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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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248 LA LEYEiNDA DE ORO. DIA 2<br />

esta manera, que sucedieron, como él mucho antes las<br />

anunció.<br />

La vida <strong>de</strong>l beato Luis se imprimió en Roma en lengua<br />

italiana, en este ano pasado <strong>de</strong> 1606. Escribióla<br />

por ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l papa Claudio Aquaviva, general <strong>de</strong> la<br />

Compañía <strong>de</strong> Jesús, el padre Virgilio Ccpari, <strong>de</strong> la misma<br />

Compafiia, que conoció y trató muy familiarmente<br />

al dicho hermano Luis, y se informó <strong>de</strong> la misma marquesa<br />

<strong>de</strong> Castellón su madre, y <strong>de</strong> los criados y criadas,<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño le hablan servido, y <strong>de</strong> otros <strong>de</strong>udos<br />

suyos y personas graves que le hablan conversado:<br />

anduvo por las ciuda<strong>de</strong>s , don<strong>de</strong> el santo mozo habia<br />

vivido, para sacar <strong>de</strong> raiz la verdad, y leyó procesos,<br />

que en varias parles se han hecho para su canonización.<br />

De estos originales tejió el dicho padre su historia<br />

, sin discrepar un punto <strong>de</strong> la verdad: <strong>de</strong> la cual<br />

dan testimonio Fr. Silvestro Hogoleti, <strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

santo Domingo, lector <strong>de</strong> teología, y vicario general <strong>de</strong>l<br />

santo oficio <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Bresa: don Pablo Cataneo,<br />

<strong>de</strong> la ór<strong>de</strong>n <strong>de</strong> san Benito, lector <strong>de</strong> filosofía y <strong>de</strong> actos<br />

<strong>de</strong> conciencia, en el monasterio <strong>de</strong> san Faustino y<br />

Jovita, <strong>de</strong> la misma ciudad: el P. Fr. Juan Francisco,<br />

provincial <strong>de</strong> los capuchinos <strong>de</strong> aquella provincia, y<br />

predicador y lector <strong>de</strong> teología; y el padre Juan Bautista<br />

Perusco, rector <strong>de</strong>l colegio <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong> Jesús<br />

<strong>de</strong> Bresa.<br />

<strong>Los</strong> cuales cuatro religiosos, y <strong>de</strong> diferentes religiones<br />

testifican con juramento y hacen fé, que el libro <strong>de</strong> la<br />

vida <strong>de</strong>l beato Luis Gonzaga, escrita por el padre Virgilio<br />

Cepari, es conforme y concuerda con los procesos<br />

originales, que se hablan visto y conferido. Y el<br />

padre Claudio Aquaviva, general <strong>de</strong> nuestra Compañía,<br />

en la licencia que da para imprimirse el libro <strong>de</strong> dicha<br />

vida, dice, quo él mismo le habia revisto y aprobado,<br />

y otros muchos teólogos <strong>de</strong> nuestra Compañía; y<br />

añá<strong>de</strong>oslas palabras: «Y tanto <strong>de</strong> mejor gana conce<strong>de</strong>mos<br />

esta licencia, cuanto por noticia cierta y propia<br />

ciencia sabemos, que este santo y bendito mozo, fué<br />

en lodo género <strong>de</strong> virtud cumplidísimo y ejemplarísimo,<br />

y que no solamente en el siglo vivió siempre con gran<strong>de</strong><br />

edificación <strong>de</strong> lodos; mas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que entró en la compañía,<br />

fué siempre una verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>a , y mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong><br />

perfecta santidad: y por lal comunmente fué tenido <strong>de</strong><br />

todos los que le conocieron, y trataron en los pocos años<br />

que vivió entre nosotros, en los cuales claramente <strong>de</strong>scubrimos<br />

, que Dios nuestro Señor se agradaba mucho<br />

<strong>de</strong> aquella alma, y la habia enriquecido <strong>de</strong> señalados<br />

dones sobrenaturales, <strong>de</strong> los cuales le <strong>de</strong>rivaban en el<br />

exterior obras santísimas, y angélicas costumbres: y asi<br />

vivió y perseveró, hasta que pasó <strong>de</strong> la tierra al cielo,<br />

á don<strong>de</strong>, con gran<strong>de</strong>s fundamentos, creemos que aquella<br />

alma santa, <strong>de</strong>salada <strong>de</strong>l cuerpo, voló súbitamente<br />

para gozar <strong>de</strong> la gloria eterna, é interce<strong>de</strong>r por nosotros<br />

<strong>de</strong>l acatamiento <strong>de</strong>l Señor. » Todo esto dice el padre<br />

general. Y el car<strong>de</strong>nal Belarmino, <strong>de</strong> nuestra Compañía,<br />

que antes <strong>de</strong> ser car<strong>de</strong>nal, le trató familiarmente y le<br />

confesó mucho tiempo, y generalmente <strong>de</strong> toda su vida;<br />

en un testiraonip que dió con juramento, <strong>de</strong> la santidad<br />

<strong>de</strong>l hermano Luis, dice las cosas siguientes : «Primeramente<br />

, que tiene por cierto, que nunca pecó mortalmente<br />

: lo segundo, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la edad <strong>de</strong> siete años, en<br />

la cual el mismo hermano <strong>de</strong>cia, que se habia convertido<br />

<strong>de</strong>l mundo á Dios, habia vivido vida perfecta: lo<br />

tercero, que nunca sintió estímulo <strong>de</strong> la carne: cuarto,<br />

que en la oración, y conlcmplacion ordmariamente no habia<br />

tenido distracciones : quinto , que fué un espejo do<br />

obediencia, humildad, mortificación, abstinencia, pru<strong>de</strong>ncia,<br />

y pobreza, y finalmente, que en los últimos dias<br />

<strong>de</strong> su vida, una noche se le representó la gloria <strong>de</strong> los<br />

bienavenlurados, con tan excesiva consolación, que habiendo<br />

durado casi toda la noche, le pareció que habia<br />

durado ménos <strong>de</strong> un cuarto <strong>de</strong> hora.» Y aña<strong>de</strong> mas en<br />

su testimonio el car<strong>de</strong>nal, que él está persuadido, que el<br />

bienaventurado Luis fué <strong>de</strong>recho al cielo: que siempre tuvo<br />

escrúpulo <strong>de</strong> rogar á Dios por él, pareciéndoie (pie<br />

hacia injuria á la gracia do Dios , que habia conocido en<br />

él: y al contrario , que nunca habia tenido escrúpulo <strong>de</strong><br />

encomendarse á sus oraciones, en las cuales confiaba<br />

mucho. Este testimonio da el car<strong>de</strong>nal Belarmino, persona<br />

(á mas <strong>de</strong> su alta dignidad) tan conocida por sus<br />

raras letras y entereza <strong>de</strong> vida, y tan estimada en el<br />

mundo: <strong>de</strong>l cual, y <strong>de</strong> los padres que confesaron al hermano<br />

Luis y trataron su alma, como padres espiri¡üales><br />

se han sabido muchas <strong>de</strong> las cosas interiores que en esta<br />

vida quedan referidas: y lambion <strong>de</strong> lo que el mismo<br />

dijo <strong>de</strong> sí á sus superiores, dándoles cuenta <strong>de</strong> su conciencia<br />

(como se usa en la compañía cada seis meses),<br />

<strong>de</strong>scubriéndoles lo íntimo y secreto <strong>de</strong> su alma : lo cual<br />

él hacia con singular llaneza, simplicidad y verdad , por<br />

cumplir con la regla. Pues ¿quién no vé en esta vida<br />

y no se admira <strong>de</strong> la bondad y liberalidad <strong>de</strong>l Señor,<br />

que así previno con la dulzura y bendición <strong>de</strong> su divina<br />

gracia á este santo mozo, y le escogió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

vientre <strong>de</strong> su madre, para hacerlo glorioso en el cielo<br />

y en la tierra? ¡ Qué niñez tan amable ! i Qué seso en tan<br />

tierna edad ! j Qué recogimiento en su bullicio! ¡ Qué mortificación<br />

en medio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>leites! ¡Qué humildad en<br />

tanta gtaiféezál ¡Qué menosprecio en todas las cosas<br />

<strong>de</strong>l siglo! ¡Y qué aprecio y eslima <strong>de</strong> las <strong>de</strong>l cielo!<br />

¿Adón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> llegar una alma en esta vida, mas que<br />

per<strong>de</strong>r la gracia bautismal, y á no sentir en la carne<br />

estímulo carnal? ¿Y en la oración no pa<strong>de</strong>cer <strong>de</strong>rramamiento<br />

<strong>de</strong> corazón? ¿Y vivir en la tierra como ángel <strong>de</strong>l<br />

cielo? Todo esto vemos en este santo mozo, rico en el<br />

siglo y pobre en la religión, y mas rico en su pobreza,<br />

que jamás lo fuera en el siglo: al cual todus los religiosos<br />

y mas los <strong>de</strong> la Compañía, <strong>de</strong>bemos irailar como<br />

á hermano carísimo y miembro bienaventurado nuestro;<br />

para que imitando sus virtu<strong>de</strong>s, seamos particioneros <strong>de</strong><br />

sus merecimientos y coronas.<br />

SAN ACACIO Y HELÍADES, CON LOS DIEZ MIL MÁRTIHES.—^<br />

Imperando en Roma Adriano y Anlonino, se rebelaron<br />

contra el romano imperio los sarracenos y comarcanos<br />

<strong>de</strong>l rio Eufrates. Tenían á la sazón los emperadores su<br />

asiento y trono en Alejandría <strong>de</strong> Armenia la Mayor, junto<br />

al rio Tigris, y enviaron contra los rebelados nueve<br />

mil soldados por una parte, y por otra otro batallón<br />

<strong>de</strong> siete mil, <strong>de</strong> \odos los cuales iba por general Acacio^<br />

maestre <strong>de</strong>campo Helía<strong>de</strong>s. Luego que dieran<br />

vista al enemigo, reparando que tenia un po<strong>de</strong>roso ejército<br />

<strong>de</strong> mas <strong>de</strong> cien mil hombres, temieron gran<strong>de</strong>mente,<br />

y con afrenta volvieron las espaldas. Después unos á otros<br />

se preguntaban, ¿ cómo era posible, que soldados <strong>de</strong>l<br />

imperio romano hubiesen vuelto la espalda al enemigo

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