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508 LA LEYENDA DE ORO.<br />
dados <strong>de</strong> la té, y abrazó la religión cristiana con tanto<br />
fervor, que fué <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> todas las virtu<strong>de</strong>s.<br />
Habla pensado consagrarse á Dios en perpetua virginidad,<br />
pero no le fue posible negarse á las solicitaciones <strong>de</strong> Clotario,<br />
rey <strong>de</strong> Francia, que la quería por esposa. Efectuóse<br />
el matrimonio, y la santa continuó siendo espejo <strong>de</strong> los<br />
mas altos ejemplos. A los encantos <strong>de</strong> la virtud juntaba los<br />
<strong>de</strong> la mas perfecta hermosura, y era el embeleso <strong>de</strong> su<br />
esposo y do toda la córtc. Sin embargo, Clotario concibió<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> algún tiempo tal aversión contra su esposa,<br />
que tuvo que sufrir esta una serie <strong>de</strong> malos tratamientos<br />
tan dolorosos, que al fin , viendo en p*eligro su paciencia,<br />
pidió permiso para retirarse áun monasterio. El rey<br />
no solamente lo consintió, sino que a<strong>de</strong>más hizo edificar<br />
un célebre monasterio en Poitiers, don<strong>de</strong> su esposa se<br />
retiró en compañía <strong>de</strong> algunas vírgenes, esposas <strong>de</strong> Jesucristo.<br />
Ocupóse al principio en dar reglas á sns religiosas,<br />
hizo confirmar su fundación por los padres <strong>de</strong>l concilio<br />
<strong>de</strong> Tonrs, celebrado en 5)63, y en seguida normalizó las<br />
reglas <strong>de</strong>l monasterio, que fueron la admiración y veneración<br />
<strong>de</strong> lodos. Al fin <strong>de</strong> sus días, Clotario se arrepintió<br />
<strong>de</strong> sus fallas, é bizo un viaje para ver por última vez<br />
á Ra<strong>de</strong>gunda, que lo recibió con todas las muestras <strong>de</strong><br />
Ja mas cordial benevolencia, y oró al cielo por él. Por fin,<br />
coronada <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s merecimientos, teniendo bajo su dirección<br />
mas <strong>de</strong> doscientas religiosas, llorada <strong>de</strong> todas ellas<br />
y <strong>de</strong> cuantos habían tenido ocasión <strong>de</strong> admirar su eminenle<br />
virlud, murió santamente Ra<strong>de</strong>gunda el día 13 <strong>de</strong> agosto<br />
<strong>de</strong>l ano S87,cnsii mismo monasterio <strong>de</strong> la Santa Cruz,<br />
don<strong>de</strong> fué enterrada. En su sepulcro obró el Sefior gran<strong>de</strong>s<br />
milagros.<br />
S.vx CVSIANO, OBISPO Y MÁuTiit. —Convirtióse á la religión<br />
cristiana viendo martirizar á san Ponciano, obispo<br />
<strong>de</strong> Todí. Su conversión fué sincera , y su fé tan aidienle,<br />
que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> muy breve tiempo fué la admiración y<br />
el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> todos los fieles <strong>de</strong> aquella diócesis, y lo<br />
pidieron por su pastor. Consagrado obispo <strong>de</strong> Todi, <strong>de</strong>dicóse<br />
á fortalecer á sus ovejas contra el temor <strong>de</strong> la muerte;<br />
pues se sentía ya rugir la persecución que tanta sangre<br />
había <strong>de</strong> costar á la Iglesia. Efectivamente, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> algún tiempo, publíoó Diocleciano sus edictos contra<br />
los cristianos, y el santo obispo Casiano fué <strong>de</strong> los primeros<br />
que se presentaron al tirano, y sellaron con su sangre<br />
la verdad <strong>de</strong> la religión qne profesaban. San Casiano fué<br />
mandado martirizar por un hermano suyo, procónsul ala<br />
sazón <strong>de</strong>l territorio <strong>de</strong> Todí.<br />
SANTA CENTOLA Y SANTA ELENA, MÁRTIRES.—Espartólas<br />
por nacimiento, y gloria <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Burgos que las<br />
vió morir. Centola era una virgen <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s virtu<strong>de</strong>s,<br />
que presa por sor cristiana, fué atormentada basta que<br />
confesase la divinidad y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Júpiter; pero cuanto<br />
mas los verdugos redoblaban los lormenlos, mas ánimo<br />
y valor mostraba ella para sufrirlos. Hallándose ya su<br />
cuerpo <strong>de</strong>scarnado y sin sangre, fué metida en una oscura<br />
prisión para prolongarla mas los dolores; y estando<br />
en olía se le presentó una matrona principal, llamada<br />
Elena, también <strong>de</strong> gran virlud , y empezó á exhortarla á<br />
perseverar basta el fin. En esto entraron en la cárcel los<br />
ministros <strong>de</strong>l gobernador, y cogiendo á las dos las llevaron<br />
al lugar <strong>de</strong>l suplicio, y juntas las <strong>de</strong>gollaron; recibiendo<br />
asi la palma <strong>de</strong>l martirio. Créese que su muerte<br />
fué por los anos <strong>de</strong> 300 6 302, en el reinado <strong>de</strong> Hiorlci iano.<br />
DIA li.<br />
DIA 14.<br />
SAN EÜSEBIO, PRESBÍTERO T CONFESOR.—En tiempo <strong>de</strong>l<br />
emperador Constancio se embraveció en Roma la herejía<br />
<strong>de</strong> los arríanos, por el favor y fuerzas que él les dió, y íi<br />
esta causa se levantó una gravísima y terrible tempestad<br />
contra los católicos, y muchos obispos y santos sacerdotes<br />
fueron <strong>de</strong>sterrados, y afligidos y muertos por la fé católica.<br />
Entre ellos fué uno Ensebio, romano, presbítero y santísimo<br />
confesor; el cual, por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r constanlísimamente<br />
la fé y verda<strong>de</strong>ra religión, con mas libertad y ánimo quo<br />
quisiera Constancio, le mandó encerrar y como emparedar<br />
en un aposento <strong>de</strong> su misma casa, tan eslrecho y angosto<br />
, que apenas cabía en él, ni se podía exten<strong>de</strong>r ni<br />
volver á una parle ni á otra. Allí estuvo el sanio varón siete<br />
meses, y haciendo perpetuamente oración al Sefior, y<br />
suplicándole que le diese fortaleza y constancia para morir<br />
por él: y diósela tan cumplida que al cabo <strong>de</strong> los siete<br />
meses murió, y dió su espirilu al que le había criado, en<br />
aquella como sepultura en que había oslado. Su cuerpo<br />
recogieron Gregorio y <strong>Oro</strong>sio, sacerdotes, y le enterraron<br />
en una cueva <strong>de</strong>l cementerio <strong>de</strong> Calixto, junto al cuerpo<br />
<strong>de</strong>san Sixto, papa, y pusiéronle un título que <strong>de</strong>cía. «Aquí<br />
yace Ensebio, varón <strong>de</strong> Dios.» Cuando Constancio supo la<br />
muerte <strong>de</strong> Eusebio, y como Gregorio'y <strong>Oro</strong>sio habían enterrado<br />
su cuerpo , enojóse sobre manera, y mandólos<br />
pren<strong>de</strong>r. Hubo á las manos á Gregorio, é hízole como<br />
enterrar vivo en la misma cueva, don<strong>de</strong> estaba el cuerpo<br />
<strong>de</strong> san Eusebio. <strong>Oro</strong>sio, que se había escapado, lo supo, y<br />
<strong>de</strong> noche se fué á él; y aunque le halló vivo, estaba ya tan<br />
<strong>de</strong>bilitado que murió allí en sus manos : y asi le <strong>de</strong>jó sepultado<br />
en aquel mismo lugar. Celebra la Iglesia la muerte<br />
<strong>de</strong> san Eusebio á 14 <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> agosto, y fué el ano<br />
<strong>de</strong>l Sefior <strong>de</strong> 35T, imperando Constancio. En Roma hay<br />
una iglesia <strong>de</strong> san Ensebio, muy antigua y <strong>de</strong> gran <strong>de</strong>voción<br />
, en la cual está su santo cuerpo, y los <strong>de</strong> <strong>Oro</strong>sio y<br />
paulino, y olías muchas reliquias <strong>de</strong> santos mártires: y<br />
san Zacarías-, papa, la mandó reparar y adornar. Hacen<br />
mención <strong>de</strong> san Eusebio los Martirologios romano, el do<br />
Reda y l'suardo, y mas copiosamente el <strong>de</strong> Adon: y también<br />
el cardonal Baronio en las anotaciones sobre el martirologio,<br />
y en el tercer lomo <strong>de</strong> sus Anales.<br />
SAN SIMI'MCIANO, ARZOBISPO Y CONFESOR.—Nació san<br />
Simplicíano en un lugar <strong>de</strong> Dalia , llamado Beluata , <strong>de</strong><br />
padres nobles, cuyos nombres eran Ludovico y Senedruga.<br />
Enviáronle <strong>de</strong> poca edad á Roma , don<strong>de</strong> se bautizó<br />
y esludió, y en poco tiempo aprendió mucho, y fué perfecto<br />
en su modo <strong>de</strong> vivir. Era lardo en el hablar: presto<br />
en el oír: discreto en el silencio: medido otilas palabras:<br />
sabio en el consejo ; y purísimo en la castidad. Para sí<br />
era muy estrecho, y para los pobres liberal: dábase<br />
mucho á la oración y lección, y ardía su corazón en un<br />
encendido y abrasado amor <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong>l prójimo. Por<br />
oslas virtu<strong>de</strong>s subió en Roma á la dignidad <strong>de</strong> presbítero,<br />
y vino á ser mirado y respetado <strong>de</strong> la gente cuerda y grave<br />
, como varón <strong>de</strong> Dios. Tuvo cuatro excelencias san Simpliciano<br />
muy dignas do gran<strong>de</strong> alabanza.<br />
La primera : que oslando en Roma trabó amistad con<br />
Yiclorino, que era africano y varón sapientísimo, y enseñaba<br />
retórica á la nobleza romana, y por sus gran<strong>de</strong>s<br />
letras habia merecido que so le pusiese estatua en la plaza