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santa fué con<strong>de</strong>nada á varios lormeníos. Habiéndose preparado<br />
una cal<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> pez ardiendo, y llevando á su presencia<br />
á Potamiana , se la amenazó con echarla <strong>de</strong>ntro,<br />
si no consenlia en lo que <strong>de</strong> ella se exigía , y la santa contestó<br />
al juez en estos términos : «Yo os conjuro por la vida<br />
<strong>de</strong>l emperador, á quien vos respetáis, que no me <strong>de</strong>snudéis<br />
<strong>de</strong> mis vestidos r mandad al menos que me metan poco<br />
á poco en esa cal<strong>de</strong>ra, y podréis cercioraros <strong>de</strong> la paeíencia<br />
que Jesucristo, á quien no conocéis , da á los que<br />
en él contian. » El prefecto dióla ór<strong>de</strong>n, y encargó á uno<br />
<strong>de</strong> las centinelas que la ejecutase. Este centinela se llamaba<br />
Basili<strong>de</strong>s, y trató á Potamiana con toda especie <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones,<br />
preservándola <strong>de</strong> las insolencias <strong>de</strong>l populacho,<br />
que insultaba su pudor con palabras obscenas. Semejante<br />
conducta en un idólatra obtuvo muy prorito la recompensa,<br />
pues le prometió que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte le alcanzaría<br />
la gracia <strong>de</strong> Dios. Apenas habia esta acabado <strong>de</strong> hablar<br />
, la entró por los piés en el cal<strong>de</strong>ro, y poco á poco<br />
la metió <strong>de</strong>ntro hasta la cabeza. De este modo consumó Polamiana<br />
su sacrificio, y su madre Marcela fué al mismo<br />
tiempo abrasada en una hoguera. Sucedieron en aquel<br />
momenlo, según Orígenes, varias visiones y apariciones,<br />
en cuya consecuencia muchos se convirtieron á Jesucristo.<br />
Entre estos fué el mas notable Basili<strong>de</strong>s, á quien Potamiana<br />
habia prometido hacer ver su reconocimiento luego que<br />
estuviese en el cielo. Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> la santa,<br />
los soldados camaradas <strong>de</strong> Basili<strong>de</strong>s le exigieron que<br />
jurase por los dioses falsos, á lo cual se negó, diciendo<br />
que era cristiano. Al principio creyeron que se chanceaba;<br />
pero <strong>de</strong>spués viendo que persistía en su resolución, lo <strong>de</strong>nunciaron<br />
al prefecto, que mandó pren<strong>de</strong>rle. <strong>Los</strong> cristianos<br />
que le visitaron querían saber la causa <strong>de</strong> im cambio<br />
tan repentino, y ól les contestó: Potamiana se me ha aparecido<br />
<strong>de</strong> noche, tres dias <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su martirio, y me<br />
ha puesto una corona en la cabeza, diciéndome: que habia<br />
obtenido para mí la gracia <strong>de</strong>l Señor, y que muy pronto me<br />
reuniría á ella en la gloria. <strong>Los</strong> cristianos, llenos <strong>de</strong> alegría<br />
le administraron el bautismo, y al día siguiente, habiendo<br />
Basili<strong>de</strong>s confesado <strong>de</strong> nuevo la fó ante el tribunal<br />
<strong>de</strong>l juez, fué con<strong>de</strong>nado á ser <strong>de</strong>capitado. Su sentencia se<br />
ejecutó en la misma ciudad <strong>de</strong> Alejandría, cuatro dias <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong> santa Potamiana.<br />
SAN MARCIAL, OBISPO, Y LOS SANTOS ALPIMUNO Y As-<br />
TWPIANO , PRESBÍTEROS. — San Marcial fué uno <strong>de</strong> aquellos<br />
LA LEYENDA DE ORO. DIA í<br />
misioneros, que habiendo sido enviados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Roma con<br />
san Dionisio á París, por los años <strong>de</strong> 2S0, predicaron el<br />
Evangelio en todas las Gallas. Marcial fijó su resi<strong>de</strong>ncia en<br />
Ltmoges, y fué el primer obispo <strong>de</strong> aquella Iglesia. Sus<br />
trabajos apostólicos obrare nía conversión <strong>de</strong> un gran número<br />
<strong>de</strong> idólatras, y á su zelo se <strong>de</strong>bió el establecimiento do<br />
muchas iglesias en aquella parle <strong>de</strong> las Gallas. Resplan<strong>de</strong>ció<br />
con toda clase <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s, y fué esclarecido en<br />
gran<strong>de</strong>s milagros. Murió en paz entre sus ovejas, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haber sufrido muchos trabajos por Jesucristo, y su sepulcro<br />
fué testigo <strong>de</strong> ruidosos milagros, obrados con el<br />
contacto <strong>de</strong> sus sagradas reliquias.<br />
SAN CAYO , PRESBÍTERO , y SAN LEÓN , SCBDIÁCONO.—La<br />
historia no nos ha conservado <strong>de</strong> estos saqlos mas que los<br />
nombres, y solo sabemos que en compañía <strong>de</strong> otros santos<br />
<strong>de</strong>rramaron su sangre por la fé <strong>de</strong> Jesucristo, en<br />
tiempo <strong>de</strong>l emperador Decío,<br />
SANTA EMILIANA , MÁRTIR. — Esta santa es <strong>de</strong> los primeros<br />
tiempos <strong>de</strong>l cristianismo, y calculan que vivió, floreció<br />
y murió mártir en Roma, porque en esla ciudad había<br />
ya una iglesia bajóla invocación <strong>de</strong> santa Emiliana<br />
antes <strong>de</strong>l año 400. Por unos versos antiguos que existían<br />
en dicha iglesia se sabe que sufrió varios tormentos, los<br />
cuales no pudieron vencer su constancia, y que últimamente<br />
fué <strong>de</strong>gollada.<br />
SAN OSTIANO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Nació en la»<br />
Gallas, y fue discípulo <strong>de</strong> san Polícarpo y compañero <strong>de</strong><br />
san Benigno. Rehusó el cargo episcopal que se le había<br />
ofrecido, pasó toda su vida en la mortificación y la penitencia<br />
, abstraído y retirado <strong>de</strong>l mundo, no saliendo <strong>de</strong> su<br />
soledad sino para ir á socorrerlas necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l prójimo.<br />
Su fé, su ardiente caridad y su continua oración alcanzaron<br />
<strong>de</strong>l cielo muchos portentos en favor <strong>de</strong> los infelices<br />
y <strong>de</strong> los obcecados <strong>de</strong> corazón, é hizo brillar dignamente<br />
la gloria y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios. <strong>Los</strong> pobres le buscaban<br />
como á su padre y prolector; y sucedió muchas veces,<br />
que estando entre ellos se le aparecieron los ángeles <strong>de</strong>l<br />
cielo. Previendo su última hora, se preparó á ella con<br />
nuevo fervor, y murió tranquilamente en el Yivarés, teatro<br />
<strong>de</strong> sus glorias y virtu<strong>de</strong>s, y testigo <strong>de</strong> sus milagros<br />
antes y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte. Su cuerpo fué enterrado en<br />
la iglesia <strong>de</strong> San Martin <strong>de</strong> aquel territorio, y su sepulcro<br />
fué célebre por la curación <strong>de</strong> los enfermos que á él acudían.<br />
JULIO.<br />
DIA í .<br />
SAN GALLO, OBISPO.—Arverna es ciudad <strong>de</strong> Francia,<br />
sita á las márgenes <strong>de</strong>l rio Ligerís, que vulgarmente en<br />
Francia llaman Loíre: <strong>de</strong> aquí fué natural san Gallo,<br />
hijo <strong>de</strong> nobilísimos padres, y tanto que eran <strong>de</strong> los primeros<br />
senadores y mas nobles <strong>de</strong> toda Francia. Su padre<br />
se llamó Jorge, ysu madre Leocadia. Des<strong>de</strong> su infancia fué<br />
muy virtuoso y amó á Dios <strong>de</strong> todo corazón. Viéndole su<br />
padre que iba creciendo en edad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r tomar estado,<br />
y que tenía prendas á todos amables, quiso casarle con<br />
una hija <strong>de</strong> un senador <strong>de</strong> su misma ciudad : lo cual en"<br />
tendido <strong>de</strong>l santo niño, se fué al monasterio Cremonense,<br />
que está seis millas <strong>de</strong> Arverna, llevando en su compañía<br />
un criado. Entró en el monasterio, y con humildad gran<strong>de</strong><br />
suplicaba al abad lo recibiese en su compañía y cortase<br />
el cabello. El abad, viendo la hermosura <strong>de</strong>l niño, su<br />
gentil disposición y gran pru<strong>de</strong>ncia, le preguntó su norfl'<br />
bre, linaje y patria. A todo respondió por su ór<strong>de</strong>n, diciendo<br />
con elegancia : Mí nombre es Gallo, mí paf^<br />
Arverna, y mi padre Jorge el senador. Conocida por cl<br />
abad su gran nobleza, le dijo : Hijo, vu»stros <strong>de</strong>seos so»