Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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Señor alcanzó ilustres victorias. Pero los mas iluslres y
gloriosas que tuvo, fueron contra Pelagio y sus secuaces:
porque así como Pelagio fué enemigo declarado de la gracia
de Dios; así san Agustín fué predicador y defensor de
la misma gracia , en tanto grado , que después del apóstol
san Pablo no ha habido ningún escritor católico que así
la haya declarado, magnificado y ensalzado , como este
sapientísimo doctor. Y no sin causa observan algunos, que
el mismo dia que Pelagio nació en Inglaterra , nació en
África san Agustín ; proveyendo nuestro Señor á su Iglesia
de quien la amparase contra los desvarios de Pelagio,
y de medicina y remedio contra el veneno de sus herejías,
que la podian inficionar. Fué Pelagio de nación inglés, de
profesión raonge, de condición vago , inquieto y disimulado.
Estuvo en los monasterios de Egipto : vino á Roma, y
vivió algunos años entre los católicos, como tal, ilustrando
sus errores poco á poco, con máscara y color de santidad.
Pasóá Sicilia, ó inficionó aquefla isla y la de Rodas, y lo
mismo hizo en la de Ingiatera , su patria , en Jerusalen y
en Africa : y á los principios se gobernó con tanto artificio,
que engañó á san Paulino, obispo de Ñola, y llevó cartas
suyas para san Agustín , en que le encomendaba á Pelagio
, como varón santo y amigo de Dios. Mas el Señor , que
siempre asiste á su Iglesia, proveyó que San Gerónimo
en Jerusalen , y san Agustín en África, conociesen sus
errores , y escribiesen contra ellos, y los refutasen con
lan grande sabiduría y elocuencia , que se estableció en
la Iglesia de Cristo la verdad católica, y la gente que iba
ñ caer se detuvo, y mucha de la que habia caido se levantó
: porque san Agustín principalmente tomóla mano contra
Pelagio , y gastó diez años en escribir contra él; y
escribió tan alta y divinamente, que en las otras obras
suyas parece que vence á ios demás autores, y en las
qne escribe contra Pelagio , vence á sí mismo: y por
esta causa sanGerónimo se quiso excusar de escribir contra
Pelagio , diciendo que ya había escrito san Agustín,
y diebo las mejores cosas que contra él se podian decir.
Trató el santo doctor la materia de la gracia de Dios y de
su eficacia , y de la necesidad que tenemos de ella, del pecado
original, y de la corrupción de nuestra naturaleza,
de la libertad de nuestro libre albedrío , y cuán flacos somos
sin la gracia con que el Señor nos previene, y mueve,
y ayuda, y obra por nosotros; y todo lo demás que pertenece
á esto , con tanta escritura , ciencia , fuerza de argumentos
, elegancia ycopia de palabras, y tan á propósito
para deshacer los errores de Pelagio , que todos los
doctores , que después de san Agustin han escrito acertadamente
de esta materia , han bebido de sus fuentes, y seguido
sus pisadas y rcguládose con su nivel: y dos concilios
que se hicieron en África para arrancar esta mala semilla
, que fueron un cartaginense y el milevitano, encargaron
á san Agustín que declarase la verdad católica
acerca de estas materias ,y con la lumbre de suceleslíal
sabiduría deshiciese las tinieblas de Pelagio , como lo
hizo : y los otros concilios provinciales y aun generales
en las definiciones y decretos que han hecho de estas materias
tan importantes y dificultosas , han tomado por regla
la doctria do este sol de la Iglesia , y predicador y
defensor singular de la gracia del Señor. Y no solamente
en estas materias , sino en todas las demás que trató san
Agustin ( que son innumerables, y casi todas lasque se
pueden tratar en la sagrada teología 1 se ve im ingenio
LA LEYENDA DE ORO DÍA 28.
mas de ángel que de hombre, una sabiduría mas divin'1
que humana, y unas razones tan macizas y fundadas, una
disposición y órden tan admirable, una agudeza y presteza
para deshacer los argumentos de los adversarios , y im
peso y gravedad para confirmar los suyos, tan excelcnlc
y soberana, que todos los doctores que después de él han
escrito, se precian ser discípulos suyos: y especialmente
los escolásticos, que examinan , apuran y pesan con el
peso de la razón las verdades de la santa teología, letienen
por su guia y maestro: y principalmente el doctor angélico
santo Tomás se vistió del espíritu y doctrina de san
Agustin , de manera, que parece haberse trasformado en
él, y bebídola y empapádose en ella, como una esponja;
de donde se puede entender cuán grande fué el maestro,
pues tan grande fué el discípulo.
Escribió san Agustin tantas y tan excelentes obras, ó
disputando contra los herejes y refutando sus errores,
ó declarando la sagrada Escritura, para edificación de los
fieles (como dice Posidonio), que apenas hay quien las
sepa, ó pueda leer todas: y son lan estimadas y tenidas
en tanta veneración , que los mayores ingenios y mayores
letrados son los que de ellas se admiran mas. Y todos
los sabios y santos católicos dan á san Agustin gloriosos
títulos, é ilustres epítetos y renombres, con grande encarecimiento
; aunque ninguno llega á lo que el santo merece.
Llámanle pozo de sabiduría, maestro de teología, flor
de grandes ingenios, ornamento de las escuelas y templo
de la religión, columna de la Iglesia , escudo de la fó
católica , martillo de los herejes, ejemplo de buenos prelados,
luz de los predicadores, doctor de los grandes doctores
y varón enseñado de Dios, y que bebió en la fuente
de la divinidad, entre los santos santísimo, y entre los
doctos doctísimo. Un libro entero seria menester para referir
parte délo que los santos y gravísimos doctores de la
Iglesia, y los sumos pontífices y sagrados concilios dicen
de este gloriosísimo doctor, y las alabanzas que le dan.
El gran Gerónimo, escribiendo á san Agustin, le dice
estas palabras: « En todo tiempo he reverenciado vuestra
beatitud con aquella honra que debo, y amado á nuestro
Salvador que habita en ella : pero ahora ha crecido mas
(si crecer pudiese) esta mi reverencia ; y la medida do
amor que estaba llena, ahora se ha colmado de manera,
que no se nos pasa hora sin hacer mención de vos: porque
habéis estado fuerte con el ardor de la fe , y resistido
á los furiosos y contrarios vientos, queriendo ántes salir
solo libre de Sodoma, que morir entre los que habían
de perecer. Bien sabe vuestra prudencia lo que digo. En
todo el mundo se celebra vuestra virtud. Los católicos os
veneran y os admiran como á reparador y restaurador de
su antigua fé: y lo que es señal de mayor gloria, todos
los herejes os aborrecen: y á mí me persiguen con el mismo
odio, para matar con el deseo á los que no pueden
quitar la vida con el cuchillo;» Todo esto es de san Gerónimo.
San Paulino, obispo de Ñola, varón elocuentísimo y
amicísimo de san Agustin, en una epístola dice: «¡ O verdadera
sal de la tierra, con la cual se salan nuestros
corazones para que no se corrompan con la vanidad del
siglo! ¡ O antorcha puesta sobre el candelerci de la Iglesia,
que comunica su resplandeciente luz á todos los católicos,
y deshace las tinieblas espesas délos herejes, y con
la claridad de sus palabras purifica la verdad y la libra
de la confusión y oscuridad de ellos. Con razón puedo de-