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Tomo Dos Leyenda de Oro -Vidas de Los Martires-

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DÍA 31.<br />

JUL ÍO.<br />

<strong>de</strong> Dios que lo que sus historiadoies dicen <strong>de</strong> ellos: por !o<br />

cual encomendaba muy <strong>de</strong> veras á toda la Compañía su<br />

mayor veneración por hacer mas punta á los herejes. Apoyando<br />

una vez esto, dijo, que no trocarla con ningún santo<br />

los dones que Dios, sin merecimienlos suyo?, le habia<br />

franqueado, á los que esperaba recibir <strong>de</strong> su mano , sino<br />

los tuvieran mayores los santos, <strong>de</strong> loque cuentan <strong>de</strong><br />

ellos los historiadores: y así <strong>de</strong>cía que incomparablemente<br />

era mas que lo que significaban sus historias. Con todo<br />

este conocimiento <strong>de</strong> su aprovechamiento excedían tanto<br />

las gracias y favores con que á manos llenas le prevenia<br />

Dios liberalmente, que cándidamente <strong>de</strong>cia que no se podía<br />

persuadir que fuese posible concurriesen en otro hombre<br />

estas dos cosas : ser mas ingrato para con Dios: y<br />

Dios mas liberal con él. Decia que no pudiera vivir si advirtiese<br />

en su corazón algún sentimiento humano y que no<br />

fuese todo divino y solo <strong>de</strong> Dios. En todas sus acciones no<br />

se guiaba por afecto sino por razón, repitiendo muchas<br />

veces, que en esto se diferencia el hombre délos brutos.<br />

Decian varones santos y espirituales, que ver á san [guació<br />

era ver vivo y con alma al Contemptus mundi. En todas<br />

sus obras procuraba no hacerlas por temor <strong>de</strong> penas,<br />

ni esperanza <strong>de</strong> premio, sino puramente para agradar á<br />

Dios, y buscar siempre su boma; con lo cüal aun no se<br />

contentaba; sino que ponía todo cuidado y fuerza por<br />

cumplir su mayor gloria que continuamente prelendia; y<br />

así repetía muy á menudo, cuando hablaba, cuando escribía<br />

carias y en las Constituciones que hizo: A mayor gloria<br />

<strong>de</strong> Dios, á mayor servicio <strong>de</strong> Dios y nuestro Criador.<br />

Por lo cual en las relaciones que dieron al sumo pontífice<br />

la Rota y la congregación <strong>de</strong> los car<strong>de</strong>nales, averiguadas<br />

con gran número <strong>de</strong> testigos, dicen <strong>de</strong> él: «Abrasábase<br />

en tan gran<strong>de</strong> amor do Dios, que todo el dia le andaba<br />

<strong>de</strong>seando y buscando; no pensaba en otra cosa: no hablaba<br />

<strong>de</strong> otra cosa : no <strong>de</strong>seaba olra cosa sino agradar á Dios<br />

y hacer su voluntad; <strong>de</strong> manera que á Dios se entregaba<br />

totalmente: tras Dios solo se quería ir, aunque fuese privado<br />

por ello <strong>de</strong> todo el cielo y la tierra: todos tus pensamientos<br />

, palabras y acciones, referia á Dios como á su<br />

fin: á Dios las <strong>de</strong>dicaba, y á la gloría <strong>de</strong> Dios y su honra.»<br />

De lo cual aun es testigo el papa Julio III que en una bula<br />

<strong>de</strong>l año 151)0 dice <strong>de</strong> san Ignacio, con estar vivo entonces,<br />

que no se hallaba en su ejemplar vida y costumbres cosa<br />

que no fuese santa y pía; y nuestro muy sanio padre Urbano<br />

VIH dijo <strong>de</strong> él en la bula <strong>de</strong> la canonización: «Que<br />

su divisa era la mayor gloria y honra do Dios.»<br />

Descendamos en particular á algunas <strong>de</strong> las heroicas<br />

virtu<strong>de</strong>s que en san Ignacio florecían. La fé es como los<br />

ojos y el gobierno <strong>de</strong> todas; y en este santo fué tan gran<strong>de</strong><br />

con la luz que Dios lo habia comunicado, que santamente<br />

y con sinceridad <strong>de</strong>cia , que si se hubieran perdido todos<br />

los libros canónicos, y no hubiera en la tierra alguna lirmo<br />

colima <strong>de</strong> la verdad; él creyera todas las cosas <strong>de</strong> la fé y sus<br />

misterios sagrados, con tal firmeza , que diera sin duda la<br />

vida por su verdad y <strong>de</strong>fensa i porque no solamente Dios le<br />

había hablado por la revelación general, pero por muchas<br />

particulares, y que le certificaban servoz<strong>de</strong>Dios lo que oia.<br />

A quien su Majestad habia escogido para capitán <strong>de</strong> su<br />

iglesia contra los infieles, con tal fé habia <strong>de</strong> estar armado.<br />

El mismo aho que Lutero comenzó á vomitar su infernal<br />

doctrina en Alemania, que fué el <strong>de</strong> 1321; ese mismo<br />

en España se convirtió san Ignacio, y fué escogido<br />

í&<br />

por alférez <strong>de</strong> Jesucristo contra las herejías do estos tiempos.<br />

Después por el año <strong>de</strong> 1S3 Í, cuando el rey Enrique<br />

VIH <strong>de</strong> Inglaterra se apartó <strong>de</strong> la cabeza <strong>de</strong> la Iglesia con<br />

nuevo y monstruoso cisma; ea el mismo tiempo echó san<br />

Ignacio los fundamentos <strong>de</strong> aquella religión, que con voto<br />

especial <strong>de</strong> obediencia se sujetase a! sumo pontífice, y quo<br />

en Inglaterra habia <strong>de</strong> sustentar la fé <strong>de</strong> muchos. Finalmente,<br />

fundó san Ignacio la Compañía <strong>de</strong> Jesús año <strong>de</strong><br />

líi iO , al mismo tiempo que Caivino en Ginebra se rebeló<br />

contra la Iglesia. Por esta causa dotó la majestad <strong>de</strong> Dios<br />

á san Ignacio <strong>de</strong> tan firme y fundada fé, y zelo <strong>de</strong> su exaltación<br />

entre herejes y gentiles, que con todas sus fuerzas<br />

procuró <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r y dilatar; así como por la misma causa<br />

procuró el <strong>de</strong>monio con todas sus fuerzas pervertir á san<br />

Ignacio, y <strong>de</strong>sacreditarle por esta parte. Persuadió á su<br />

primogénito Melancton , que seria gran hazaña reducir á<br />

su secta á Ignacio: y para este efecto escogió un discípulo<br />

suyo, en quien esperaba mucho y le envió á Roma, para<br />

que con astucia se introdujese en su amistad, y poco á<br />

poco le instilase su veneno; mas presto le cogieron los<br />

nuestros en su misma red, por las proposiciones que se<br />

<strong>de</strong>jó caer, y san Ignasio dió cuenta al santo Oíicío, don<strong>de</strong><br />

fué castigado. Otro ardid usaron los herejes, instigados <strong>de</strong><br />

Satanás, para pervertir á san Ignacio ó algunos <strong>de</strong> sus<br />

hijos, y fué enviarles <strong>de</strong> limosna gran suma <strong>de</strong> libros curiosamente<br />

encua<strong>de</strong>rnados ; pero <strong>de</strong> tal manera dispuestos<br />

en las cajas, que al principio solo se <strong>de</strong>scubrían los libros<br />

<strong>de</strong> santos y sana doctrina, y <strong>de</strong>spués los <strong>de</strong> Lutero, Calvino<br />

y otros herejes. Entendió el estratagema san Ignacio,<br />

y luego mandó encen<strong>de</strong>r una gran hoguera , y arrojó en<br />

ella todos los libros sospechosos. Este mismo zelo <strong>de</strong> la fé<br />

le hacia rogar cada dia con lágrimas por el sumo pontífice,<br />

y causó la <strong>de</strong>voción y respeto que tuvo ai santo tribunal<br />

<strong>de</strong> la Inquisición; cuya autoridad procuraba con todas fuerzas,<br />

y en cosas que él pudiera recabar con facilidad <strong>de</strong>l<br />

sumo pontífice inmediatamente, sí era alguna que tocaba<br />

á la Inquisición, nunca quiso sacar las cosas <strong>de</strong> este tribunal,<br />

y por su persuasión se puso en Roma.<br />

Todas sus obras hacia con tan viva fé, que muchas veces<br />

principalmente cuando estaba <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l santísimo<br />

Sacramento, se inmutaba corporaimenle y erizaban los<br />

cabellos <strong>de</strong> la fuerza con que se persuadía la presencia <strong>de</strong><br />

Cristo corporal. Sus palabras y consejos todos eran fundados<br />

en fé, á que ajustaba la práctica <strong>de</strong> todas sus acciones,<br />

con dictámenes y sentimientos <strong>de</strong> su corazón, nacidos<br />

<strong>de</strong> la doctrina <strong>de</strong> Cristo: con lo cual alcanzó una pru<strong>de</strong>ncia<br />

divina y muy sobrenatural, con que se gobernaba á sí y<br />

á otros, andando siempre en fé y luz <strong>de</strong>l cíelo , siguiendo<br />

á su maestro Jesús,<br />

l'iié igual á Ja fé <strong>de</strong> san Ignacio su esperanza y confianza<br />

en Dios, probada contra todo el mundo , que le procuró<br />

<strong>de</strong>rribar <strong>de</strong> sus altos intentos, que con la ayuda <strong>de</strong> Dios<br />

emprendió y ejecutó. No se pue<strong>de</strong> significar mejor lo hien<br />

que <strong>de</strong> Dios sentía, que con lo que dijo al P, Lainez: que si<br />

le dieran á escoger irse luego al cíelo y asegurar su salvación<br />

, ó quedarse en la tierra para trabajarmas por Dios,<br />

pero con riesgo <strong>de</strong> salud eterna; antes escogería eso: lo<br />

uno por el zelo y caridad con que miraba primero por la<br />

gloria <strong>de</strong> Dios, que por la suya: lo otro , porque <strong>de</strong>cia<br />

que no había príncipe, que si viese que un criado suyo<br />

que por servirle mas se privase <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s gustos y se<br />

pusiese á gran<strong>de</strong>s trabajos y peligros, pudiéndole ayudar,

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