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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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m i8.<br />

el mundo su enemigo, coligado y <strong>de</strong> acuerdo con el<br />

<strong>de</strong>monio, lleva en Iriimfo la disolución, y multiplica<br />

sin número los <strong>de</strong>gór<strong>de</strong>nes y los pecados.» ¡l'liiguiora<br />

á Dios, que estos no menos verda<strong>de</strong>ros que piadosos<br />

sentimientos <strong>de</strong>l beato Gregorio se grabaran no solo en<br />

el corazón <strong>de</strong> las sagradas vírgenes y <strong>de</strong>más comunida<strong>de</strong>s<br />

religiosas, sino también en el <strong>de</strong> todos los ministros<br />

<strong>de</strong> Dios, lo que seria <strong>de</strong> gran<strong>de</strong> edificación para<br />

los seglares, y contribuirla no poco para alejarlos <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong>l carnaval!<br />

Aunque<br />

(iregorio cumpliese con toda exaclilud los<br />

JUMO.<br />

cargos <strong>de</strong> un pastor vigilante y solícito <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong><br />

sus amadas ovejas, con todo le parecía quenada bacía<br />

<strong>de</strong> bueno, y que era un bombro inútil; por loque<br />

consi<strong>de</strong>rando la estrecha cuenta que han <strong>de</strong> dar los sagrados<br />

pastores en el divino tribunal, por las almas encargadas<br />

á su cuidado, sesentia estremecer todo<strong>de</strong> temor,<br />

<strong>de</strong> que alguna pereciese por su negligencia, <strong>de</strong> aquí es,<br />

que pensó muchas veces en exonerarse <strong>de</strong>l peso<strong>de</strong>su obispado,<br />

y retirarse á llevar una vida privada y aten<strong>de</strong>r solo<br />

para si: pero personas muy ilustradas le disuadieron<br />

<strong>de</strong> este pensamiento, viendo el gran bien que hacia con<br />

su pastoral gobierno, y que él no conocía porque se lo<br />

ccullaba su humildad. Esta virtud <strong>de</strong> la humildad que<br />

es el fundamento <strong>de</strong> la vida cristiana, bahía echado tan<br />

profmulas raíces en su corazón, que se traslucía <strong>de</strong> un<br />

modo muy particular en todas sus acciones. Tenia él muy<br />

bajos sentimientos <strong>de</strong> sí mismo, y no emprendía cosa <strong>de</strong><br />

consi<strong>de</strong>ración sin el consejo <strong>de</strong> personas hábiles y juiciosas<br />

: trataba gustoso con personas pobres y sencillas,<br />

y 'mía toda suerte <strong>de</strong> pompa, <strong>de</strong> fausto y afectación , así<br />

0n 'a conversación como en el trato. Era afable y mau-<br />

So, y <strong>de</strong> fácil acceso , acogiendo benignamente á todos,<br />

y en especial á los <strong>de</strong> su familia , á quienes amaba<br />

con ternura, y se compa<strong>de</strong>cía <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>fectos, sin los<br />

cuales nadie vive en este mundo, como un padre ama<br />

y se compa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> las faltas <strong>de</strong> sus propios hijos; tenia<br />

un cuidado muy particular, <strong>de</strong> que sus familiares<br />

fuesen provistos <strong>de</strong> todo lo necesario, y no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> recompensar<br />

con liberalidad sus trabajos, y <strong>de</strong> inleresarse<br />

á su favor, y <strong>de</strong> ayudarlos en todo lo que miraba á sus<br />

aumentos". Cuando caían enfermos, quería que fuesen<br />

servidos y asistidos con una suma diligencia, y que se<br />

les suministrase con abundancia todo lo que fuese necesario;<br />

él mismo frecuentemente los vísilaba, y con dulces<br />

palabras los consolaba, y les exhortaba á tolerarlos<br />

males <strong>de</strong> la enfermedad con paciencia y con mérito: y<br />

semojanles oficios <strong>de</strong> humildad y <strong>de</strong> candad cristiana<br />

practicaba también con los que estaban empleados en los<br />

mas bajos oficios <strong>de</strong> su palacio. Cuando morían, tomaba<br />

u su cargo cuidar <strong>de</strong>sús familias, procurando no las<br />

aliase el coaveniente sustento. Proveía <strong>de</strong> competenle<br />

ole á las hijas, para colocarse en honesto maliimonio,<br />

^ 'iacia dar una buena educación á los hijos varones,<br />

Para que con ci (,¡cinp0 pudiesen vivir honestamente, segun<br />

su estado y condición. Por esta causa las viudas<br />

•'penas echaban ménos la pérdida <strong>de</strong> sus maridos, y los<br />

"ljos la <strong>de</strong> su padre; porque en la caridad <strong>de</strong>l beato<br />

^'cgorio hallaban todo lo que necesitaban. Ejemplo dígno<br />

<strong>de</strong> ser imitado por todos los que tienen personas en<br />

su servicio, hacia las cuales <strong>de</strong>bieran usar toda la caridad<br />

posible mientras viven, y aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muertos.<br />

2 31<br />

Había llegado ya el beato Gregorio casi á la edad <strong>de</strong> se"<br />

tenia dos y años cumplidos, y se hallaba muy flaco y<br />

exhauto <strong>de</strong> fuerzas, no tanto por lo avanzado <strong>de</strong> su edad,<br />

como por las continuas y penosas fatigas <strong>de</strong> su pastora 1<br />

ministerio; no obstante su flaqueza, quiso por el mes <strong>de</strong><br />

junio <strong>de</strong> abrir y empren<strong>de</strong>r la visita <strong>de</strong> sn diócesis<br />

como solía hacerlo lodos los anos, ahora cu una parle,<br />

ahora en otra, para proveer á las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus queridas<br />

ovejas: y acercándosela fiesta <strong>de</strong> san Antonio <strong>de</strong><br />

Padua, que se celebra con gran<strong>de</strong> solemnidad y numeroso<br />

concurso <strong>de</strong> pueblo en la ciudad do Padua, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scansa<br />

su sagrado cuerpo, regresó el santo prelado á esta<br />

ciudad, y la vigilia <strong>de</strong> dicha fiesta asistió á las vísperas,<br />

y liahiendo el día siguiente celebrado <strong>de</strong> pontifical en la<br />

iglesia <strong>de</strong>l santo, le acometió, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> comer, una fiebre,<br />

que á juicio <strong>de</strong> los médicos parecía <strong>de</strong> pocos momentos<br />

y <strong>de</strong> ningún peligro. Pero el beato Gregorio, que<br />

anlisipadamente había tenido algún presentimiento <strong>de</strong> su<br />

cercana muerte, según lo había él mismo <strong>de</strong>clarado <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

'os primeros <strong>de</strong> mayo áun confi<strong>de</strong>nte suyo, no pensó en<br />

otra cosa, que á prepararse para el tránsito <strong>de</strong> la vida á<br />

la eternidad. Por tanto recibió con una estraordinaria<br />

<strong>de</strong>voción los santos sacramentos <strong>de</strong> la Iglesia. Después<br />

rellexionando seriamente en el juicio <strong>de</strong> Dios, en el cua\<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> poco había <strong>de</strong> comparecer, y sobre lodo en la<br />

cuenta que <strong>de</strong>bía dar al eterno Juez <strong>de</strong> su gobierno pastoral<br />

que había ejercido por espacio <strong>de</strong> cuarenta anos, es<br />

á saber, siete en Bérgamo y treinta y tres en Padua, sintió<br />

su animo poseído <strong>de</strong> tal espanto y horror, que levantaba<br />

muy á menudo las manos y los ojos al cielo, y con voz<br />

triste y lastimosa iba repitiendo: Quid eril, quid cril ?<br />

¿ Qué será, que será ? <strong>Los</strong> que le asistieron en su enfermedad<br />

procuraban alentarle diciéndole que se acordase<br />

<strong>de</strong> lanías obras buenas que con la ayuda <strong>de</strong> Dios había<br />

hecho en su pastoral oficio, y que pusiese toda su confianza<br />

en la bondad infinita <strong>de</strong> su Sefior. Mas el beato prosiguió<br />

todavía por algún espacio <strong>de</strong> tiempo, á pa<strong>de</strong>cer una<br />

furiosa agitación <strong>de</strong> espíritu, temiendo el terrible juicio<br />

que espera á los pastores <strong>de</strong> las almas. Por fin á esta fiera<br />

borrasca que el Señor permitió en su siervo, para mas<br />

purificarlo y hacerle atesorar mayores méritos, sucedió<br />

una calma y tranquilidad tan gran<strong>de</strong>, que lleno <strong>de</strong> confianza<br />

en la divina misericordia y en loa méritos <strong>de</strong> su<br />

Salvador, y como seguro <strong>de</strong>l premio eterno que le estaba<br />

prevenido en el cielo, comenzó á csclamar y repetir con<br />

mucho júbilo <strong>de</strong> espíritu aquellas palabras <strong>de</strong>l salmo 30.<br />

hite, Domine, speravi; non confundar in ivlnnum j y así<br />

fué continuando, hasta que entre las oraciones <strong>de</strong> los sacerdotes<br />

que le asistían, y las lágrimas <strong>de</strong> los circunstantes,<br />

que lloraban inconsolablemente la pérdida <strong>de</strong> tan digno<br />

y santo pastor, entregó plácidamente su alma en las manos,<br />

<strong>de</strong> su Salvador á los 18-<strong>de</strong> junio <strong>de</strong>l sobredicho<br />

ano <strong>de</strong> 1C9T.<br />

Ilustró el Señor al beato (Iregorio con muchos milagros,<br />

que obró <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su mueríe por su intercesión, los cuales<br />

manifestaron siempre mas y mas á los hombres su<br />

heroica santidad; y habiéndose propuesto cuatro <strong>de</strong> estos<br />

milagros al exámen y juicio <strong>de</strong> la congregación <strong>de</strong> ritos,<br />

Clemente XIHaprobó los dos síguienlespara la beatífieaéion<br />

<strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios, que celebró á 20 <strong>de</strong> setiembre <strong>de</strong> ne l.<br />

El primero lo obró Dios nueslroSeilor con sor Nícolata,<br />

monja lega benedictina en el monasterib <strong>de</strong> Santa Ana dé

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