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DIA 28, AGOSTO. 599<br />
falso y acbriteroao halle en mi lugar. Conce<strong>de</strong>dme la sefiul<br />
clara <strong>de</strong> vuestro amor, que es una fuente perpetua <strong>de</strong> lágrimas,<br />
para que ellas mismas sean testigos <strong>de</strong> este amor,<br />
y maniliesten y prediquen cuanto os ama mi alma; pues<br />
se <strong>de</strong>rrite en lágrimas por el exceso y dulzura <strong>de</strong> vuestro<br />
amor.» Y otras veces se <strong>de</strong>leitaba tanto en el misterio soberano<br />
<strong>de</strong> la encarnación, que <strong>de</strong>cia, hechos sus ojos<br />
fuente <strong>de</strong> lágrimas : « Sefior, el que no os sirviere para<br />
Jo quele criastes, bien merece el inflerno: mas para el que<br />
no os agra<strong>de</strong>ciere el haberos hecho hombre y muerto por<br />
él, menesteres que se haga otro infierno.» Otras veces<br />
estaba tan absorto y tan trasportado en Dios, que como<br />
hombre fuera <strong>de</strong> sí (aunque nunca estaba mas en sí}, <strong>de</strong>cia<br />
aquellas palabras que comunmente se atribuyen á san<br />
Agustín : « Sefior, en gran manera se alegra mi alma pensando<br />
que vois sois Dios; mas si por imposible pudiera ser<br />
que Agustino fuera Dios, y que vos fuéra<strong>de</strong>s Agustino; mas<br />
quisiera que vos fuéra<strong>de</strong>s Dios, que no que lo fuera Agustino.»<br />
Pues ¿adón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> subir ó crecer mas el incendio<br />
<strong>de</strong>l amor divino? Cojamos ya las velas, para que no nos<br />
hundamos en este piélago inmenso y abismo sin suelo, y<br />
saquemos <strong>de</strong> aquí en cuan subido punto tuvoestesanto todas<br />
las virtu<strong>de</strong>s ; pues así poseía la forma y reina <strong>de</strong> todas las<br />
virtu<strong>de</strong>s, que es la caridad; y que no es maravilla que Dios<br />
nuestro Señor le haya hecho patriarca tan glorioso <strong>de</strong> su<br />
Iglesia , y legislador y padre do tantas religiones, á un<br />
doctor á quien adornó <strong>de</strong> su ingenio , divina sabiduría, y<br />
<strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s tan heroicas , y á quien dió tan gran<strong>de</strong> autoridad,<br />
para que no solamente con su vida y doctrina, sino<br />
también con las sagradas religiones que instituyó fuese<br />
admirable y venerable en toda su Iglesia. Porque la sagrada<br />
y esclarecida ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los Ermitaños <strong>de</strong> San Agustín<br />
(en la cual siempre ha habido, y hay varones doctísimos<br />
y <strong>de</strong> vida ejemplar) es hija <strong>de</strong> este beato padre ; las religiones<br />
<strong>de</strong> los canónigos reglares, que son muchas, todas<br />
manan <strong>de</strong> esta fuente : la do los Servitas reconoce á san<br />
Agustín por su maestro, y milita <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> su regla; y<br />
otras muchas y muy insignes monacales y militares. Y el<br />
gran patriarca santo Domingo fué canónigo reglar <strong>de</strong> san<br />
Agustín, y dió á su ilustrísima ór<strong>de</strong>n la regla <strong>de</strong> este santo,<br />
en la cual él mismo había vivido, y por la observancia<br />
<strong>de</strong> ella llegado á la perfección que llegó. Pues el fruto<br />
que con estas santas religiones ha sacado el Seilor para<br />
bien <strong>de</strong> su Iglesia, mejor es que el lector atentamente lo<br />
consi<strong>de</strong>re, que no que nosotros lo digamos aquí; porque<br />
es lauto que no se pue<strong>de</strong> explicar con pocas palabras: y<br />
no es bien que digamos muchas, por no salir <strong>de</strong> nuestro<br />
instituto y <strong>de</strong> nuestra acostumbrada brevedad.<br />
Estando, pues, nuestro santo ya viejo y <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> setenta<br />
y dos anos, y habiendo gobernado su Iglesia treinta<br />
y dos, cansado con la edad , y con los inmensos trabajos y<br />
estudios <strong>de</strong> toda su vida, por el <strong>de</strong>seo vehemente que tenia<br />
<strong>de</strong> ocio y quietud para hacer sus obras y aparejarse á<br />
la muerte , y disponer su alma para la verda<strong>de</strong>ra vida,<br />
que es ver y gozar <strong>de</strong> Dios; con voluntad y contento <strong>de</strong><br />
Mo el pueblo y clero (como entonces en algunas Iglesias<br />
se hacia) nombró san Aguntin á Eradlo, presbítero, por<br />
ol>¡spo, para <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>sús días, y para que todos los<br />
negocios y causas los tratasen con Eradlo, á quien (si en<br />
a|go fuese menester, él ayudaría; y así lo hizo. Y <strong>de</strong>spués<br />
vivió el santo cuatro años, regalando su alma con la oración<br />
y contemplación, y con las <strong>de</strong>licias <strong>de</strong> la sagrada<br />
Escritura , y aspirando y anhelando con gran<strong>de</strong>s ansias y<br />
afectos al Señor , <strong>de</strong> cuyo amor estaba tan herido, y tan<br />
encendido y abrasado con el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> verle, que en una<br />
<strong>de</strong> sus meditaciones le dice estas palabras: « Ea , Señor,<br />
ea ya, apareced ; y quedaré consolado : volveos á mí; y<br />
cumplirse ha mi <strong>de</strong>seo : <strong>de</strong>scubridme vuestra gloria ; y<br />
mi gozo será colmado : porque mi alma tiene sed <strong>de</strong> vos,<br />
y mi carne os <strong>de</strong>sea. Mi alma sedienta corre á la fuente <strong>de</strong><br />
aguas vivas: y dice : ¿Cuándo llegaré y pareceré <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> la cara <strong>de</strong> mi Señor? ¿ Cuándo vendréis, Consolador<br />
mío? ¿Para cuándo os aguardaré? ¿O si tengo <strong>de</strong> ver algún<br />
día el gozo que <strong>de</strong>seo ? ¿O si me tengo <strong>de</strong> hartar <strong>de</strong><br />
aquella gloria, cuya hambre me fatiga? ¿O si rae tengo <strong>de</strong><br />
embriagar <strong>de</strong> aquel vino oloroso y suave, por el cual suspiro?<br />
¿Si tengo <strong>de</strong> beber aquel rio <strong>de</strong> <strong>de</strong>leites <strong>de</strong> que tengo<br />
sed? Entretanlo , Señor, las lágrimas sean mi pan, y<br />
mi sustento <strong>de</strong> día y <strong>de</strong> noche, hasta que se diga á mi alma<br />
: lié aquí á tu Esposo. Mientras que viene esta hora,<br />
apacentadme, Señor, con mis sollozos , y recreadme con<br />
mis dolores.» Estas son palabras <strong>de</strong> san Agustín, para <strong>de</strong>clarar<br />
sus afectos y sus <strong>de</strong>seos tan encendidos <strong>de</strong> la vida<br />
eterna. Pues estando con estas ansias y <strong>de</strong>sfalleciendo <strong>de</strong><br />
amor, permitió nuestro Señor que los vándalos, gente feroz<br />
y bárbara que habian entrado con los godos en España,<br />
pasasen <strong>de</strong> ella á África , robando y asolando la tierra<br />
y haciendo cruda guerra. Llegaron á liona : cercaron la<br />
ciudad : apretáronla y afligiéronla mucho con extraordinario<br />
<strong>de</strong>sconsuelo <strong>de</strong>l santo prelado, por ver las miserias<br />
y calamida<strong>de</strong>s que pa<strong>de</strong>cían sus ovejas : y habiendo ya<br />
durado el cerco tres meses, suplicó humil<strong>de</strong>mente á nuestro<br />
Señor, que ó lo librase <strong>de</strong> aquella miseria, ó le diese<br />
paciencia para sufrirla, ó le sacase <strong>de</strong> esta presente vida,<br />
para que no viese la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> su pueblo. Concedióle<br />
el Señor esto postrero, y dióle una enfermedad aguda, <strong>de</strong><br />
la cual luego entendió que se moría : y aunque estaba tan<br />
bien aparejado y tan <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> morir (como habemos dicho)<br />
, mandó que le escribiesen los siete salmos penitenciales,<br />
y que se los pusiesen en parle don<strong>de</strong> él los pudiese<br />
leer <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cama , y que no entrase nadie á él sino los<br />
médicos y los que eran menester para curarle; y así se<br />
hizo por espacio <strong>de</strong> doce días. Leía muchas veces los salmos<br />
con gran ternura y abundancia <strong>de</strong> lágrimas. Recibió<br />
los sacramentos, y <strong>de</strong>cia que ningún ci istiano, por honesta<br />
y loablemente que hubiese vivido, <strong>de</strong>bería morir sin hacer<br />
primero digna y conveniente penitencia <strong>de</strong> sus pecados.<br />
Llegada ya su hora, estando presentes y llorando<br />
muchas lágrimas sus hijos, dió su bendita alma al que<br />
para tanta gloria suya le había criado, á los 28 <strong>de</strong> agosto,<br />
en que la santa Iglesia celebra su fiesta, siendo <strong>de</strong> edad<br />
<strong>de</strong> setenta y seis anos , y habiendo gobernado santísimamente<br />
la Iglesia <strong>de</strong> Bona treinta y seis. Y en el año <strong>de</strong>l<br />
Señor <strong>de</strong> 433, según san Próspero, discípulo <strong>de</strong> san Agustín,<br />
y <strong>de</strong> 330 según el car<strong>de</strong>nal Baronio, imperando Teodosio<br />
el menor, y Valentiniano. •<br />
No hizo testamento ; porque el pobre y siervo <strong>de</strong> Cristo<br />
no tuvo <strong>de</strong> qué. Fué sepultado en la iglesia <strong>de</strong> San Estévan<br />
que fundó. Dejó la Iglesia llena <strong>de</strong> clérigos, y los monasterios<br />
do mongos y monjas. Hallóse en siete concilios<br />
que se celebraron en África y firmó en ellos. Después <strong>de</strong><br />
su muerte á los catorce meses <strong>de</strong>l cerco fué entrada la<br />
ciudad <strong>de</strong> Bona y <strong>de</strong>struida por los vándalos, y los cristianos<br />
tomaron el cuerpo <strong>de</strong> san Agustín, y su'mitra y bá-