Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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LA LEYENDA DE ORO
órden, y del divino espírilu do este glorioso patriarca,
líl cual llegó á Roma , y luego comenzó la mano de Dios
á declararse mas en su favor, para que en aquella ciudad
que es cabeza del mundo, se pregonase la virtud de su
siervo, y de allí se derribase y viniese á noticia de todo el
mundo. Dióle el papa Honorio III la iglesia de San Sixlo,
para que allí se recogiese é biciese cifra en forma de monaslerio,
y ayudó para la labor liberalmonte: y era cosa
maravillosa ver el concurso de la gente que acudió a]
bienaventurado padre, por consuelo en sus trabajos, por
consejo en sus negocios, y por remedio espiritual y corporal
en sus necesidades; y era lanía la opinión que iba cobrando
, que en muy pocos dias tuvo en su compañía cien
religiosos. Y por órden del papa y como comisario suyo,
acabó una cosa muy dificultosa, que fué recoger las monjas
(que estaban repartidas en muchas partes, casillas y
bealcrios, y no vivian con tanto recogimiento como convenia)
en un monasterio, en que guardasen clausura y la
forma de vivir conveniente á su estado, y se les proveyese
de todo ¡o necesario para sus almas y para sus cuerpos: y
el papa acordó que la casa de San Sixto, que se labraba
para los frailes se acabase par* las monjas , y ellos se pasasen
a Santa Sabina que era iglesia principal;ypara esto
les dio las casas que allí tenia , y eran palacio apostólico.
Allí dió santo Domingo á sus religiosos el hábito blanco y el
escapulario que hoy (raen, por haberle dado nuestra Señora
al deán de la iglesia do Orliens, llamado Reginaldo,
famosísimo doctor en derechos y lector do la universidad
de París: el cual á la sazón habia venido á Roma , con
deseo de acertar á servir al Señor perfectamente: y habiendo
caido malo de una enfermedad muy peligrosa, por
las oraciones de santo Domingo le sanó la Virgen, y le
apareció y le mostró aquel hábito, diciéndole, que aquel
era el vestido de la orden que buscaba. Quedó Reginaldo
del lodo sano y libre ; y puesto en las manos del sanio
patriarca, tomó aquel hábilo éhizo profesión en su orden:
y santo Domingo mandó quitar á todos sus frailes las lobas
y sobrepellices de canónigos reglares, queánles tenían,
y los vistió de hábitos y escapularios blancos, con los
mantos negros como ahora los traen, y la sacra!ísima Virgen
los habia mostrado á Fr. Reginaldo. Allí lambien se
ocupó el bienaventurado padre en leer en o! sacro palacio
el Evangelio de san Mateo y Jas epístolas de san Pablo
oada dia, para entretener y enseñar la genio que concurría
á él, y desde entonces se creó un nuevo oficio del
maestro del sacro palacio, que hasta hoy persevera en los
frailes de Santo Domingo, siendo el glorioso padre el primero
de lodos.
Habiendo estado algun tiempo en Roma , sustentándola
coa sus oraciones y admirándola con su vida, alumbiándola
con su doctrina , ospanlándola con sus milagros , y
moviendo á todos á la enmienda de la vida , al menosprecio
del mundo y perfecto amor de Dios, y enviado á Tr.
Reginaldo á Bolonia , y á otros sanios hijos suyos por Italia
; sedelerminó el glorioso padre á venir á España, para
comunicar á los reinos de Castilla ¡donde habia nacido) los
resplandores de su doctrina,y sembraren aquella tierra de
la cual, regada con la lluvia del cielo , esperaba gran cosecha
para encerrarla en las trojes del Señor. Llegó sanio
Di'iningoá Segovia en donde predicó el Evangelio algunos
dias, con grande aprovechamiento de las almas , y hoy
se muestra un humilladero á la parle del rio , labrado en
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memoria de los sermones que allí predicaba á los segevianos
: y en el convento de Sania Cruz, que comenzó el
sanio padre en aquella ciudad , hay una cueva donde él
se recogía á orar y á sus ordinarias disciplinas, que eslá
rociada por todas parles de su sangre. De allí pasó á Madrid
donde halló algunos de sus hijos, que habia enviado
¿España muy bien recibidos, amados y respetados de
lodo el pueblo por el grande ejemplo de vida con que 11o--
recian. Aquí predicó el sanio padre con mucho aprovechamicnio
y reformación de las cosíumbres, y admiración de
los oyentes, comenzó un monasterio de monjas de su órden
, que aunque á los principios fué pobre y pequeño,
después creció en mucho número de religiosas, rentas y
edificios,y se llama Santo Domingo el Real. La villa de Madrid
mostró lan grande devoción (por respeto del santo padre)
á sus hijos é hijas, y les hizo tantas y lan buenas
obras, que habiéndolas sabido el papa Honorio, le escribió
un breve dándole gracias por lo que habia hecbo pollos
frailes Predicadores: el cual refiere el P. Fr. neniando
del Castillo; y es del tenor siguiente: aHonorio obispo,
siervo de los siervos de Dios, á los amados hijos de lodo
el pueblo de Madrid, salud y apostólica bendición.—Agradable
y acepto nos ha sido enlender que nuestros amaihis
hijos los frailes de la órden de los Predicadores, que moran
en Madrid, los habéis recibidocon'onlrañas de caridad, y los
abrigáis loablemente con oficios de piedad, en lo cual entendemos
que hacéis agradable servicio á Dios: porque entré
las buenas obras con que lo servimos, apenas se halla
otra que mas le agrade, que el socorrer con misericordia
á aquellos que por tener sed de la salud de los hombres,
sacan con gozo y alegría el agua de las fuentes del Salva-,
dor, para repartirla en las plazas, no solamente para la bar
luí a do las almas que lienen sed, sino también para quo
sea saludable remedio y medicina contra la ponzoña do
las ánimas enfermas. Y porque mas enteramente conozcáis
el sincero afecto que tenemos á los dichos frailes , hemos
tenido por bien de rogaros á todos, amonestaros y por
letras/ apostólicas mandaros, que así como lo habéis
comenzado loablemente , asi por la reverencia de la
sedo apostólica y nuestra, los tengáis mucho mas alecliiosamenle
por encomendados ; y les deis la mano con beneficios
y limosnas, de tal manera que á Dios tengáis propicio
y á Nos obliguéis á seros mucho mas favorable y
benigno. Dada en Vilerbo á los 20 de marzo en el cuarto
año de nuestro pontificado, que fué el de 1220.» Y otra
bula como esta, despachó el sumo pontífice Honorio para
la ciudad de Segovia. Con estos favores de la sede apostólica
y mucho mas con los del cielo, que conlinuamento
hacia Dios á santo Domingo y á sus hijos; se extendió mucho
en España su sagrada religión, y se fundaron muchos
convenios dentro de muy pocos años, y se convirtió innumerable
mullilud de gente á mas rigurosa vida, y á hacer
áspera penitencia de sus pecados.
Después do haber cumplido con los reinos de España,
y dado asiento en las cosas de la órden, se partió el santo
patriarca para Italia, y pasando por Zaragoza, fué áTolosa
á ver su primera casa , la cual él amaba mucho, por haberlo
dado Dios allí las primicias de sus trabajos. Y después
de haber consolado á los hijos, que en ella estaban,
con su vista, y dádqleslos avisos que lo pareció para la observancia
de las cosas sustanciales y ceremoniales de su
eligion, tomó el camino para París, en donde estaba su