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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DIA 21.<br />

y no miraba si el superior era alio ó bajo, docto ó indocto,<br />

sanio ó imperfeclo, gran<strong>de</strong> ó <strong>de</strong> poca calidad: porque á<br />

él 1c baslaba.para obe<strong>de</strong>cerle perfeclamente ser ministro<br />

<strong>de</strong> Dios: y por eslo se. esmeraba mas en obe<strong>de</strong>cer y respetar<br />

á los superiores menores, y aun á los bermanos,<br />

que por razón <strong>de</strong> oficio tenian alguna superioridad como<br />

al sacristán, cocinero, refitolero , enfermero y otros, en<br />

las cosas tocantes á sus oficios: y <strong>de</strong>cía, que el que <strong>de</strong><br />

esta manera obe<strong>de</strong>ce, liene gran gusto en la obediencia,<br />

y está seguro que recibirá el premio, que Dios tiene prometido<br />

á los verda<strong>de</strong>ros obedientes: y tenia por bajeza <strong>de</strong><br />

ánimo, que un hombre se sujetase á obe<strong>de</strong>cer á otro hombre<br />

por cualquier respeto humano, y no por sola la razón<br />

espiritual que habernos dicho, que estar el superior en lugar<br />

<strong>de</strong> Dios. Y anadia, que los mismos superiores, cuando<br />

mandaban alguna cosa á sus subditos, no les habían <strong>de</strong><br />

dar por razón <strong>de</strong> aquel mandamiento otros respetos humanos,<br />

sino solo el servicio ó la mayor gloria <strong>de</strong> Dios para<br />

<strong>de</strong>sasirlos <strong>de</strong> los afectos humanos, y alentarlos mas á buscar<br />

la gloria <strong>de</strong>l Señor y su propio aprovechamiento, que<br />

t'sel blanco y fin <strong>de</strong> la religión. Y <strong>de</strong>cía el bienaventurado<br />

hermano que muchas veces había experimentado en sí la provi<strong>de</strong>ncia<br />

particular que Dios tiene <strong>de</strong> los verda<strong>de</strong>ros obedientes,<br />

or<strong>de</strong>nándole por medio <strong>de</strong> los superiores las cosas<br />

que él <strong>de</strong>seaba ó había menester, sin hablar él palabra <strong>de</strong><br />

ello. Cuando era reprendido <strong>de</strong>l superior, estaba <strong>de</strong>scubierta<br />

la cabeza y con los ojos bajos oyendo con gran reverencia<br />

lo que le <strong>de</strong>cía, sin excusarse ni repugnar; y este<br />

"'espeto y reverencia, no solo la guardaba con los superiori's<br />

mayores, sino con el cocinero, refitolero y sacríslan, y<br />

cualquiera otro hermano que tuviese alguna superioridad,<br />

'''irándole como á Dios en la tierra.<br />

Pues ¿qué diré <strong>de</strong> la vigilancia que tuvo en la observancia<br />

<strong>de</strong> las reglas, que fué tan extremada, que no se<br />

acordaba <strong>de</strong> haber quebrantado alguna, y en esto no tenia<br />

respeto á persona viviente? Habiendo ido á visitar al car<strong>de</strong>nal<br />

<strong>de</strong> Rovere, su pariente, el car<strong>de</strong>nal le convidó á comer<br />

consigo; y él le respondió que aquello no lo podía<br />

hacer, porque era contra su regla; y el car<strong>de</strong>nal quedó tan<br />

edificado, que <strong>de</strong>spués siempre que le pedía alguna cusa,<br />

anadia: «si no es contra vuestra regla.»<br />

Pidióle una vez un compañero <strong>de</strong> aposento medio pliego<br />

<strong>de</strong> papel para escribir una carta: dudó si lo podía dar sin<br />

licencia: salió disimuladamente <strong>de</strong> su aposento y pidió<br />

ficencia; y volviendo, se le dió: tan exacto era y menudo<br />

en las cosas <strong>de</strong> la obediencia y en la guarda <strong>de</strong> su regla.<br />

Otra vez diciéndole su maestro <strong>de</strong> teología que leyese un<br />

lugar <strong>de</strong> san Agustín, y abriéndole el libro y señalándole<br />

el lugar, leyó toda aquella plana, y no quiso volver <strong>de</strong><br />

hoja y acabar <strong>de</strong> leer algunos renglones que quedaban,<br />

porque su maestro no le habia dicho que lo leyese<br />

lodo.<br />

ell ani'c,s'ino<strong>de</strong> la sania pobreza ; y se regalaba con<br />

'f01110 'os avaros se alegran con las riquezas. Aun<br />

los 0 •l,'S'al)a 011 el s'g'0 ^ era serior' §us,al)a (Jo 1,ov;!r<br />

^ veslidos rotos y remendados, y disgustaba <strong>de</strong> llevar<br />

«idos nuevos, aunque su ayo le reprendía y le <strong>de</strong>cia,<br />

(Ille hacía contra la honra <strong>de</strong> su persona y casa: pero él<br />

110 hacia caso <strong>de</strong> ello. Aborreció en la religión cualquiera<br />

^0sa que tuviese especie <strong>de</strong> propiedad : no tenia ropa, li-<br />

^ o, reloj, esluche, imagen, ni oirá cosa parlicular: nó re-<br />

Kw* ni rosario <strong>de</strong> materia preciosa ó curiosa, nipinlura.<br />

JUNIO.<br />

245<br />

sino dos imágenes <strong>de</strong> papel, una <strong>de</strong> sania Catalina, virgen<br />

y mártir, por haber entrado el día <strong>de</strong> su fiesta en la religión,<br />

y otra <strong>de</strong> sanio Tomás <strong>de</strong> Aquino: las cuales le habían<br />

hecho como por fuerza, aceptar con licencia <strong>de</strong> los<br />

superiores.Escribió algunos papeles <strong>de</strong> la teología, y algunos<br />

conceptos suyos en ellos, y <strong>de</strong>spués los dió al superior:<br />

y preguntado por qué se los daba, pues los habia<br />

menester; respondió: que los daba, porque como á cosa<br />

propia suya les tenía no sé qué aféelo parlicular. Del breviario<br />

que trajo <strong>de</strong>l siglo, cuando entró en la Compañía,<br />

no quiso usar por ser algo curioso. Diéronle, siendo esludianle,<br />

unas rai les <strong>de</strong> santo Tomás ; y porque tenian las<br />

hojas doradas, no paró hasta que se las trocaron por oirás<br />

viejas. Queriendo los superiores que estuviese en una celda<br />

solo por sus indisposiciones, impetró que le diesen una<br />

estrecha, oscura y baja, que habia sobre una escalera, y<br />

apenas cabia en ella, y parecía mas sepultura <strong>de</strong> muertos<br />

que morada <strong>de</strong> vivos. Todo su gusto era no tener nada y<br />

no <strong>de</strong>sear nada, y estar <strong>de</strong>scarnado <strong>de</strong> todas las cosas;<br />

porque <strong>de</strong> esla manera era señor <strong>de</strong> todas, y poseía á<br />

Dios. Cuando le daban el bonete, ó el vestido, nunca <strong>de</strong>cia<br />

que era largo, ó corto, ó ancho, ó angosto: antes preguntado<br />

<strong>de</strong>l ropero, si aquello le estaba bien, respondía: A mi<br />

me parece que sí, Y era cosa maravillosa ver el contento<br />

que tenia cuando le daban lo peor ¡ y este tenia por clamor<br />

gran<strong>de</strong> que tenia á la santa pobreza; y <strong>de</strong> tal manera vivía<br />

en la religión, como si fuera un pobre mendigo, recogido<br />

por misericordia en casa, que cualquiera cosa que so<br />

le dé, la eslima y agra<strong>de</strong>ce.<br />

Volvió á casa <strong>de</strong> su madre por cierta ocasión, quo<br />

luego se dirá, y teniendo necesidad <strong>de</strong> vestirse por el<br />

gran frió <strong>de</strong>l invierno, nunca podían acabar con él, que<br />

lomase los vestidos que habia <strong>de</strong> menester, <strong>de</strong> su madre,<br />

sino que envió al colegio <strong>de</strong> la compañía <strong>de</strong> Bresa al rector,<br />

que le enviase alguna cosa vieja con que se abrigase;<br />

y apenas le pudieron persuadir que tomase <strong>de</strong> su madre<br />

una almilla, y no sé qué ropa blanca que le daba <strong>de</strong><br />

limosna, como á pobre : ni conseulia que los criados do<br />

su madre le hiciesen la cama; ántes él se la bacía y ayudaba<br />

á hacer la <strong>de</strong> su compañero, aunque los criados,<br />

cuando cayeron en ello, se anticipaban y le prevenían. En<br />

esla jornada; habiendo sido recibido <strong>de</strong> don Alonso Gonzaga,<br />

su lio, con gran<strong>de</strong> honra y aposentado en una cama<br />

ricamente a<strong>de</strong>rezada, se volvió gimiendo á su compañero,<br />

y le dijo ; Dios nos ayu<strong>de</strong>, hermano, esla noche:<br />

i, á don<strong>de</strong> habernos llegado por nuestros pecados ? ¿Cuánto<br />

mejor estuviéramos en nuestras pobres camas? Y<br />

yendo <strong>de</strong> camino, en tiempo <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s hielos (que en<br />

Lombardía suelen ser rigurosos), pa<strong>de</strong>ciendo mucho, y<br />

abriéndosele las manos por el frío, no quería llevar<br />

guantes ni otra <strong>de</strong>fensa por pa<strong>de</strong>cer mas. Do la castidad<br />

no hay que <strong>de</strong>cir, mas <strong>de</strong> lo que dijimos arriba; pues es<br />

cierto que conservó siempre el precioso don <strong>de</strong> la virginidad<br />

<strong>de</strong>l cuerpo, y mente con lanía excelencia, que<br />

parecía mas ángel sin cuerpo que mozo compucslo do<br />

carne.<br />

Por estos grados y escalones subió el bienaventurado<br />

Luis á la cumbre <strong>de</strong> la perfección, y á la reina <strong>de</strong> todas<br />

las virtu<strong>de</strong>s, que es la caridad. Amaba en gran manera<br />

al Señor : estaba siempre colgado <strong>de</strong> él; y cuando se<br />

hablaba en su presencia <strong>de</strong> Dios, se enternecia <strong>de</strong> la!<br />

manera que en el mismo semblante se le echaba <strong>de</strong> ver:

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