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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 2.<br />

JUNIO. 167<br />

hre <strong>de</strong> santidad y ciencia admirable, y mny liberal con<br />

los pobres. Por la fé <strong>de</strong> Jesucristo, primeramente fué atormentado<br />

durante la persecución <strong>de</strong> Galerio Maximiano,<br />

y luego fué encerrado en una prisión porór<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l gobernador<br />

Urbano. Después, en tiempo <strong>de</strong> Firmiliano, habiéndole<br />

nuevamente atormentado, consumó el martirio juntamente<br />

con otros santos en Cesárea <strong>de</strong> Palestina, en el<br />

año 308. También fueron entonces martirizados, según el<br />

Martirologio romano, san Yalenle, diácono, san Pablo y<br />

otros nueve, <strong>de</strong> todos los cuales hace hoy la Iglesia conmemoración.<br />

Dios y pidiendo el agua <strong>de</strong>l bautismo, y lo mismo hicieron<br />

todos los <strong>de</strong> su casa y otras treinta personas que á la fama<br />

<strong>de</strong> este milagro concurrieron á la <strong>de</strong> Artemio ; y los encarcelados,<br />

que estaban por sus <strong>de</strong>litos aprisionados, soltándolos<br />

Artemio, y Irayéndolos á san Pedro, entendieron<br />

aquel gran milagro que Dios obraba por él; también so<br />

convirtieron, y todos fueron bautizados por san Marcelino,<br />

presbítero, á quien san Pedro llamó para este efecto;y él<br />

estuvo mas <strong>de</strong> un mes en casa <strong>de</strong> Artemio, catequizando y<br />

enseñando á aquellos nuevos cristianos los misterios admirables<br />

<strong>de</strong> nuestra santa religión, y confirmándolos en la<br />

fé, porque el juez Sereno á la sazón estaba enfermo; pero<br />

DIA 2.<br />

en estando para ello, luego envió á mandar á Arlemio que<br />

trajese á su presencia los cristianos que tenia presos; mas<br />

<strong>Los</strong> SANTOS MARCULIXOY PEDRO, MÁRTIRES. — Entre los Artemio, besando con mucha <strong>de</strong>voción sus manos, les dijo,<br />

otros gloriosos mártires que dieron la vida por Jesucristo que los que tenían <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>l martirio se aparejasen animosamente<br />

en tiempo <strong>de</strong> los emperadores Diocleciano y Maximiano,<br />

para la pelea; y los que quisiesen irse, él les<br />

fueron Pedro y Marcelino, cuya festividad celebra la<br />

santa Iglesia á los 2 <strong>de</strong> junio. Era san Pedro exorcista, y<br />

hacia el Señor por él muchos y gran<strong>de</strong>s milagros, librando<br />

á muchos en<strong>de</strong>moniados <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Satanás; y por<br />

esto era muy conocido y aborrecido <strong>de</strong> los ministros injustos<br />

<strong>de</strong> justicia, y tan crueles carniceros, que nunca se<br />

hartaban <strong>de</strong>lasangi e<strong>de</strong>los siervos <strong>de</strong> Jesucristo. Mandóle<br />

pren<strong>de</strong>r Sereno Vicario, y entrególe á Arlemio; el cual<br />

lepia una hija que se llamaba Paulina, muy amada <strong>de</strong> su<br />

padre, y muy atormentada y afligida <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio. Estando<br />

en la cárcel san Pedro, viendo triste y <strong>de</strong>sconsolado á<br />

ArU'iuio, por el mal <strong>de</strong> su hija, le dijo: ¡O Artemio, si<br />

conocieses á Jesucristo y le adorases por Dios, qué granas<br />

bienes recibiria fu alma , y cómo tu hija luego que-<br />

^ria sana! Respondió Artemio: En eso, que me dices, veo<br />

clUe estás loco y <strong>de</strong>svarías. ¿Ese Cristo, que tú tienes por<br />

daba licencia para hacerlo; y á la mañana siguiente se fué<br />

al juez, y contóle lo que pasaba, y que Pedr"o y Marcelino<br />

nunca hablan querido salir <strong>de</strong> la cárcel, por mas que él<br />

les habia abierto las puertas y se lo habia rogado. Enojóse<br />

Sereno sobremanera, y con aquel furor mandó pren<strong>de</strong>r á<br />

Artemio, y herirle fuertemente con plomadas, y echarle<br />

en la cárcel, y parecer en su tribunal á Pedro y Marcelino.<br />

Tentóles al principio con blandura; y viendo que no aprovechaba,<br />

y que Marcelino le respondía con constancia y<br />

gravedad, mandó á los soldados <strong>de</strong> su guarda que le diesen<br />

gran<strong>de</strong>s puñadas en el rostro; y diéronle tantas, que<br />

se cansaron; y el juez malvado or<strong>de</strong>nó que le aparUisen<br />

<strong>de</strong> Pedro y le volviesen á la cárcel, le tendiesen en el suelo,<br />

sembrado <strong>de</strong> pedazos <strong>de</strong> vidrio, y que le <strong>de</strong>jasen sin<br />

darle cosa- <strong>de</strong> comer; y volviéndose á Pedro, con rostro<br />

severo y turbado, le dijo: No pienses que te tengo que<br />

^l0^ no (e pue<strong>de</strong> librar á tí <strong>de</strong> la cárcel don<strong>de</strong> estás y <strong>de</strong> atormentar otra vez en el potro, y quemar tus costados con<br />

•fis manos; y dices que creyendo yo en él, librará á mi<br />

hija <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio que la atormenta, y que le dará salud?<br />

A esto dijo Pedro: Nuestro Dios no libra siempre á sus<br />

siervos <strong>de</strong> las penas y fatigas que pa<strong>de</strong>cen, por probarlos<br />

y apurarlos mas con los tormentos, como se afina el oro<br />

con el fuego; pero bien pue<strong>de</strong> librarlos y los libra, cuando<br />

conviene; y si quieres hacer la prueba, concertémonos y<br />

prométeme <strong>de</strong> creer en Cristo, si él me librare esta noche<br />

<strong>de</strong> la cárcel en que estoy. Arlemio, haciendo burla délo<br />

que oia, se lo prometió; y para que no hubiese engaño,<br />

dobló al santo las prisiones, echóle nuevas ca<strong>de</strong>nas, púsole<br />

en lo mas profundo <strong>de</strong> la cárcel, cerró las puertas con<br />

mas cuidado, anadió mas guardas; y dijo á Cándida, su<br />

mujer, lo que pasaba, haciendo donaire <strong>de</strong> lo que Pedro le<br />

había dicho. Mas Cándida, que era mas cuerda, dijo á su<br />

marido que no hiciese burla <strong>de</strong> lo que habia dicho Pedro,<br />

sino (¡ue aguardase aquella noche para verlo que sucedía;<br />

Poe» tan pre.sto se podria certificar <strong>de</strong> la verdad. Estando<br />

|''n esto, al principio <strong>de</strong> la noche se presentó san Pedro á<br />

os dos, y á Paulina su bija, que estaba con su padre. Velia<br />

vestido <strong>de</strong> ropas blancas, con una cruz en la mano, á<br />

la cual, viendo el <strong>de</strong>monio, huyó súbitamente <strong>de</strong> allí, dando<br />

horribles alaridos, y diciendo: «La virtud <strong>de</strong> disto, ó<br />

I'edro, que está en tí, me ha atado y echado;» y <strong>de</strong>jó á<br />

Paulina libre y enteramente sana.<br />

Quedaron los padres atónitos, por ver á Pedro sin prisiones<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> si, y á su hija con salud. Echáronse luego<br />

a los piéa <strong>de</strong>l santo, confesando á Jesucristo por verda<strong>de</strong>ro<br />

hachas encendidas; mañana te mandaré atar á un palo<br />

para que seas <strong>de</strong>spedazado y comido <strong>de</strong> las fieras. Respondió<br />

el santo exorcista: No sé por qué te llamas Sereno,<br />

pues estás tan anublado y tan lleno <strong>de</strong> tinieblas, y mandas<br />

herir y encarcelar á Marcelino, que es amigo <strong>de</strong> Dios, á<br />

quien <strong>de</strong>bías suplicar que rogase por tí, para que Dios le<br />

librase <strong>de</strong> las penas eternas que te están aparejadas. Embravécese<br />

mas Sereno con las palabras <strong>de</strong> Pedro, y mandóle<br />

cargar <strong>de</strong> prisiones y llevarle á la cárcel, y meterle<br />

en un cepo: mas el Señor no se olvidó <strong>de</strong> sus dos siervos;<br />

ántes ¡es envió un ángel, el cual apareció á Marcelino, que<br />

estaba en oración tendido sobre los pedazos <strong>de</strong> vidrio, y le<br />

vistió <strong>de</strong> vestiduras, y le dijo que le siguiese, y lo llevó<br />

adon<strong>de</strong> estaba Pedro aherrojado; y habiéndole asimismo<br />

librado, los llevó consigo á la casa don<strong>de</strong> estaban los que<br />

ántes habian bautizado, puestos en oración , con gran<strong>de</strong><br />

unión. Allí les dijo el ángel que estuviesen siete dias con<br />

aquellos cristianos noveles, y los animasen á presentarse<br />

al juez Sereno: el cual enviando aldia siguiente á la cárcel<br />

por Pedro y Marcelino, no los hallaron. Turbóse sobremanera<br />

Sereno, y convirtió su rabia y furor contra Arlemio<br />

y contra, Cándida su mujer, y Paulina su hija, y mandó<br />

que los enterrasen vivos; y como los llevasen al dia<br />

siguiente para ejecutar esta cruel sentencia, saliéronles al<br />

encuentro san Pedro y Marcelino, para animarlos y ponerles<br />

<strong>de</strong>lante el galardón que Dios les habia <strong>de</strong> dar si peleaban<br />

como valerosos soldados; y conociéndolos los ministros<br />

impíos <strong>de</strong> Sereno, echaron mano <strong>de</strong> ellos, yeortando

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