundar una religión de clérigos reglares,
que con su ejemplo , modestia y pureza de vida, cerrasen
la boca á los herejes de aquel tiempo , que murmuraban
de la mala vida de los clérigos, condenando como herejes
todo el estado eclesiástico, por la vida de algunos que solamente
se diferenciaban de los seglares en la dignidad y
mayor obligación, pero en las costumbres y modo de proceder
no había diferencia, si no era por ventura en ser peores
; no mirando á la vida de otros muchos, en quienes la
vida no desdecía de la dignidad, y las coslumbres correspondían
á la obligación. Comunicó Cayetano su pensamiento
con don Bonifacio de Acole, que era hermano de la
misma congregación del Divino Amor , persona noble y
aventajada en virtud , que aprobó su intento y se le ofreció
por compañero. Junlósele don Juan Pedro Carafa, obispo
de Teati, varón muy austero y ejemplar, que después
fué sumo pontífice, y se llamó Paulo IV , el cual andaba
con los mismo deseos ó intentos que Cayetano y otro compañero,
varón ilustre en la sangre, y mas ilustre en, la
pureza virginal, llamado don Pablo Consihari; y lodos cuatro,
habiendo conferido entre sí las cosas necesarias para
la órden que pretendían fundar , alcanzaron la aprobación
del papa Clemente VH, en una bula despachada á 24 de
junio de 152 i, en la cual hablando el sumo pontiílce con
el venerable hermano Juan Pedro Carafa , obispo tealino,
y con el amado hijo Cayetano, presbítero vicenlino , y sus
compañeros y sucesores, habiendo alabado su deseo de
servir á Dios con mas quietud, y unirse á él con mas estrecho
lazo; les concede que puedan hacer los tres votos religiosos
de pobreza, castidad y obediencia , y vivir en conum
y del común , y vestir el hábito común de los clén-
808 , con el nombre de clérigos reglares, y elogii' supc-
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rior, y hacer constituciones oportunas y convenientes á su
instituto, y recibir á todos los que quisieren profesar
aquella vida , así clérigos como seglares; y les concede
todas las gracias y privilegios de la congregación de los
conónigoslateranenses: y asi este sumo pontífice, como
sus sucesores, han concedido á esta religión tantas gracias
y privilegios, que es cosa de admiración; y dice el
doclor Navarro, que no lo creyera si no los hubiera visto.
Estando ya aprobada su religión , profesaron el obispo
teatino , san Cayetano y sus dos compañeros á 14 de setiembre,
día de la Exaltación de la santa Cruz, del ano do
1324 , en el Vaticano, delante del altar del príncipe do los
apóstoles san Pedro , en manos del obispo de Casería, que
en numbre de su santidad asistió á esta función, que so
hizo con grande solemnidad y concurso del pueblo romano.
El fin de esta religión es la reformación del estado
eclesiástico , y proveer á la Iglesia de santos prelados,
cosa necesariísima é importantísima, para el buen gobierno
de la Iglesia y provecho de toda ella. La pobreza que
profesa es tan extremada, que ni tiene rentas para su
sustento , ni pide limosna , como otras religiones mendicantes
, dejándose á la providencia de Dios , que mueve á
los fieles para que los provean de lo necesario: por lo cual
se puede llamar justamente la religión de la Providencia
de Dios ; porque, totalmente dependen de ella sus religiosos
: y Dios, que no se olvida de las aves del aire, ni
de los animales de la tierra, ni délos peces del mar, cuida
de proveer de todo lo necesario á los que tan de veras le
sirven. El nombre que les dió Clemente VII, es de clérigos
reglares, como acabamos de decir; pero en Italia son
llamados comunmente teatinos; porque don Juan Pedro
Carafa, que fué entre sus cuatro primeros padres el principal
, por la dignidad episcopal y el primer prepósito de
su órden, se llamaba obispo teatino, antes de fundar la
religión; y de aquí los hijos de san Cayetano se llamaron
los clérigos reglares teatinos. Después el vulgo dió en España
el nombre de teatinos á los padres do la Compañía
de Jesús, pensando que los padres de la Compañía,
que venían de Italia á España enviados de san Ignacio,
eran de la religión de los padres teatinos, que pocos años
áutes se había fundado en Italia, confundiéndose con
semejanza del hábito , la cercanía del tiempo de la fundación
, y ser las dos religiones y clérigos reglares, no distinguiendo
los instituios que son muy diferentes, aunque
ambos santos: y después no ha podido prevalecer el desengaño
contra el uso; porque los nombres impuestos son
como las enfermedades contagiosas, que cuan fácilmente
se pegan, tan difícilmente se quitan. Hablando del
nombre que dieron en Italia á los hijos de san Cayeíano,
dice el padre Julio Nigronio de la Compañía de Jesús:
« Este nombre de teatinos que les dieron á los clérigos reglares
por el obispo teatino , vino á ceder en gloría suya;
porque esta voz parece que se deriva de la palabra Tees,
que significa Dios, ó Tcatis que es contemplador: por lo cual
llamar á estos religiosos teatinos , bien considerado es llamarlos
divinos ó contempladores; y no desdice ninguno do
estos dos nombres de sus primeros deseos y palabras, con
que contemplando las cosas celestiales, encomendaban el
divino amor.» Alaban muchos autores á esta sagrada religión,
y con mucha razón por la excelencia de su instituto,
vida de sus religiosos y provecho que ha hecho en la Iglesia.
En pai licular el cardenal llarouio en las anotaciones del Mar-