Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

00 LA LE Y ENl) A DE ORO. DÍA m
inm su propósito los dos santos hermanos, y vanse luego á
tan Clemente, papa, y danlc parle de los intentos de Domiliia,
que ora su prima, y del deseo que tenia de consagrar
á üios su virginidad, y lomar á Jesucristo por Esposo
dejamb á Aureiiano. Respondió á esto el santo pontíüce :
«Paréceine que este es el tiempo, en que Dios quiere
que vosotros, yo y ella alcancemos la corona del martirio
: pero pues el Señor nos manda que no temamcs á los
que solamen'c pueden malar al cuerpo, no hagamos caso
del hombre mortal por obedecer á Dios inmortal, que
es Príncipe soberano:» y luego se fué con ¡Nereo y Aquileo
á casa de Domilila , y la consagró al Señor , como
ella lo deseaba.
No se pueden fácilmente explicar los muchos trabajos y
persecuciones que padeció esta santa doncella de Aureliano
su esposo, por esta ocasión : el cual pu;lo tanto con el
emperador Domiciano , que la mandó desterrar áuna isla
llamada Toncia, si no sacrificaba á los dioses, pensando
Aureiiano , que con las molestias y aflicciones de aquel
destierro ablamhu-ia el ánimo de la santa virgen, para
que le tomase por esposo. Tuéron en su compañía Nereo
y Aquileo para servirla y consolarla en aquel trabajo, y
estuvieron con ella algún tiempo. Y Aureiiano vino á la
misma isla Poncia, para ver si estaba ya trocada y rendida
á su voluntad; y hallándola mas lirme y constante que
nunca en su santo propósito , y que los dos sanios hermanos
eren gran parte para que lo estuviese , convirtió contra
ellos su rabia y furor y determinó quitarles la vida.
Uízolos Molar cruelmente: enviólos á Terracinaá Minucio
Rufo, varón consular y juez de aquella provincia, para
que los casligasc. El juez, viendo que ni con blandura ni
con aspereza los podía atraer á sacrificar álos dioses (porque
decian , que por ninguna cosa dejarían de obedecer á
la doctrina que habían aprendido del glorioso apóstol san
Podro), los mandó de nuevo alormenlar en el ecúleo, y abrasar
SUS costados con láminas de hierro encendidas, y al calió
corlarles las cabezas. Tomó sus cuerpos Auspicio, discípulo
suyo y ayo de santa Domíiila, y sepullólos en una heredad
de la misma Domilila, que estaba en la Via Ardealina,
no lejos de Roma , ni del lugar donde eslaba sepultado
el cuerpo do santa Petronila, virgen , hija del apóstol
san Pedro: y después se les edificó templo en Roma , y
san Gregorio, papa, hizo la homilia veinte, y ocho sobre
los Evangelios, en ella, y exhorta á los fieles á menospreciar
el mundo con el glorioso ejemplo de estos santos,
cuyos cuerpos tenían allí presentes. Fué su martirio á los
r2 de mayo del año del Señor, según el cardenal líaronio
, de ítíí, y en el mismo día celebra su fiesta la Iglesia
católica.
La santidad de Clemente Vil!, en el Breviario reformaíio,
ha mandado añadir á la íiesía de estos santos mártires
ia.de sania Domitiia, virgen y mártir, su señora , y que
se haga su oficio semidoble: y asi diremos aquí el fin que
tuvo, y el curso de su martirio. Llevóla Aureiiano á la
dudad de Terracina, y quiso que ó de grado ó por fuerza
fuese su mujer. Para esto encerróla en un aposento , é
tiizo juntar mucha gente para la solemnidad délas bodas.
Comenzaron á danzar con gran regocijo, y Aureiiano cpiiso
danzar y bailar tanto, que cayó allí muerto, estando
la santa virgen en oración y suplicando á nuestro Señor
que le librase de susjnanos. Con esto quedó libre Domi-
¡ila de la fuerza que temía ; aunque nó de la muerte: por-
que un hermano de Aureiiano, llamado Luxorio, queriendo
vengar la muerte de su hermano, cuya culpa echaba
á Domilila / alcanzó de Trajano (que ya era emperador)
comisión para prenderla y darle muerte, sí no quisiese
adorar á los dioses , protectores del imperio romano. Con
este intento vino á Terracina, donde halló á santa Domilila
con otras doncellas, á las cuales había persuadido que fuesen
cristianas, y.guardasen perpetua virginidad: hízoles
sus protestaciones y otras diligencias para reducirl is: y
como las hallase siempre firmes en su simio propósito, estando
sania Domilila con dos compañeras suyas, Teodora
y líufrosina encerradas en un aposento, las mandó poner
fuego por defuera y quemarlas. Vino el día siguiente Cosario
, diácono, y hallólas postradas en el suelo sobre sus
rostros como quien eslaba orando. El fuego les había quitado
la vida; mas nó quemado, ni locado un cabello de
su cabeza ; y enterró sus cuerpos honoríílcamcnte. La tiesta
de santa Domilila celebra la Iglesia á los 1 de mayo , y
Eusebio y Nícéforo , y el Martirologio romano y los otros
hacen mención: y san Gorónimo escribe que en la navegación
que hizo santa Paula de Roma á Jerusalen , fué á la
isla Poncia, y visitó con gran devoción y reverencia aquellos
lugares, donde sania Domilila,habia vivido y padeci-
'do tantos trabajos en su destierro por Cristo. Después, el
año de lílOT , a los 12 de mayo , siendo sumo pontífice
nuestro muy santo padre Clemente VIH, el cardenal César
liáronlo, titular do san Nerco f Aquileo, trasladó sus
cuerpos y el de sania Domilila de la diaconía de San Adi iano,
donde estaban, á su antigua iglesia y Ululo, con gran
pompa y solemnidad.
SAN PANCRACIO , MÁRTIR.—Con los santos Nerco y Aquileo
, junta la Iglesia este mismo día á san Pancracio mártir
, niño de catorce años: el cual cu tiempo de los emperadores
Diocleciano y Maximiano venció varonilmente la
flaqueza de su tierna edad, y con la fortaleza y ardor do
la fe triunfó gloriosamente del demonio. Fué san Pancracio
de la provincia de Frigia, hijo de un caballero nobilísimo,
llamado Cledonío, el cual á la hora de la muerte
encargó á un hermano suyo, que se llamaba Dionisio, que
tuviese cuidado de Pancracio, su hijo , y de la mucha hacienda
que dejaba, porque quedaba solo y sin madre, y
no tenia otro padre ni arrimo sino á él. Dionisio le prometió
que asi lo haría , y muerto el padre, Cledonío tomó
por hijo á Pancracio y como á tal le amó, regaló y crió : y
partiéndose de su patria de allí á tres años para Roma, le
llevó consigo , y vino á morar y tenor casa en un barrio
apartado de la ciudad, donde san Marcelino, papa, por
la persecución de los empéradorea oslaba escondido. Era
tan grande la santidad del santo pontífice , y la fragancia
que por todas parles se derramaba de sus virtudes y milagros
, que llegó á noticia de Dionisio y Pancracio, y ellos
tocados del Señor, desearon verle y tratarle y ser de él
onsoñados , como lo fueron, y convertidos á la /édc Cristo
nuestro Señor, con tanto fervor y deseo de morir por él,
que se ofrecían sin ser buscados á los ministros de justicia.
Murió de su muerte natural Dionisio de allí á pocos clias, y
Pancracio fue preso; y sabiendo que era muy noble yde alta
sangre, le presentaron al emperador Diocleciano, el cual
por haber sido ( á lo que él mismo decía) amigo de su
padre, y verle de lan poca edad y de extremada hermosura
, procuró con halagos y caricias persuadirle que
sacrificase á los dioíes; mas el santo niño le respondió que