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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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110 LA LEY EN D A DE ORO. DÍA 2i-<br />

Natalibuy tíi Calhaloyo; lib. v, cap. 37 ; Surio lom. m; y actos exteriores <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción, sino que procuraba con<br />

Gregorio Turonense <strong>de</strong> Gloria Martynm, cap. 60; Sanetoro,<br />

el Martirologio romano, y Baronio en sus anotaciones, la santidad, y en el ejercicio <strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s cristianas.<br />

total solicitud y cuidado <strong>de</strong> hacer continuos progresos en<br />

y en el tom. n <strong>de</strong> sus Anales, año 303, número 130. Siendo <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> diez y ocho años, pa<strong>de</strong>ció una enfermedad<br />

mortal, que lo redujo a! extremo <strong>de</strong> la vida: pe­<br />

La buena compañía y hermandad ¡cuánto vale! iqué<br />

amada es <strong>de</strong> Dios l ¡ Cuánta diferencia hay <strong>de</strong> acompañarnos<br />

con malos, ó con buenos! Estos siempre buscan el bien lodos, resolvió consagrarse enteramente al divino serviro<br />

habiendo convalecido <strong>de</strong> ella contra la expectación <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> nuestras almas; aquellos mas aspiran á nuestra perdición,<br />

que á otra cosa : <strong>de</strong> lo uno y otro hay ejemplares pañía <strong>de</strong> Jesús, y habiendo logrado sus <strong>de</strong>seos, á 8 <strong>de</strong><br />

cio. Por eso hizo instancias para ser admitido en la Com­<br />

infinitos en sacras y profanas historias: baste para nuestra setiembre <strong>de</strong> 1616 empezó su noviciado en la ciudad do<br />

enseñanza la presente; pues la bondad <strong>de</strong> Donaciano, con Tolosa , siendo entonces <strong>de</strong> edad <strong>de</strong> diez y nueve años.<br />

quien siempre se acompañó Rogaciano su bermano, bastó Abrazando el estado religioso, no tuvo necesidad <strong>de</strong> mudar<br />

<strong>de</strong> costumbres, porque ni tenia hábitos viciosos que<br />

á sacarle <strong>de</strong> la ceguedad <strong>de</strong>l gentilismo, y á que por él<br />

alcanzase la corona y palma <strong>de</strong>l martirio, aun siendo gentil<br />

: si bien no fué ya culpa suya el serlo; pues <strong>de</strong> verdad, no tuvo que hacer otra cosa que proseguir el camino quo<br />

corregir, ni pasiones dominantes que sojuzgar; por lo que<br />

y afecto ya era católico: faltóle solo el agua <strong>de</strong>l bautismo, llevaba, y trabajar para perfeccionar la obra <strong>de</strong> su santificación<br />

que habia empezado , y hacerse idóneo con el es­<br />

por quien suplió su sangre, que <strong>de</strong>rramada por Cristo le<br />

sirvió <strong>de</strong> lavatorio y dia<strong>de</strong>ma, con que reina en la gloria tudio, para cooperar á la santificación <strong>de</strong> su prójimo, que<br />

con Cristo, con quien nos lleguemos á gozar todos elernamente.<br />

Amen.<br />

el primer dia que entró en la religión, fué un mo<strong>de</strong>lo y<br />

era el fin principal <strong>de</strong>l instituto que habia abrazado. Des<strong>de</strong><br />

SAN JUAN FRANCISCO DE REGÍS.—Nació san Juan Francisco<br />

<strong>de</strong> Regis á 31 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong>l año 1697, en un pequeño sus hermanos ; y este fervor jamás se entibió, ántes fué<br />

ejemplar <strong>de</strong> observancia y fervor á los <strong>de</strong>más novicios,<br />

lugar llamado Foncobierto, <strong>de</strong>l arzobispado <strong>de</strong> IN'arbona, siempre creciendo mas y mas. Aun en el tiempo en que<br />

en el reino <strong>de</strong> Francia. Su buena madre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus mas no habia concluido el noviciado, se <strong>de</strong>dicó á los estudios<br />

tiernos años procuró imprimir en su corazón las máximas <strong>de</strong> las ciencias, en las cuales igualmente que en la piedad<br />

<strong>de</strong> la piedad y <strong>de</strong> la religión, insinuándole continuamente hizo progresos estupendos. Cuando, según la costumbre<br />

el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong>l mundo, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l cielo, un gran<strong>de</strong> horror<br />

al pecado, y un vivo y ardiente amor á Dios nuestro señar las ciencias que habia aprendido, su principal cui­<br />

que se observaba en aquella religión , fué <strong>de</strong>stinado á en­<br />

Señor. Ayudado <strong>de</strong> la divina gracia se aprovechó el bendito<br />

niño <strong>de</strong> tal modo <strong>de</strong> estas insinuaciones <strong>de</strong> su virtuosa tes la cristiana piedad <strong>de</strong> apartarles <strong>de</strong> los pecados, y hadado<br />

y solicitud era la <strong>de</strong> enseñar á los jóvenes estudian­<br />

madre, que aun en aquella edad pueril manifestó mucho cerles, en cuanto <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> él, no ménos virtuosos que<br />

aborrecimiento á los juegos y entretenimientos, y una particular<br />

inclinación á la oración, al retiro y á la virtud; por se hallaba <strong>de</strong>socupado <strong>de</strong> las funciones eclesiásticas, se<br />

doctos. Después en los domingos y <strong>de</strong>más fiestas en que<br />

lo que en todas sus acciones <strong>de</strong>scubría una madurez <strong>de</strong> iba á los lugares cercanos á predicar la palabra <strong>de</strong> Dios á<br />

juicio, una mo<strong>de</strong>stia y una cordura que ganaba el corazón la pobre gente <strong>de</strong>l campo, á la cual como mas necesitada<br />

á todos. Habiéndose a<strong>de</strong>lantado algo en la edad, le enviaron<br />

sus padres á la ciudad <strong>de</strong> Beziers, para continuar los pleando en este, como <strong>de</strong>spués veremos, sus apostólicas<br />

<strong>de</strong> instrucción conservó siempre un afecto particular, em­<br />

estudios en la escuela <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong> los padres jesuítas, y fatigas.<br />

aquí prosiguió en dar muestras <strong>de</strong> una piedad singular: En el año <strong>de</strong> 1630, le mandaron los superiores recibir<br />

pues no solo se conservó exento <strong>de</strong> cualquier <strong>de</strong>fecto ó <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>n,<br />

huyendo <strong>de</strong> los malos compañeros, y viviendo redas<br />

basta el sacerdocio. Este sagrado carácter llenó su co­<br />

las ór<strong>de</strong>nes sagradas, y él, por obe<strong>de</strong>cer, las recibió tocogido<br />

y aplicado á sus esludios y á los ejercicios <strong>de</strong> <strong>de</strong>voción,<br />

sino que procuró á mas <strong>de</strong> esto con su dulce y a<strong>de</strong>lante muerto á sí mismo y totalmente entregado á prorazón<br />

<strong>de</strong> tal abundancia <strong>de</strong> espíritu, que resolvió vivir en<br />

apacible modo ganar para Dios algunos jóvenes sus coetáneos<br />

ó condiscípulos, en compañía <strong>de</strong> los cuales frecuenta­<br />

mismo año le presentó el Señor una oportunísima ocasión<br />

mover la gloria <strong>de</strong> Dios y la salud <strong>de</strong> las almas. En aquel<br />

ba las iglesias, oia la palabra <strong>de</strong> Dios y recibía los santos <strong>de</strong> ejercitar la ardiente caridad <strong>de</strong>'que estaba inflamado:<br />

sacramentos, y se ocupaba en otras obras <strong>de</strong> piedad, singularmente<br />

en los dias <strong>de</strong> fiesta ; <strong>de</strong> modo que parece que infestada <strong>de</strong> la peste que hacia mucho estrago en el pueblo,<br />

porque estando en la ciudad <strong>de</strong> Tolosa, y hallándose esta<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces la divina Provi<strong>de</strong>ncia lo llamó al ministerio hizo muchas instancias á los superiores, y consiguió do<br />

evangélico <strong>de</strong> procurar con ar<strong>de</strong>ntísimo zelo la salud <strong>de</strong> ellos que le diesen licencia para emplearse en el servicio<br />

las almas. Verdad es que no faltaron jóvenes disolutos y <strong>de</strong> délos apestados, siendo conveniente, como él <strong>de</strong>cia, á un<br />

costumbres viciosas, que se rieron é hicieron mofa <strong>de</strong> la sacerdote, que cada dia ofrece la divina Víctima sobre el<br />

virtud <strong>de</strong>l siervo <strong>de</strong> Dios; pero él, no haciendo caso <strong>de</strong> sus altar, ser él mismo víctima aparejada para ser sacrificada<br />

burlas y censuras, perseveró siempre en el mismo tenor <strong>de</strong> por la salud <strong>de</strong> sus hermanos. Penetrado, pues, <strong>de</strong> estos<br />

vida santa que habia emprendido; y esta firmeza <strong>de</strong>l santo<br />

en el servicio do Dios hizo tal impresión en el corazón vir á los apestados; pero el Señor, que lo <strong>de</strong>stinaba á co­<br />

heroicos sentimientos, se <strong>de</strong>dicó con in<strong>de</strong>cible fervora ser­<br />

<strong>de</strong> aquellos jóvenes disolutos, que cambiaron en respeto sas mayores, le preservó <strong>de</strong> quedar infecto <strong>de</strong> aquel mal<br />

y veneración las burlas que antes bacian <strong>de</strong> su virtud. contagioso.<br />

Profesaba el santo una tierna y singular <strong>de</strong>voción á María<br />

Cuando hubo cesado en la ciudad do Tolosa el azote <strong>de</strong><br />

santísima, y conociendo que el mejor modo <strong>de</strong> honrarla<br />

la peste, fué el siervo <strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>stinado por sus superiores<br />

es el <strong>de</strong> conservarse puro y casto á sus purísimos ojos, no<br />

al ministerio evangélico <strong>de</strong> las misiones , que era el ministerio<br />

á que mas se sentía inclinado, y en él se ocupó<br />

5c contentaba con venerarla y honrarla con solas palabras<br />

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