Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

DÍA n .
jamlria, otros tic Cmlcfla, j otros de los Píelos. Todas las
noticias rocogidas por los balandistas respecto de este santo
no son mas que conjeturas, por cuya razón nos abstenemos
de consignarlas aquí. El Martirologio romano trae su
nombre en esto día.
DIA 22.
SAN TIMOTEO, MÁUTIII.—Siendo sumo pontífice san Melquíades,
vino á Roma de Antioquía un hombre principal
llamado Timoteo, muy docto y bien ensenado en las divinas
letras, y fervoroso siervo del Señor. Hospedóse en
casa de Silvestre, que después fué papa y bautizó al emperador
Constantino. Estando Timoteo en Roma, comenzó
á resplandecer con su vida inculpable y con su doctrina
maravillosa, confirmando á los fieles en la fé de Cristo , y
convirtieado con su predicación muebos gentiles y alumbrándolos
con la luz del Evangelio. Ocupóse un afto en
estos santos ejercicios, y al cabo fué preso de Tarquinío,
prefecto: y viendo que por ningún camino le podia aparlar
de la confesión de Jesucristo, le mandó azotar cruelinenle
por tres veces : y después de haberle afligido con
una larga y dura prisión, y descoyuntado en el ecúleo, y
desgarrado su cuerpo con otros atroces lormentos le hizo
cortar la cabeza: y Silvestre secretamente llevó su cuerpo
á su casa, y después una matrona poderosa llamada Teodora
le sepultó en una huerta suya , en la via Ostiense,
cerca del sepulcro del apóslol san Pablo, en cuyo templo
después honoríficamente fué colocado. Hace la Iglesia
conmemoración de san Timoteo el dia de su martirio, que
fué á los ftl de agosto, el ano del Señor de 311.
SAN HU»ÓUTO, OBISPO Y Miaim. — El mismo dia de los
22 de agosto celebra la sania Iglesia la fiesta de san Hipólito,
obispo y mártir : el cual fué varón esclarecido y doctísimo
, y escribió muchos libros de grande erudición y
provecho para toda la Iglesia. Floreció en tiempo del e:npe¡
ador Alejandro Severo, y siendo obispo metropolitano
de Arabia (como lo dice san Gelasio, papa), vino á Roma
para visitar los cuerpos de los gloriosos principes de los
apóstoles san Pedro y san Pablo, y ver y reverenciar los
cementerios de los mártires, teniendo la silla de san Pedro
Calixto : del cual fué muy bien recibido y acariciado , y
hecho obispo de la ciudad del Puerto Romano, que está
cerca de Roma, por tenerle cabe sí y aprovecharse de sus
consejos. Era á la sazón prefecto de Roma Ulpiano , gran
jurisconsulto y cruelísimo enemigo de Jesucristo: hacia
gran carnicería de los cristianos, y entre los otros mandó
prender á san Hipólito en la misma ciudad del Puerto Romano,
y atado do pies y manos echarle en una hoya honda
llena de agua , donde dió su alma á Dios , y su cuerpo
fué enterrado allí cerca por los cristianos: y hoy en dia
en aquella ciudad hay gran memoria de san Hipólilo,
obispo , y se ve la hoya llena de agua , en la cual fué arrojado
y acabó su martirio, el cual fué el ano del Señor
de 229, imperando el ya nombrado Alejandro Severo.
AÍÍOSTO.
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Adviértase que ha habido tres Hipólitos mártires : éste,
de quien aquí hablamos, que fué obispo, como babemos
dicho: otro que fué soldado y se convirtió ,á la fé, por la
predicación de san Lorenzo, como lo escribimos el dia de
su martirio, que fué á los 13 de agosto : el tercero fué
presbítero de Antioquía , del cual bace mención el Marti-
'ologio romano á 30 de enero, y vivió siendo Dedo emperador
: y aunque algún tiempo fué engañado de los herejes
novacianos , después se reconoció y murió constantemente
por la fé católica, amonestando á todos que guardasen
aquella doctrina que enseñaba la cátedra de san
Pedro : lo cual se debe advertir ; porque algunos confunden
estos tres Hipólitos en uno, como Prudencio, y otros
hacen á Hipólito, obispo , presbítero de Antioquía ; y lo
que es del uno atribuyen al otro, como doctamente lo notó
el cardenal Raronio en las anotaciones del Martirologio,
y en el segundo lomo de sus Anales. De san Hipólilo escribe
san Gerónimo, Ensebio y Nicéforo, y los Martirologios.
SAN SINFOUUNO, MÁRTIR.—Con los santos Timoteo é
Hipólilo se celebra el mismo dia el martirio de san Sinforiano,
mártir, el cual fué de nación francés y de la provincia
de Borgoña, de una ciudad que en latín la llaman
AwjMsíücíuiium, y ahora se dice iuíun. Fué hijo de nobles
padres , ricos y cristianos. Su padre se llamó Fausto, y
crió á Sinforiano en nobles costumbres y en el temor santo
del Señor. Celebraban los paganos en aquella ciudad
una liesla muy solemne á sus dioses, y parlicularmenle á
Berecinla , que era Cibeles , madre de lodos los dioses:
cuyo ídolo llevaban en unas andas con gran pompa y majestad,
postrándose lodo el pueblo por el suelo á adorarle;
y como una vez siendo ya Sinforiano varón y de crecida
edad se hiciese esla fiesta , y toda la gente se inclinase á
adorar aquella estatua y monstruo infernal; solo Sinforiano
le volvió las espaldas é hizo burla de él: de manera
que fué notado y acusado á Heraclio, que era juez de aquella
ciudad, y presentado ante su tribunal. Preguntóle el
juez, cómo se llamaba, y quién era; y él con grande libertad
respondió, que se llamaba Sinforiano, y era cristiano.
Quiso el juez persuadirle que adorase á sus dioses y
obedeciese á los mandatos del emperador: y como el santo
mártir no hiciese caso de sus palabras ni de sus amenazas,
le mandó azotar fuerlemenle y después echarle en
una dura cárcel. Sacáronle de allí pasados algunos días,
y traído delante de Heraclio, después de algunas razones
que tuvieron entre sí, viendo el juez que no podia ablan i
dar el pecho fuerte y valeroso del santo mártir, le mandó
degollar. Cuando le llevaban al suplicio, viéndole su santa
madre, le comenzó con gran espíritu y esfuerzo á exhortar
que muriese con grande alegría , y á decirle estas palabras:
Hijo mió Sinforiano, hijo de mis entrañas, acuérdate
de Dios vivo: ármale de su fortaleza y constancia: no
hay porque temer la muerte que nos lleva á la vida. Alza,
hijo mió, tu corazón, y mira á aquel que reina en los cíelos.
O hijo, no se te quita la vida ; antes se trueca en otra
mejor: y aunque el camino es estrecho, y el paso por donde
bas de pasar duro y lleno de espinas , pero por 61 pasaron
todos los santos: y aunque tú mueras , matarás y
vencerás la misma muerte. Despide de lí cualquiera temor
de los tormentos ; porque durarán poco, y por ellos
alcanzarás la gloria y corona inmortal. Todo esto dijola
santa madre al santo hijo: y él, animado con sus palabras
y con el espíritu del cielo, tendió el cuello al cuchillo
y fué descabezado fuera de los muros de la ciudad:
y los cristianos secretamente lomaron su cuerpo y lo enterraron
cerca de una fuente, y nuestro Señor obró por é!
muchos milagros. Su martirio fué á los 22 de agosto, el
año del Señor de 2T3, imperando Valeriano. Escriben de
san Sinforiano los Martirologios, romano, el de Reda,