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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA * MAYO.<br />

cobanopara el éattertó: pero el siervo <strong>de</strong> Dios con el<br />

amor y ley que tenia á sus señores, compa<strong>de</strong>cióse <strong>de</strong> su<br />

pena í hizo <strong>de</strong>volamente oración á Dios nuestro Señor; y<br />

locando luego á la difunta con su rostro, la resucitó, dando<br />

todos muchas gracias y alabanzas al obrador <strong>de</strong> tales<br />

milagros.<br />

Yivió algún tiempo el santo en un lugar llamado Garaquiz,<br />

don<strong>de</strong> tuvo otro amo , con el cual, dicen, le sucedieron<br />

semejantes maravillas. Teniendo un montón <strong>de</strong> trigo<br />

limpio en las eras y aparte la paja , dijo su amo á san Isidro<br />

: Poco trigo tenemos. El siervo <strong>de</strong> Dios dijo, que no<br />

tuviese pena; que Dios le daria mas. Fuése á la paja, que<br />

cs1aba aparte, y aventándola otra vez sacó mucho trigo <strong>de</strong><br />

clla con gran<strong>de</strong> admiración <strong>de</strong> todos los que lo vieron.<br />

Pidió luego á sn señor que le diese el grano que habia quedado<br />

en la paja: él le respondió que allí no habia quedado<br />

nada; mas que lo tomase todo. Volvió el santo á aventar la<br />

paja y sacó mas trigo que antes ; con lo cual tuvo mucho<br />

que dar á pobres. En Tor<strong>de</strong>laguna estuvo san Isidro algún<br />

tiempo, don<strong>de</strong> tuvo otro amo: el cual, viendo que su cosecha<br />

no habia sido tan gran<strong>de</strong> como <strong>de</strong>seaba , y que la<br />

que san Isidro habia cogido <strong>de</strong> un corto pegujar suyo,<br />

habia sido muy copiosa; sospechando que su criado habia<br />

pasado trigo <strong>de</strong> su montón, le dijo: que ¿ cómo era posible,<br />

que él hubiese cogido tan'o <strong>de</strong> tan poco como habia<br />

sembrado? El siervo <strong>de</strong> Dios le respondió con una boca<br />

llena <strong>de</strong> risa : Dioses el repartidor <strong>de</strong> sus bienes; y asi reparte,<br />

como quiere y es servido : pero porque salgáis <strong>de</strong> la<br />

duda que tenéis, lomad para vos el un montón y el oli o;<br />

^«e j o estaré muy contento con solo la paja <strong>de</strong> mi pejíujai':<br />

y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber hecho oración tomando el bieldo<br />

con gran<strong>de</strong> confianza, tornó á avenlür la paja, <strong>de</strong> la cual<br />

sacó mas trigo que la primera vez: el cual luego repartió á<br />

los pobres.<br />

Yendo á visitar sus hereda<strong>de</strong>s el amo <strong>de</strong> san Isidro, se<br />

le murió el caballo: avisado el santo, fué allá, y cuando le<br />

vió muerto dióle una palmada, diciendo: Levántate en el<br />

nombre <strong>de</strong> Dios ; y al punto se levantó el caballo vivo y<br />

sano. Tuvo san Isidro un hijo en su mujer la bendita María<br />

<strong>de</strong> la Cabeza, que fué también santa. Habiendo crecido<br />

el muchaclio cayó en un pozo muy hondo, don<strong>de</strong> se ahogó.<br />

Llegó san Isidro <strong>de</strong>l campo, y viendo á su mujer afligida<br />

y muy llorosa, supo lo que pasaba. Pusiéronse enlrambos<br />

en oración, hincadas las rodillas, suplicando á nuestro<br />

Señor con lágrimas les favoreciese en aquel trabajo. Estando'<br />

así, creció el agua <strong>de</strong> aquel pozo hasla el brocal,<br />

viniendo el hijo vivo sobre las aguas. Entonces el santo,<br />

tomándole por la mano, le sacó bueno y sano. Este pozo se<br />

dice que está en las casas <strong>de</strong> los Lujanes <strong>de</strong> Madrid, que<br />

son <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> Iban <strong>de</strong> Vargas, amo <strong>de</strong> san Isidro.<br />

Quiso el enemigo común inquietar al siervo <strong>de</strong> Dios, y<br />

sembrar cizaña entre los dos santos casados; porque viy,endo<br />

apartados, para mas agradar á Dios en castidad y<br />

pureza, y emplearse en obras <strong>de</strong>l servicio divino, se quedó<br />

su santa mujer en Caraquiz en una ermita <strong>de</strong> Nuestra Se-<br />

"ora, que <strong>de</strong>spués se llamó Sania María do la Cabeza. Pedia<br />

limosna á los <strong>de</strong>l lugar para la lámpara que ardia <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong>l altar déla sacratísima Virgen: iba cada dia á encen<strong>de</strong>rla<br />

y barrer la ermita , pasando el rio Jarama, que<br />

aquella parte no tenia barca ni puente en mas <strong>de</strong> dos<br />

cguas, y así le pasaba por el vado; y cuando venia cre-<br />

< 0 lba Sübr« las aguas sin hundirse, llevando siempre<br />

lumbre y aceite, y lo <strong>de</strong>más necesario para el adorno y<br />

limpieza <strong>de</strong> la ermita. Pedia junlamenle limosna á los moradores<br />

y caseros <strong>de</strong> aquellos contornos, para lámparas<br />

<strong>de</strong> otras ermitas, ocupándose en oración por los campos.<br />

Pero como no hay cosa, por buena que sea, que no la pueda<br />

interpretar mal la malicia humana, acusáronla unos calumniadores<br />

á san Isidro, diciendo: que su mujer con capa<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>voción vivia <strong>de</strong>shonestamente, conversando con les<br />

pastores que estaban á la orilla <strong>de</strong>l Jara'ma; y no solo los<br />

hombres sino el mismo <strong>de</strong>monio, tomando forma <strong>de</strong> uno <strong>de</strong><br />

aquellos villanos malsines, se lo procuraba persuadir. El<br />

santo varón , aunque no le dió crédito, con lodo eso quiso<br />

él por si mismo enterarse <strong>de</strong> lo qus pasaba : fué <strong>de</strong> Madrid<br />

al pueblo <strong>de</strong> Caraquiz, sin saberlo su mujer, y esperándola<br />

un dia en parte don<strong>de</strong> no pudiese ser visto <strong>de</strong> ella, vió que<br />

caminaba á la ermita cargada <strong>de</strong> lumbre y aceite, y llegando<br />

á la ribera <strong>de</strong>l rio, que venia muy crecido y con<br />

gran<strong>de</strong> raudal, hecha la señal <strong>de</strong> la cruz y tendida su<br />

mantilla sóbrelas aguas, se puso sobre ella, y así pasó el<br />

rio sin mojarse como si caminara por un enladrillado, y<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber cumplido con su <strong>de</strong>voción, hizo á la<br />

vuelta lo mismo: con lo cual se consoló mucho el siervo <strong>de</strong><br />

Dios, y se confirmó en la buena opinión que tenia <strong>de</strong> su<br />

santa mujer, <strong>de</strong>jándola, como antes, cumplir sus <strong>de</strong>vociones;<br />

pues con tales maravillas mostraba el Señor que ¡o<br />

eran muy aceptas. Otra vez pasando el rio juntos, san Isidro<br />

y su santa mujer, yendo entrambos sobre las aguas,<br />

la Virgen nuestra Señora les pasó á la otra parte, en don<strong>de</strong><br />

estaba la ermita, y puestos allí hincados <strong>de</strong> rodillas, dieron<br />

muchas gracias á nuestro Señor y á su santísima<br />

Madre.<br />

Tornaron olra vez algunos á infamará la sierva <strong>de</strong> Dios,<br />

María <strong>de</strong> la Cabeza <strong>de</strong> que no guardaba féá su marido, sino<br />

que andaba á buscar 6 inquietar á los pastores y vaqueros<br />

<strong>de</strong>lJarama, no teniendo otro fmidameuto para esto sino<br />

que salia cada dia al campo á encen<strong>de</strong>r la lámpara do la<br />

ermita, y que no podia pasar á la ermita por ir el rio<br />

crecido, y no haber barca ni puente; porque no sabían<br />

el modo maravilloso con que atravesaba las aguas. Dieron<br />

otra vez aviso al santo, el cual satisfecho <strong>de</strong> la inocencia<br />

<strong>de</strong> su esposa, y "sintiendo en el alma la ofensa que se podia<br />

hacer en levantar testimonio <strong>de</strong> cosa tan grave, á la<br />

que no tenia culpa , <strong>de</strong>rramó muchas lágrimas <strong>de</strong>lante dé<br />

un Crucifijo; y confiado en Dios le pareció tornar oíra vez<br />

á Ciraquiz, don<strong>de</strong> estaba su santa mujer, para satisfacer<br />

los ánimos <strong>de</strong> los mal intencionados, y que se <strong>de</strong>clarase<br />

la inocencia <strong>de</strong> su santa mujer. Para esto dispuso que estuviese<br />

gente con él, cuando iba su mujer á la ermita tí pasar<br />

el rio; y viéndola todos que echando su mantilla sobre<br />

las aguas le pasó á ida y vuelta sin mojarse, quedaron<br />

maravillados todos, y confusos los que la habían infamado:<br />

dando todos muchas gracias á nuestro Señor por las cosas<br />

maravillosas que obra por los que íielmente le sirven.<br />

Llegado el tiempo en que quiso el Señor premiar la caridad<br />

y vii'tu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su siervo cayó malo enlacama;y como<br />

conociese que se lo acercaba el último día <strong>de</strong> su vida, habiendo<br />

recibido <strong>de</strong>votísimamente los sacrametitos y exhortado<br />

á los <strong>de</strong> su casa al temor <strong>de</strong> Dios, hiriendo muchas<br />

veces con lágrimas y gran lernura sus pechos, las manos<br />

juntas, y todo su cuerpo compuesto, cerrados los ojos, entregó<br />

su humil<strong>de</strong> espíritu á su Criador. Fué su muerte,<br />

según dice Juliano, á 38 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong>l año DI.'!., sien-<br />

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