Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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íli'as les leyó la ley de Moisés, llamándole desde enlonces
ios judíos el príncipe de los doclores déla ley. Créese fué
él quien recogió todos los libros canónicos, purgándolos y
distribuyéndolos en veinte y dos libros. También se dice
que fundó en Jerusalen una escuela, donde debían instruirse
los intérpretes de la Sagrada Escritura, para que
así no fuese alterado su sentido. No se sabe cual fué su
muerte; pero sí que murió en la paz de Dios. Cuatro libros
hay que llevan el título de Esdras, reconocidos por canónicos
por la Iglesia únicamente dos; aunque se cree comunmente
que solo uno es de Esdras y el otro de Nchemias,
ignorando el autor de los otros dos. Algunos escritores le
atribuyen también los dos libros del Paral!pomenon.
SAN SILAS, CONFESOR.—Créese que fué discípulo del Salvador.
Lo cierto es, que los apóstoles lo destinaron para ir
á predicar el Evangelio á las iglesias de los gentiles en
compañía de san Pablo y San Bernabé. Habiendo continuado
su apostólico ministerio con un celo que hizo ver estaba
lleno de la gracia de Dios después de haber gloriGcado á
Jesncris'oen sus trabajos y aflicciones, murió en paz en
Macedonia á fines del siglo I.
SAN SERAPION, MÁRTIR,—Vivia en Egipto durante el reinado
del emperador Severo, y habiéndole preso lo llevaron
á Alejandría, donde residía el gobernador Aquila. Manifestóse
el santo inflexible á las amenazas que le hicieron
para que abandonase su religión, por cuyo motivo fué
condenado á ser quemado vivo en compañía de otros nueve
cristianos que como él se habían mantenido constantes
en la fé.
SANTA MIUCFE, MÁRTIR.—Por los años 230t reinando en
ítoma el emperador Decio, y siendo Numenano gobernador
de la isla de Cilio, en ella fué martirizada y muerta á
palos santa Mhope, mujer de extraordinaria fortaleza y
de heroica virtud. Por mucho tiempo se ocupó esta santa
en curar milagrosamente á los enfermos por medio
de un ungüento que formaba con la sangre de los
mártires.
SAN EUGENIO,OBISPO,rsus COMPAÑEROS SAUJTARIO, MUSI­
TA Y OTROS.—San Eugenio era ciudadano de Cartago cuando
en el ano 481 fué elevado á su silla episcopal. Las
virtudes que había mostrado siendo seglar, aumentaron su
brillo así que fué colocado en aquel puesto erainenle, y
gobernaba aquella Iglesia en santa paz cuando el rey llnnnerico
mandó que lodos los obispos católicos se reunieí-en
^n Carlago para disputar con los prelados árdanos. Celebróse
la conferencia el año i8i ; pero los arríanos se separaron
de ella bajo frivolos y falsos pretextos. Hunnerico,
partidario de los herejes, persiguió entonces ásus conírarioscon
pretextos mas falsos todavía. Hizo jurar á losobis-
Pos^que «su deseo era que después de su muerte reinase
su nijo.» La mayor parte de los obispos creyeron quepo-
^•an hacer aquel juramento y algunos se negaron: UunnGrico
los condenó á todos igualmente; á los primeros como
refractarios á los preceptos del Evangelio, que manda
B0 jurar, y álos otroscomo infieles ásu príncipe. Pocodes-
P^es ój^gjjgg para ql)e ¡a persocucior) so hiciese gene-
* gran número de vírgenes consagradas al Señor fue-
^ criiel!m>nfo atormentadas, muriendo mu- has de ellas
•^hre el caballete. Los obispos, los sacerdotes, los diáconos
* /e8os de distinción que fueron desterrados, llegaron al
pinero de 5960. En Carlago lodo el clero fué azotado con
•gos y varas y después expulsado de la ciudad, sin que
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el venerable obispo Eugenio pudiese escaparse á tan bárbaros
tratamientos. El pueblo seguía á los sacerdotes con
cirios en las manos, y las madres llevando á sus hijos en
brazos los ponían á los píés de los santos confesores y les
decían: ¿Cómo nos abandonáis para correr al martirio?,
¿quién bautizará nuestros hijos? ¿quién nos administrará
la penitencia y nos librará del peso de los pecados con
el beneficio de la reconciliación ? ¿quién nos enterrará
después de muertos, y quién ofrecerá por nosotros el divino
sacrificio con las ceremonias ordinarias? ¡Qué! ¿no
nos será permitido marcharnos con vosotros? San Eugenio
fué restituido á su diócesis en tiempo del rey Gombod, y
desterrado después segunda vez por Trasaraundo, su sucesor
á las Gallas. Retirado en Albi, vivió muchos anos en
santa soledad, dedicándose á escribir contra la doctrina de
los perseguidores de la Iglesia católica, y coronó con una
muerte preciosa en 303, una vida sumamente laboriosa
y agitada. Todo el clero de Carlago, compuesto de unas
quinientas personas, y de muchos niños que eran cantores
déla misma Iglesia, murió en el destierro, y eulre aquellos
venerables confesores se distinguieron el insigne arcediano
llamado Salutario, y Murita el segundo en órden,
los cuales fueron atormentados tres veces y después
merecieron el título de una gloriosa perseverancia
en Jesucristo.
SAN TURIANO , OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la diótesis
de Yaunes, y habiendo ido á Dol en su juventud, fué educado
por San Tiarmel.que era á la vez abad de San Sanson,
y obispo de Dol. Este prelado le confirió después las
sagradas órdenes, y posteriormente le hizo su vicario y !e
consagró por su coadjutor. El aDo 733 , muerto san liarme!,
fué Turiano colocado en su lugar, y se hizo desde
luego recomendable por su piedad, su penitencia, fuzelo,
su caridad , su fervor, y su firmeza en mantener la disciplina.
San Turiano murió en paz el día 13 de julio de! ano
719, ilustre en milagros, que se continuaron en su sepulcro.
DIA 11.
SAN BLENAVUNTÜRA, OBISPO Y DOCTOR —El saoUsinro
pontífice y seráfico doctor de la Iglesia san Buenaventura,
de la sagrada órden de san Francisco, nació el aDo del
Señor en 1221, en una ciudad pequeña de la provincia dü
Toscana, que en lalin se llama Bdneo liffjio. y en italiano
liaqnarm. Su padre se llamó Juan Fidansa , y su madre
Rífela, personas principales y ricas. Siendo niño tuvo una
tan recia y tan peligrosa enfermedad , que le desahuciaron
los médicos, y su madre acudió á Dios, y lomó por intercesor
al glorioso padre san Francisco, y le prometió quo
si alcanzaba la salud de su hijo, ella procuraría que lomase
el hábito de su santa religión, y sirviese al Señor
en ella. Dió salud al niño el Sehor por los merecimientos
y oraciones del santo padre, y fué criado con devoción á
su persona y órden , y enseñado en buenas letras y eoslumbres
, hasta que tuvo veinte y dos anos: y queriendo
dar contento á su madre , y cumplir el voto que ella había
hecho, sintiendo que el Señor le movía á tan alta y santa
devoción, tomó el hábito de la religión del padre san Francisco
, con gran fervor y menosprecio del mundo: y
cumpliendo el año de la probación, hizo su profesión,
manifestando á todos el beneficio , que por mano de san