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PÍA 4.<br />
ra traer <strong>de</strong>l papa confirmación o aprobación <strong>de</strong> esla manera<br />
<strong>de</strong> vivir. Pero antes <strong>de</strong> llegar á Roma , tuvo nueva<br />
cierta, como el papa Inocencio III (por cuyo mandato él<br />
iba) era muerto en Peros», á los 16 <strong>de</strong> julio, año <strong>de</strong> 1210.<br />
No hizo falla á santo Domingo la muerte <strong>de</strong> aquel gran<br />
pontífice; porque Honorio, asi nismo 111 <strong>de</strong> es!e nombre,<br />
que sucedió luego á Inocencio, le acogió benignamente, y<br />
con autorid ul apostólica confirmó la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> santo Domingo<br />
á los 22 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>l mismo año <strong>de</strong> 1216 , como<br />
parece por la bula <strong>de</strong> su confirmación. Fué singular y<br />
maravilloso el consuelo que el santo patriarca recibió <strong>de</strong><br />
esta aprobación <strong>de</strong>l vicario <strong>de</strong> Jesucristo, por ver cumplidos<br />
sus <strong>de</strong>seo-*, y por las gran<strong>de</strong>s esperanzas que tenia<br />
que la gloria <strong>de</strong> Dios se babia <strong>de</strong> amplificar con sus sudores<br />
y trabajos, y <strong>de</strong>sús lujos, y aprovecharse las almas,<br />
y ser ilustrada y amparada la fé católica, y tenia muy ciertas<br />
prendas <strong>de</strong> ello, por una revelación que la misericordia<br />
divina le hizo <strong>de</strong> esla manera. Estando santo Domingo<br />
una noche, entreoirás , en la iglesia <strong>de</strong>l bienaventurado<br />
apóstol san Pedro, en su acostumbrada oración <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong>l santisimo Sacramento, elevado en espíritu, vió á Jesucristo<br />
nuestro Seííor en el aire, sentado en un trono real,<br />
con exlrafia represeniacion <strong>de</strong> majestad y gran<strong>de</strong>za. Tenia<br />
tres lanzas en la mano, para asolar con ellas al mundo: y<br />
no pudiendo nadie resislir á su justo enojo, vió que la R ciña<br />
<strong>de</strong> los ángeles nuestra Señora se arrojó á sus piés, suplicándole<br />
tuviese misericordia <strong>de</strong> los que babia redimido<br />
con su sangre, y le presentó dos hombres, que fueron el<br />
mismo santo Domingo y san Francisco (que á osle punto con<br />
divino espíritu había ido también á Roma, con intento <strong>de</strong>bacersu<br />
esclarecida or<strong>de</strong>n): y mostrando la piadosa madre<br />
á su dulcísimo Hijo estos dos sanios, le <strong>de</strong>cia , que por la<br />
predicación <strong>de</strong> ellos y <strong>de</strong> sus hijos, el mundo se reformaría<br />
y los pecadores harían penitencia <strong>de</strong> sus pecados.<br />
Con estos ruegos y ofrecimientos <strong>de</strong> la Virgen quedó mns<br />
blando el Señor, y aceptó para esta empresa á los dos<br />
capitanes valerosas , que su Madre le ofrecía. Do es'a visión<br />
quedó san'o Domingo muy consolado y animado, y<br />
mucho mas, cuando acabada su oración, saliendo <strong>de</strong> la<br />
iglesia <strong>de</strong> San Pedro, encontró en la calle al glorioso san<br />
Francisco, que sin haberse vislo ánles, se conocieron los<br />
dos, y santo Domingo se fué á él, y él le abrazó muchas<br />
veces, diciéndole: Compañeros somos y criados <strong>de</strong> un<br />
mismo Señor: los mismo? negocios tratamos: unos son<br />
nuestros intentos: seamos auna ; y ninguna contradicción<br />
<strong>de</strong>l infierno será parte para empecernos y <strong>de</strong>sbaratarnos<br />
en el servicio <strong>de</strong> nuestro gran Señor. Y así se concertaron<br />
los dos bienaventurados patriarcas en una perpetua y santísima<br />
amistad, para romper por lodo el mundo por la<br />
causa y honra <strong>de</strong> Dios, como lo hicieron ellos y <strong>de</strong>spués<br />
han hecho sus hijos: porque el Señor, que los habia escogido<br />
para capitanes esforzados <strong>de</strong> su ejército, les dió<br />
ánimo , "armas y fuerzas para pelear y vencer y triunfar<br />
<strong>de</strong>l enemiga. Y lo misma se ha <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r <strong>de</strong> las otras<br />
ór<strong>de</strong>nes y religiones, que Dios ha fundado en su Iglesia<br />
con particularísima provi<strong>de</strong>ncia, para grandísimofrulo <strong>de</strong><br />
ella: porque aunque en diversos tiempos y por diferentes<br />
autores, medios y caminos; pero en todas (comogravenionle<br />
lo dice el P. M. Fr. Il 'rnando <strong>de</strong>l Castillo <strong>de</strong> laór<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> Santo Domingo) se conoce y <strong>de</strong>scubre la divina<br />
mano, que con supremo artificio las hizo, lomando por<br />
inslrumenlo á los hambres que quiso y cuando quiso y<br />
AGOSTO.<br />
ÍG7<br />
como quiso. También se confirmó mucho santo Domingo<br />
en sus buenas esperanzas, con otra revelación que tuvo<br />
<strong>de</strong>spués que alcanzó <strong>de</strong> la se<strong>de</strong> apostólica la aprobación <strong>de</strong><br />
su or<strong>de</strong>n: porque un día eslaudo orando en la iglesia <strong>de</strong>l<br />
príncipe <strong>de</strong> los apóstoles san Pedro, y suplicando afeclucsamenle<br />
al Señor que le encaminase, para que él y su<br />
pobrecila compañía acertasen á servirle en aquel tan<br />
gran<strong>de</strong> ministerio que le encomendaba ; le aparecieron les<br />
gloriosos apóstoles san Pedro y san Pablo : y san Pedio 'e<br />
dió un báculo en la mano y san Pablo un libro abierto,<br />
diciendo : Toma tu camino, y véte sin tardanza á hacer el<br />
oficio que Dios te manda : predicad el Evangelio tú y los<br />
tuyos: pues para eso os ha escogido el Señor. Y acabadas<br />
estas palabras, le pareció que todos sus discípulos, hijos y<br />
compañeros, que <strong>de</strong> dos en dos se iban predicando por 11<br />
mundo. Fsla revelación recreó también mucho el espíritu<br />
<strong>de</strong> santo Domingo , y le dió priesa para que lomando sus<br />
<strong>de</strong>spachos, se parlicse luego <strong>de</strong> Roma para Tolosa en don<strong>de</strong><br />
halló á sus hijos, y comunicándoles la concesión <strong>de</strong> la<br />
sedo apostólica que traía, y la vocación á que Dios Ies<br />
llamaba, los exhorló para que lodos se aparejasen á ser <strong>de</strong><br />
veras predicadores evangélicos, y peregrinar por todo el<br />
mundo á imitación <strong>de</strong> los apóstoles, y á dar la vida por el<br />
Señor. Y puesto caso, que el con<strong>de</strong> Simón <strong>de</strong> Monfort, y<br />
el arzobispo <strong>de</strong> Narbona , y el obispo <strong>de</strong> Tolosa y otros<br />
gran<strong>de</strong>s personajes, senlian mucho que aquellos padres se<br />
fuésen <strong>de</strong> sus tierras y con razones humanas se lo quisiesen<br />
cstoi bar ; mas á lodos respondía el santo varón,<br />
lleno <strong>de</strong> espíritu <strong>de</strong>l cielo, y <strong>de</strong>cía: Ya yo sé lo que en<br />
esla parte tengo <strong>de</strong> hacer: ninguno me eslorbe; porque yo<br />
soy mandado, y Dios ha <strong>de</strong> ser obe<strong>de</strong>cido.<br />
Con esta resolución el día <strong>de</strong> la Asunción <strong>de</strong> nuestra Señora,<br />
<strong>de</strong>l año <strong>de</strong> 1217, juntando á sus hijos y confiriendo<br />
con ellos el modo que se había <strong>de</strong> tener en a<strong>de</strong>lante, y en<br />
profesar la nueva regla y consliluciones que Iraia confirmadas<br />
<strong>de</strong>l papa, hizo que <strong>de</strong> común consentimiento eligiesen<br />
lodos por su prelado al santo varofl Fr. Mateo, <strong>de</strong> n.-icion<br />
francés , llamándole abad <strong>de</strong> los otros religiosos, en<br />
quien comenzó y se.acabó este lítulo y nombre <strong>de</strong> abad <strong>de</strong><br />
la ór<strong>de</strong>n. Y la causa <strong>de</strong> hacer á Fr. Waleo superior, fué el<br />
encendido <strong>de</strong>seo que tenía santo Domingo <strong>de</strong> irse á tierra<br />
<strong>de</strong> nwrosá predicar el Evangelio, y ser <strong>de</strong>spedazado por<br />
la fé <strong>de</strong> Jesucristo, y para este efecto habia <strong>de</strong>jado crecer<br />
la barba. Pero antes <strong>de</strong> partirse él, entendió en enviar sus<br />
hijos por el mundo. A España envió cuatro, los cuales fueron<br />
Fr. Gómez, Fr. Miguel <strong>de</strong> Uzero, Fr. Madríno y Fr.<br />
Domingo: á París envió al abad Fr. Maleo y oíros seis<br />
compañeros, y oíros á otras partes, dando á todos la<br />
ór<strong>de</strong>n que habían <strong>de</strong> tener en la predicación <strong>de</strong>l Evangelio,<br />
en la guarda <strong>de</strong> la regla y en la fundación <strong>de</strong> los monasterios.<br />
Y por mucho que procuró la ida á los moros. Dios<br />
se la estorbó; porque no está en manos <strong>de</strong> los hombres escoger<br />
oficio en la casa <strong>de</strong> Dios. Fuele forzoso á santo Domingo<br />
dar vuelta á Roma, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse <strong>de</strong>tenido<br />
algo en el edificio <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> San Román <strong>de</strong> Tolosa, que<br />
por haber sido la primera que se edíficaha, y en su tiempo,<br />
quiso que fuese mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más: y edificóla con grandísima<br />
pobreza, haciendo unas celdicas tan pequeñas que<br />
no cupiese mas <strong>de</strong> un zarzo pequeño do mimbres ó <strong>de</strong> cañas<br />
para dotmiir, y una mesilla para po<strong>de</strong>r escribir ó estudiar<br />
; y esto tan pobre y tan vil, que daba testimonio<br />
<strong>de</strong> la gran<strong>de</strong> humildad y pobreza con que se fundaba la