You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
366<br />
da , <strong>de</strong> que no volviese á ella. <strong>Los</strong> padres á la mañana,<br />
cuando quisieron ver ásu hijo, no le hallaron en su casa; y<br />
sabiendo lo que pasaba, quedaron atónitos y como fuera<br />
<strong>de</strong> sí, la madre en un perpetuo llanto, la esposa <strong>de</strong>shaciéndose<br />
en lágrimas, y el padre enviando por todas parles<br />
criados, que le <strong>de</strong>scubriesen á su hijo y le fuesen á<br />
los alcances. Por el rastro y senas, que algunos <strong>de</strong> ellos<br />
tuvieron, llegaron á E<strong>de</strong>sa , don<strong>de</strong> Alejo estaba; pero con<br />
la penitencia, ayunos, y hábito <strong>de</strong> pobre méndigo , le hallaron<br />
tan trocado en el rostro, y en la habla , que le dieron<br />
limosna y no le conocieron , aunque fueron conocidos<br />
<strong>de</strong> él: y tuvo por gran merced y regak) <strong>de</strong> Dios , que le<br />
hubiese puesto en estado, y hecho tan pobre, que recibiese<br />
limosna <strong>de</strong> sus criados. Diez y siete aflos estuvo Alejo,<br />
<strong>de</strong>spués que salió <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> sus padres en esta pobreza,<br />
abatimiento y menosprecio <strong>de</strong>l mundo, sin ser<br />
conocido <strong>de</strong> los hombres ; pero muy favorecido y regalado<br />
<strong>de</strong> Dios, No <strong>de</strong>jaban ios rayos <strong>de</strong> su virtud <strong>de</strong> resplan<strong>de</strong>cer<br />
, y mover á los que le miraban con admiración<br />
<strong>de</strong> su santidad, y á poner los ojos en él. Acrecentóse la<br />
buena opinión, que <strong>de</strong> él tenían , con una revelación que<br />
tuvo el sacristán <strong>de</strong> aquella iglesia, en cuyo portal vivia<br />
Alejo. Ilablóle la imagen <strong>de</strong> nuestra Sefiora , que allí estaba<br />
, y <strong>de</strong>claróle, cuan grato era á Dios aquel su siervo<br />
que moraba en aquel portal, y cuanto podían sus oraciones<br />
, en el divino acatamiento. Divulgóse esto entre la<br />
gente, y mirábanlo ya como á santo : y él por huir <strong>de</strong> la<br />
honra que le hacían, acordó partirse <strong>de</strong> E<strong>de</strong>sa , ó irse en<br />
romería á Tarso <strong>de</strong> Cilicia á visitar un templo famoso , que<br />
allí había, <strong>de</strong>l apóstol san Pablo. Para esto se embarcó, y<br />
por voluntad <strong>de</strong> Dios tuvo una tempestad en el mar, y <strong>de</strong><br />
una en otra parte llegó á Italia, y se halló en el puerto do<br />
Ostia ; y con particular inspiración é impulso <strong>de</strong> Dios, que<br />
1c guiaba, <strong>de</strong>terminó entrar en Roma, y para no ser pesado<br />
á nadie y tener que pa<strong>de</strong>cer mas, y triunfar mas gloriosamente<br />
<strong>de</strong> sí y <strong>de</strong>l mundo, irse á la casa <strong>de</strong> sus mismos<br />
padres, don<strong>de</strong> entendía, que al cabo <strong>de</strong> tantos años,<br />
por estar tan <strong>de</strong>sGgurado y trocado , no sería conocido.<br />
Después do haber visitado en Roma algunas iglesias y<br />
sanios lugares, y armádose con el favor <strong>de</strong>l cíelo contra<br />
las tentaciones, que se habían <strong>de</strong> ofrecer, yendo á casa<br />
<strong>de</strong> su padre Eufemiano , le topó en la calle con gran<strong>de</strong><br />
acompañamiento <strong>de</strong> criados, conforme á su estado, y se<br />
le puso <strong>de</strong>lante, y le dijo: Por amor <strong>de</strong> Dios te pido, Señor,<br />
que me man<strong>de</strong>s recoger en un rincón <strong>de</strong> tu casa y sustentarme<br />
con las migajas que caen <strong>de</strong> tu mesa; que yo no te<br />
seré cargoso , ni á tu familia importuno. Usa conmigo <strong>de</strong><br />
la caridad y limosna que usas con todas las personas necesitadas,<br />
y miserables, así Dios mire por todas tus cosas, do<br />
quiera (pie estuvieren, y les dé remedio, y quien bien les<br />
haga. Enternecióse con estas palabras Eufemiano, acordándose<br />
<strong>de</strong> su hijo Alejo , que le tenia <strong>de</strong>lante, y no le<br />
conocía: mandóle recibir en su casa; y á un criado suyo,<br />
que tuviese cargo <strong>de</strong> él. Estele aposentó en una camarilla<br />
estrecha y oscura, en el portal <strong>de</strong> la casa, don<strong>de</strong><br />
estuvo el santo otros diez y siete anos disfrazado y encubierto<br />
, pa<strong>de</strong>ciendo <strong>de</strong> los criados y do la otra gente , que<br />
entraba y salía , gran<strong>de</strong>s molestias y baldones : porque<br />
como él era tan recogido , estaba en traje <strong>de</strong> hombre pobre<br />
y abatido , y en las córtes los pajes y gente moza<br />
suele ser tan poco cortés y comedida ; tomaban la santidad<br />
<strong>de</strong> Alejo por materia <strong>de</strong> risa y entretenimiento, y<br />
LA LEYENDA DE ORO. DÍA l?<br />
como si fuera un simple é insensato, le daban bofetadas,<br />
mesábanle, pelábanle las barbas , echaban sobre él cosas<br />
inmundas, y hacíanle befas y agravios; y el santo lo llevaba<br />
todo con gran paciencia y alegría, por verse trafado<br />
en casa <strong>de</strong> sus padres <strong>de</strong> aquella manera por Dios. Pero no<br />
era esta la mayor tentación, ni la mas dura pelea, que tuvo<br />
Alejo, sino otra que ningún pecho pudiera vencer, sino el<br />
que fuese tan fuerte como el suyo, y tan armado <strong>de</strong> gracia<br />
<strong>de</strong> Dios. Porque su madre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día que se partió <strong>de</strong> su<br />
casa, nunca <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> suspirar por él, y su esposa viéndose<br />
antes viuda que casada , <strong>de</strong> dia y <strong>de</strong> noche daba<br />
gritos al cielo, y <strong>de</strong>rramaba ríos <strong>de</strong> lágrimas en aquella<br />
misma casa , en la cual él la <strong>de</strong>jó, y <strong>de</strong> ella nunca se había<br />
querido partir. La madre <strong>de</strong>cia : ¡ O hijo <strong>de</strong> mis entrañas!<br />
O Alejo mió, ¿ dón<strong>de</strong> estás ? ¿ Para qué te <strong>de</strong>seé<br />
yo ? ¿ O para que te pedí á Dios ? ¿ O para qué él te me<br />
concedió ? sino para que fueses báculo <strong>de</strong> mi vejez, honra<br />
<strong>de</strong> mi casa , señor <strong>de</strong> mi hacienda , y nó para que me<br />
<strong>de</strong>jases sola, triste, llorosa, viviendo muerta con lu<br />
ausencia, y con un prolijo martirio <strong>de</strong> tantos años, dando<br />
cada dia el alma á Dios. Una vez te parí , y los mismos<br />
dolores <strong>de</strong> parto, que entonces tuve, me fueron causa <strong>de</strong><br />
gozo y alegría, por ver 'here<strong>de</strong>ro en mi casa ; y ahora<br />
otros nuevos"y mas <strong>de</strong>sapiadados dolores me atormentan,<br />
por haber perdido el gozo <strong>de</strong> mi corazón, y salido en vano<br />
mis esperanzas. A estas voces tan lastimosas respondían<br />
otras <strong>de</strong> la esposa no ménos tiernas y llorosas , que <strong>de</strong>cia<br />
: O esposo mió dulcísimo , ¿ cómo me <strong>de</strong>jaste ? Si no<br />
querías hacer vida conmigo ; ¿ para qué me tomabas por<br />
mujer? ¿Tomásteme para <strong>de</strong>jarme? ¿En qué te ofendí?<br />
¿ Qué disgusto te di ? ¿ Qué viste en mí, que te <strong>de</strong>sagradase<br />
, y que te hiciese huir <strong>de</strong> mí, como si fuera tu enemiga<br />
? ¿Para todos eres gracioso y amoroso ; y para m í<br />
sola duro y cruel ? ¿ En dón<strong>de</strong> estás ? ¿ Cómo no vienes?<br />
¿ Cómo no me das nuevas <strong>de</strong> tí? ¿ Eres vivo,ó eres muerto<br />
? ¿ Estás en Italia, ó fuera <strong>de</strong> ella ? ¡Ay ! que no siento<br />
tanto^ni dolor, como el no saber dón<strong>de</strong> estás , ó cómo<br />
estás, porque mas te quiero á tí que no á mí, y mas <strong>de</strong>seo<br />
tu vida qae la mía ; pues que para mí, estando sin<br />
tí, ya el mundo se acabó. ¿ Piensas , que por haber tanto<br />
que no te veo , estoy olvidada <strong>de</strong> tí, ó que se ha mitigado<br />
mi dolor ? No es así; porque ni mi dolor se pue<strong>de</strong> mitigar<br />
con el discurso <strong>de</strong>l tiempo , ni el amor, con que yo una<br />
vez te entregué mi corazón, disminuirse con lu ausencia.<br />
Estas voces, acompañadas <strong>de</strong> gemidos y lágrimas, llegaban<br />
á los oídos <strong>de</strong> Alejo, y combatían su corazón, que por<br />
ser <strong>de</strong> carne , no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> sentir la pena <strong>de</strong> su madre<br />
y esposa, á quienes él tanto amaba. Y doblábase<br />
sus penas, con verlas algunas veces pasar , entrando ó<br />
saliendo por la puerta <strong>de</strong> la casa, y con oir referir á los<br />
criados el continuo llanto en que estaban, y la tristeza<br />
<strong>de</strong> su corazón, y que la causa <strong>de</strong> ella era la ausencia do<br />
Alejo, y no saber don<strong>de</strong> estaba. Pero (¡ ó virtud <strong>de</strong> Dios!<br />
¡ ó gracia <strong>de</strong>l cíelo, que así esfuerzas al corazón flaco, y<br />
le haces triunfar con tan ilustre victoria <strong>de</strong> tan crueles, y<br />
fieros enemigos!) en gran<strong>de</strong> peligro estuviera Alejo <strong>de</strong> ser<br />
vencido, si el Señor no estuviera á su laclo , y le hubiera<br />
puesto en aquella ocasión : porque los hombres flacos han<br />
<strong>de</strong> huir las ocasiones, especialmente las que son la"<br />
peligrosas, y en que los mas fuertes suelen caer: mas<br />
ciiaiulo Dios nuestro Señor es el que guia y mueve al hombre<br />
, y le pone en ellas en medio <strong>de</strong> las llamas no so que-